Walking red flag | Yeongyu

8

Cuando mis ojos se ponen en blanco, la fantasía amenaza. Cuando los fuerzo a abrir, la realidad es mejor. Los delirios se están mezclando en mi periferia y es difícil recordar que estoy despierto y vivo, no dormido y soñando. Porque esto es real. Esto está ocurriendo.

Puede que Beomgyu sea raro, pero no es incómodo cuando se trata de sexo. Debería haberlo sabido desde la primera noche, pero joder. Mi polla está tan metida en su garganta que no tengo idea de cómo no se está asfixiando, pero no voy a retirarme. Él tiene el control total aquí y sabe cómo chupar una polla.

Él tiene mucha más experiencia que yo y me gusta ser el objeto de estudio.

Se saca mi polla, lamiendo la parte inferior justo debajo de la punta, enfureciéndome con la provocación, complaciéndome con la locura.

—Dime algo sexy —exige, succionándome y sacándome de su boca. Su mano aprieta mi base, y cuando aprieta lo suficiente como para llamar toda mi atención, me devano el cerebro buscando algo sexy.

Está en la punta de mi lengua llamarlo pequeño bueno, pero primero recuerdo su regla y luego recuerdo con quién estoy tratando. 

El romántico al que no le gusta el romance tradicional. 

Su idea de lo sexy estará tan lejos de lo que estoy acostumbrado que tendré que pensar en algo ridículo. 

Me chupa lentamente, sorbiendo lánguidamente mi polla sin reparos en miradas o sonidos. Joder, eso es caliente.

—Esto podría ser lo más cerca que he estado de llorar —digo, esperando que sea sexy.

—Mmm. —Su voz hace vibrar mi polla. Mueve la mano y la lleva a la boca—. Más. Más sexy —exige.

Pierdo la cabeza mientras él toma el control. No puedo dejar de mirarlo, admirarlo. Tenerlo de rodillas, inclinado sobre mi cuerpo, con la ropa todavía puesta y sin gafas... esta realidad es mejor que el cielo percibido. Mierda, debería haberlo dicho en voz alta.

—No es solo porque eres mi primero —digo, la última mitad sale como un gemido—. Eres tú. Todo tú. Me jodes la cabeza y me vuelves loco.

Baja la cabeza hasta que su nariz toca mi hueso púbico y luego traga a mi alrededor.

—Oh, joder, Beomgyu. —Mis manos terminan en su cabello, manteniéndolo allí por unos segundos más—. Tan jodidamente bueno.

Traga aire cuando retrocede, usando su mano para mantenerme al borde.

—¿Qué tan loco? —pregunta, con la barbilla brillando por la baba y los ojos con lágrimas de asfixia.

Lo empujo de nuevo, pero él se resiste. En lugar de chuparme la polla, me masturba y deja que su lengua provoque mi punta. Mis ojos se ponen en blanco de nuevo.

—Una anciana me mandó a la mierda porque llamé a su número demasiadas veces, esperando que fueras tú.

—Estás loco.

—Tú me vuelves loco. —Mi cabeza golpea la pared cuando comienza a chupar de nuevo—. Me siento medio delirante, pero sé que esto es la realidad.

A él le gusta eso. Lo muestra. Mueve la cabeza, haciendo todo tipo de ruidos, sin importarle una mierda cómo se ve chupando una polla. Sexy. Se ve jodidamente sexy. Los dedos de mis pies se curvan y mis pulmones se olvidan de aspirar aire.

—Mierda... tú eres... yo... 

Se detiene abruptamente.

—¿Has hecho esto antes?

—¿Recibir una mamada?

—¿Dar una?

Niego con la cabeza. Labios separados. Cara caliente. Desesperado por terminar, pero sin querer que esto termine nunca.