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Después de acurrucarnos que él afirmó que no quería pero a lo que me obligó, traté de ducharme con él, pero me dijo que ya estaba había cumplido con la "intimidad necesaria". Entonces nos duchamos por separado y luego me exigió que lo llevara a casa para que pudiera estudiar. Después de rogarle que viniera conmigo a la pelea de esta noche, accedió solo si la chica argentina venía. Luego dejó claro que no era una cuarta cita.

Entro al hotel esperando encontrar a Karina en el vestíbulo esperándome. Lo que encuentro en cambio es a mi puto padre.

—Yeonjun —me saluda. De pie casualmente en el vestíbulo, con su teléfono desbloqueado y ocupado, apenas me dedica una mirada—. ¿Grandes planes para esta noche?

—La voy a llevar a salir, como me pediste. —Meto las manos en los bolsillos de mi chaqueta para que no las vea sudar—. ¿Qué quieres?

—No sabía que conocías a Elenor Campbell.

Me niego a dejar que se note mi sorpresa. Elenor es el nombre de la mujer a cuyo funeral asistimos. Me encojo de hombros, actuando como si no se lo estuviera ocultando a propósito.

—Park Beomgyu. —Él me mira—. ¿Algo que debería saber? No es asunto suyo y odio que sepa su nombre.

—No.

—El mismo chico al que le compraste un café. El mismo chico de aquí. —Levanta su teléfono y me muestra una toma de una cámara de tráfico de Beomgyu conduciendo el R8—. Pasas mucho tiempo con este pequeño.

Pequeño.

—¿Y qué?

Guarda su teléfono en el bolsillo y me mira. No creo que sea homofóbico, pero es un fanático del control y no le gustará descubrirlo de esta manera. Por otra parte, apenas conozco a este imbécil aparte de la forma en que me manipula, por lo que podría odiar a los gays.

—Sabes, Park Beomgyu solía ser Lee Beomgyu.

No tengo idea de lo que eso significa y no quiero la respuesta de mi papá.

—Llego tarde para recoger a Karina. —Intento pasar a su lado. Me detiene con una mano en mi pecho.

—Si eres maricón, me gustaría saberlo. Cambia mi forma de hacer negocios.

—Me importa una mierda cómo haces negocios. Déjame fuera de esto.

—Yeonjun. —Él se pone delante de mí—. Será mejor que sí te importe, o esta empresa nunca será tuya.

Levanto los brazos.

—No me importa. O me ves digno o no, y sea cual sea la sexualidad que creas que tengo no va a cambiar eso. No haré negocios como tú, y esto es solo un medio para lograr un fin, así que no mates a mi mamá.

La sonrisa de papá es casi orgullosa... pero no sé por qué.

—Me gustaría conocer al chico. Martes por la noche. Una cena.

—No.

—Sí. —Él abre mucho los ojos hacia mí—. Sin excepciones. —Le sonríe a alguien detrás de mí—. Karina, cariño, te ves preciosa.

No. No va a pasar. Beomgyu no se acercará a mi padre.

Beomgyu está siendo tímido en comparación con cómo actúa normalmente conmigo, y en lugar de aferrarse a mí, se aferra a Karina. El almacén está lleno, todo va bien y solo quiero pasar la noche con Beomgyu, haciéndole pasar un buen rato a Karina.

Hasta que todo se vaya a la mierda, arruinando mi ya sucio estado de ánimo.

—¡Yeonjun, Berkeley se echó atrás! —Soobin me agarra del hombro en el piso superior que mira hacia el ring—. Es la pelea de exhibición y no tenemos a nadie para reemplazarlo.

Walking red flag | YeongyuTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang