Walking red flag | Yeongyu

16

Suelta un suspiro tembloroso, atrapando el trago que hace girar mi garganta de emoción.

—Pienso demasiado en todo. Como esta noche, cuando no respondiste ninguno de mis dieciocho mensajes.

—Veintisiete. —Hace unas horas eran dieciocho, pero ahora son veintisiete.

—Me hizo pensar que hice algo mal, que no fui lo suficientemente bueno, que tu fantasía gay había terminado y que yo no era nada para ti. Estoy necesitado. Juzgo todo porque realmente no sé juzgarme a mí mismo. No es tu responsabilidad asegurarme todo, pero lo exigiré de todos modos. Te lo exigiré tanto que eventualmente te cansarás de mí y te irás. Te digo esto no para asustarte o menospreciarme a mí mismo, sino porque te confío el conocimiento. ¿Crees que alguna vez le he admitido esta mierda a alguien más? No. Porque no tiene sentido, pero... pero creo que tú lo entiendes de todos modos.

En cierto modo lo entiendo. De esa manera elusiva, lo que significa que lo entiendo y algunas de las razones detrás de ello, pero no seré capaz de verbalizarlo si lo intento. Entiendo el concepto sin poder explicarlo.

—Reír no es real para mí, Yeonjun.

—¿Por qué no? —mi mano se afloja alrededor de la llave, escapando de mi bolsillo para correr por mis muslos.

—Si algo es gracioso, puedo reírme, pero por lo demás, no soy alguien que muestre sentimientos de esa manera. No me río a carcajadas ni les sonrío a las personas para saludarlas. Si lo hago, es forzado. Falso. Por eso mantengo la cabeza gacha todo el tiempo, con la capucha puesta y la gorra puesta. La gente quiere bromas, pero no sé cómo fingir eso sin dejar que me jodan la cabeza. Ya te dije que no soporto las cosas falsas, y mi propia falsedad es lo peor.

Esperando cada palabra que dice, me arriesgo a levantar la mirada de su boca. Sus ojos miran mi pecho, también luchando por el contacto durante esta confesión. Para que se sienta menos inquieto, vuelvo a bajar los ojos.

—Con ese tipo, me reí porque él esperaba que lo hiciera. Me puse nervioso porque me sentía incómodo. Me sonrojé porque mi cara se calentó y quería salir corriendo. Me inquieté porque sabía que la gente lo estaba presenciando.

—Pero no haces nada de eso conmigo. —Lo que me hace sentir como si realmente no lo afectara mucho.

—Porque no es necesario ¿No lo entiendes, Yeonjun? Yo te alejé. Empujé y empujé y todavía estás aquí. Te mostré quién soy realmente. Te llevé a un funeral y dejé que me vieras triste. Te dije cosas personales sobre mí. Rompí todas mis reglas y seguí intentando alejarte mientras me aferraba a ti con tanta fuerza que dolía. Y lo hice todo sin sonreír ni reír porque no necesitas mi versión falsa. —Suspira, llamando mi atención hacia él—. Tengo veinte, casi veintiuno, y eres la primera persona en toda mi vida con la que he podido ser sincero. Solo porque no me río no significa que no sea feliz, Yeonjun.

—¿Qué significa que eres feliz? —pregunto, necesitando saber—. ¿Cómo puedo saberlo?

—Te enviaré veintisiete mensajes de una sola vez. Te pondré los ojos en blanco. Mucho. Te dejaré romper todas mis reglas. Te diré que estoy feliz. —Él se encoge de hombros—. No lo sé exactamente. Descubriré cuáles son mis señales felices ¿Trato?

Es suficiente. Puede que no se ría conmigo, pero me matará aún más si empieza a ser falso conmigo. El Beomgyu sin filtros, completamente auténtico, sarcástico y pesimista es todo lo que necesito. Incluso amo su hipocresía. Inclino mi cabeza hacia atrás, mirando las estrellas ¿Cómo voy a definir el amor para expresárselo? Porque creo que el sentimiento dentro de mí podría ser amor, aunque sea tan pronto.

—Trato. —Dejo caer la cabeza y lo miro—. ¿Por qué eres como eres?

—¿Por qué alguien es como es? —pregunta, poniendo los ojos en blanco. Amo que ponga los ojos en blanco aún más ahora. También amo que él nunca tenga una respuesta clara para nada. Putos estudiantes de filosofía—. Circunstancias, estructura genética, naturaleza y crianza, perspectivas, pasado, salud mental, esperanzas y sueños. De verdad, Yeonjun, esa es una pregunta tonta y espero más de ti.