Sonrío, sintiéndome mejor ahora que me está juzgando.

—¿Cuáles son tus esperanzas y sueños?

—Graduarme —dice—. Ya te dije esto. —Como si mi pregunta fuera una pérdida de tiempo—. Porque nunca antes he terminado nada.

Me parece bien.

—¿Por qué quisiste liarte con Idiota Deportista esa noche?

Él resopla.

—¿Quieres su nombre, o simplemente quieres seguir llamándolo Idiota Deportista?

—Idiota Deportista. —Sonrío.

—En realidad no quería. Bueno, más o menos sí. Por razones patéticas. No me obligues a decirlas.

—Dilas.

—Él sabía mi nombre, ¿vale? —me grita como si le estuviera haciendo confesar algo oscuro y profundo—. ¿Qué tan patético es eso? ¿Sabía mi puto nombre y resultó que era activo? Al parecer, eso es todo lo que se necesita para cortejarme. Odio decir eso. Odio pensar en eso. Se supone que soy un amante del romance. Odio ser fácil.

Es mi turno de resoplar.

—Eres lo más alejado de lo fácil. Literalmente, nunca conocí a nadie tan complicado como tú.

—¿Elogio o insulto?

—Absolutamente un elogio. —Su proceso de pensamiento es tan sexy como su pequeño cuerpo—. Entonces, él solo... ¿sabía tu nombre?

—Le preguntó a Julie sobre mí. Como dije esa primera mañana, básicamente soy un letrero de neón que dice "pasivo gay", así que se dio cuenta de eso, le preguntó a Julie sobre mí y si estaría en el banquete deportivo, y eso me hizo ilusiones. Aunque estoy jodidamente feliz de que me hayas encerrado en un armario.

—¡No te encerré!

—Él en verdad es un Idiota Deportista. A él le importo una mierda. Julie lo escuchó hablando con un chico de su equipo y le dijo: "Ese chico Beom es el único gay por aquí, así que mis opciones son limitadas".

—A la mierda con ese tipo. Me alegro de haberlo golpeado. Me mira fijamente durante un minuto entero.

—Muy bien, tu mierda de macho alfa funciona un poco. Pero solo porque parecía que estabas defendiendo tu honor.

—¿Mi honor? ¿No el tuyo?

—Tu derecho exclusivo a usar mi nombre completo. —Él sonríe—. Por cierto, lo tienes.

Bien. Amo su nombre completo.

—¿Por qué no te gusta?

—La misma razón por la que no me gusta que me llamen pequeño. —Se inquieta un poco—. Pasas por alto todos mis desencadenantes y me haces olvidar que tengo sentido común. Joder, te envié veintisiete mensajes de texto esta noche. Y eso fue después de eliminar el doble.

Subo a la mesa y me siento encima, él en el banco entre mis piernas, mi polla a la altura de sus ojos. levanto su barbilla, mirando sus jodidamente hermosos ojos azules.

—Iré al funeral contigo mañana.

—¿Sí?

—Con una condición.

Pone los ojos en blanco. Dos veces.

—Sé mi novio. Pongamos etiquetas por todos lados. Pasivo gay. Activo bi. Macho alfa. Mocoso malcriado.

No soy un mocoso.

—Y novios. —Me agacho para presionar mis labios contra los suyos—. Di que sí.

Roza sus labios sobre los míos, resoplando, y luego se aleja y se levanta.

—Define novios ¿Qué significa para ti?

—Compromiso. Relación. Monogamia. Jodidamente enamorados el uno del otro.

Tararea, pensando en ello.

—¿Aunque te dije que siempre cuestionaré tus motivos?

—Incluso así. Cuestióname todo lo que quieras. No encontrarás las respuestas negativas que buscas.

—Tal vez si busco lo suficiente —reflexiona—. Todavía estoy buscando tu botón.

—Lo supuse.

—¿Estás asumiendo que estoy enamorado de ti? —él pregunta. Yo sonrío.

—Sí. Te lavaste los dientes delante de mí y luego mearás con la puerta abierta.

—Nunca —jadea, pero hay una pequeña sonrisa en su rostro—. Está bien, en serio, no tolero que me ignoren los mensajes, así que hazlo de nuevo y te dejaré. Además, debes mejorar tu romance —establece una regla.

—No te ignoraré más. Y el romance, estoy en ello —le prometo.

—Y no ha habido suficiente sexo como para considerar esto como una relación. Me lamo los labios.

—Arreglaremos eso. Joder, ahora mismo si quieres doblarte sobre esta mesa.

Él traga.

—A veces... me pongo triste por razones que no están relacionadas con el funeral.

Asiento, ansiando más información.

—Bueno. Yo veces me enojo sin ninguna razón obvia.

—¿Por mí? —él pregunta.

—Jamás —respondo. Otro rápido asentimiento.

—Aún no has conocido todas mis partes. ¿Estás seguro de que quieres ser mi novio?

Me giro hasta el final de la mesa, dejando que mis piernas cuelguen a un lado. Soy lo suficientemente alto como para que mis pies todavía estén en el suelo, y lo jalo para que se pare entre mis piernas.

—Deja de intentar alejarme. Estoy lo suficientemente loco como para querer estar contigo, así que trae todas tus partes, Beomgyu. Fue amor a primera vista tu culo con esos jeans.

—Capricho —corrige—. Y arruinaste esos jeans. —Sus manos aterrizan en mi pecho, suaves y tiernas.

—Di que sí. —Sonrío y le levanto la gorra para poder mirarlo por completo.

—¿Me estás intimidando para que sea tu novio?

—¿Seguirás fingiendo que no quieres?

Él ríe. No es un tipo de risa real, sino un resoplido de aire que suena feliz.

—Bien. Pero te arrepentirás.

Lo acerco, mis manos alrededor de su cuello y mis pulgares debajo de su mandíbula.

—Trae todos los arrepentimientos, Beomgyu. Finalmente te volviste mío. —Muerdo su labio inferior, lamiendo el dolor antes de que se impaciente y aplaste su boca contra la mía, besándome como si fuera su novio.

Walking red flag | YeongyuWhere stories live. Discover now