Walking red flag | Yeongyu

10

—Tiene que haber alguien aquí. —Miro a la multitud.

—Nadie peleará contra Nathan sin un trabajo de preparación. Estamos jodidos, hombre.

—Yeonjun lo hará —dice Beomgyu, desafiándome desde el lado de Karina—. Ya está de mal humor. Bien podría sacárselo a golpes.

Soobin abre mucho los ojos hacia Beomgyu mientras yo lo miro ¿Cuál es su problema esta noche?

—¿No crees que puedo ganar?

Beomgyu se encoge de hombros, me da la espalda y toma un sorbo de su bebida sin alcohol. Afirmó que no bebía mucho, pero nuestra noche de tequila arrojó algo de luz sobre esa mentira.

Soobin me agarra del hombro otra vez.

—¿Está enojado contigo?

Probablemente. ¿Quién coño sabe? 

Paso mi mano por mi cabello.

—Él es así. No puedo pelear. Tengo que cuidarle las espaldas y vigilar a Karina.

—Yo lo haré. Si estás dispuesto a pelear —lo dice Soobin como una pregunta—. ¿Qué ocurre? —él susurra.

—Mi papá —lo admito. Miro alrededor del edificio, sabiendo que el lugar estallará en un motín si alguien no lucha contra Nathan. Él es un favorito del público, pero yo también. Pelear contra Nathan esta noche definitivamente romperá mi racha invicta, porque no tengo ninguna posibilidad contra él, pero si Beomgyu quiere que lo haga...— Bien, lo haré. Si me prometes que no les pasará nada. —Asiento con la cabeza hacia el bicho raro que podría ser mi novio y la argentina que intenta escapar de las garras de su madre.

¡Vaya puto día! Un funeral, un polvo, una jodida de cabeza, un acurrucado a medias, un enfrentamiento con mi papá y ahora una pelea. Voy a caer muerto en la cama después de esto. Si puedo mantenerme firme en el ring esta noche.

—Yo me encargo —promete Soobin—. ¿Estas seguro? Probablemente recibirás una paliza.

—Soy consciente. —Pero Beomgyu dijo que quería que yo fuera malo en algo, así que allá vamos. Asiento hacia Soobin. 

Beomgyu está siendo una mierdecilla, pero tiene razón. Estoy de mal humor. Soobin sale para establecer los libros de contabilidad y las estadísticas, así que agarro a Beomgyu y le hago girar.

—No te apartes de Karina. En serio, ¿quieres irte? ¿Irte a casa?

—No.

—Prométeme que no harás nada estúpido. Este no es un buen lugar. —Lo miro fijamente.

Él me devuelve la mirada.

—Entonces, ¿por qué me trajiste aquí?

—Vete a la mierda, Beomgyu. —Dios, ya me está haciendo sentir un poco mejor con su actitud de mal humor—. ¿Estás bien, Karina? Es solo una pelea y luego volveré para la fiesta.

Ella asiente, sin quitar los ojos del anillo. Oh, le gustan los luchadores, y si no tengo cuidado, uno de ellos intentará llevársela a casa. Tendré que controlar cuál.

—Sí, bien. Bien. Me quedaré con Beom. Todos menos yo.

Lo miro de nuevo, debatiéndome si besarlo o no. Me pone los ojos en blanco y se sube las gafas.

—No necesito una niñera.

—Sí, la necesitas. Soobin volverá y se quedará contigo. —Me inclino hacia adelante para que mis labios estén junto a su oreja—. Me está poniendo celoso verlos.