7

669 78 86
                                        

—Asegúrate de hacerte también la prueba de sangre del VIH —dice Soobin, sin ser de ninguna ayuda.

—Me acaban de meter un hisopo en la polla, ¿puedes parar tú también? —cojeo desde la mesa de examen y me siento en la silla en la que me habían dicho que me sentara para la parte del análisis de sangre.

La enfermera entra y nos sonríe.

—¿Todo listo?

—Él también quiere la prueba del VIH —le dice Soobin.

—¿Le gustaría hacerse la prueba usted también? —le pregunta, asumiendo automáticamente que estamos saliendo.

—Ya me la hice —le dice Soobin—. No estamos juntos.

—¿Podrías cerrar la boca? —le digo bruscamente, arremangándome para ella.

La enfermera se ríe de nosotros, toma unos putos galones de mi sangre, escribe un montón de mierda en la etiqueta y luego me dice que me baje la manga.

—El VIH se puede determinar en unos pocos minutos si se quiere hacer el pinchazo en el dedo.

No creo que haya ninguna posibilidad de que tenga VIH, pero asiento para estar de acuerdo, sabiendo que Beomgyu apreciará mi minuciosidad. Porque, al parecer, ya estoy mal por él y dispuesto a todo para hacerlo feliz. Me limpia el dedo, lo pincha y presiona un cristal a la sangre que brota. Diciéndome que espere unos momentos y sale de la habitación.

—Muy bien, ¿cuándo lo volverás a ver?

—Es un poco difícil de precisar. Nunca me da una respuesta directa y me cabrea más que nada. No sé.

—Amor discreto, te está haciendo trabajar por ello. —Soobin sonríe.

Oh, está haciendo más que obligarme a trabajar por ello. Él me está alejando activamente, ondeando red flags en mi cara a propósito, diciéndome constantemente que estamos condenados y levantando muros solo para obligarme a derribarlos. Sea como sea, no me importa un poco de demolición. 

Especialmente porque me escabullí un poco para descubrir cuál dormitorio es el suyo y planeo presentarme sin avisar para que no tenga una excusa lista.

Cuando la enfermera regresa y me dice que la prueba del VIH no arroja resultados, dejo escapar un suspiro de alivio y salgo de la clínica. Mis resultados tardarán unos días y, desafortunadamente, no tendré sexo en esos pocos días. Todavía espero pasar por alto su estipulación de "meses" si usamos condón. Pero si paso esos meses sin follar con nadie más, prefiero follarlo sin uno para poder ver cómo mi semen se escapa de su culo apretado. 

Mierda, no tengas una erección en una clínica de ITS.

Mi papá descubrirá que estuve aquí y, para ser honesto, también espero que se entere de mi beso en el bosque. Se guardará esa información para sí hasta que llegue el momento más oportuno. Estoy llegando a un punto en la vida en el que ya no me quedan muchas cosas que me importen. Si quiere quitarme todo en algún esfuerzo por controlarme, puede hacerlo. 

La única razón por la que me conformo con todo esto es por mi madre y, para ser honesto, estoy empezando a pensar que ella no es más que una palanca contra mí. Odio pensarlo, pero es verdad.

—¿Vienes a ese grupo de estudio esta noche? —pregunta Soobin. Niego con la cabeza.

—No. Tengo una obsesión que visitar. —Sonrío—. Voy a sorprenderlo para que no pueda cerrarme la puerta en la cara. —Aunque probablemente todavía lo intente.

—Buena suerte. No a todo el mundo le gustan las sorpresas. —Salta al asiento del conductor y regresamos al campus.

Cierto. Tengo mucho que aprender sobre Beomgyu. Incluyendo su apellido.

Walking red flag | YeongyuTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang