Lo siento, número equivocado.

# equivocado

# equivocado hombre

El 'lo siento' suena propio de él, pero él es inteligente y probablemente no enviará mensajes de texto como él mismo si está tratando de despistarme. El primero también tiene la puntuación adecuada y, por alguna razón, creo que ese podría ser su estilo de enviar mensajes, pero ¿qué cojones sé yo? Apenas conozco a este tipo y estoy enganchado a su misterio. Me está volviendo loco y han pasado dos días desde que lo vi en la funeraria. Ahora estoy enviando mensajes a números random como un cachorro con una correa.

—¿Qué coño estás haciendo, hombre? —pregunta Soobin, dándome una palmada en la espalda—. ¿Vas a venir a ayudar?

Estamos en Switch, que es el nombre de nuestro almacén convertido en ring de lucha. Hemos pasado todo el día eligiendo al luchador y la multitud comienza a acumularse, lista para una noche de bebida, mentiras, peleas y apuestas. Después habrá una fiesta aquí y no es propio de mí no estar de humor. Especialmente porque estas noches de peleas son una de las únicas veces en las que mi papá no interviene.

—Sí. —Puse mi teléfono en mi bolsillo, pensando que seguiré intentándolo más tarde.

—¿Qué pasa? —pregunta Soobin, luciendo preocupado.

Oh, nada, aparte del hecho de que me estoy poniendo en aprietos solo para enviarle un mensaje a mi primer crush hombre.

¿Crush hombre?

Dios.

Follamigo gay, más bien. No tengo idea de qué haré para ganármelo si descubro cuál es su número. Dijo que le gusta el romance, pero eso no es algo en lo que yo sea muy hábil. No tengo idea de cómo ser romántico y no creo que quiera serlo. Pero... puedo fingir hasta convencerlo de que me deje tenerlo una vez más.

—Nada. —Paso mis manos por mi cabello—. ¿Tienes un porro?

Soobin abre una caja de su bolsillo y me entrega un porro liado. Lo sigue un encendedor y también su mirada escéptica.

—Yeonjun, ¿qué coño?

Enciendo el porro e inhalando el sabor picante de la hierba.

—¿Conoces a alguien llamado Beomgyu?

Él ríe.

—No, ¿Por qué?

—Por nada. Vamos. —Empujo la puerta y me encuentro con el sonido de una multitud animada. También podría emborracharme para perder mi dignidad y empezar a llamar a todos esos números hasta que se enoje lo suficiente como para contestar. No paso por alto la mirada interrogante que me da Soo.

Después de las peleas, Soobin está a diez segundos de llevarse a alguien a casa, pero se detiene cuando me pilla al salir. Tengo el teléfono pegado a la oreja y una señora me está gritando por llamarla tantas veces a esta hora.

—Sí, mierda, lo siento, pero ¿lo conoce? ¿Beomgyu? —¿por qué ella lo conocería? No es culpa suya tener un número similar al de él. Estoy empezando a pensar que me dio un número completamente equivocado, no solo uno faltante.

—Te alcanzaré más tarde, ¿sí? —Soobin le dice a la chica, empujándola hacia la puerta con sus amigas. Me quita el teléfono de la oreja, finaliza la llamada y levanta las manos en el aire—. ¿Quién cojones es Beomgyu?

Cuando no respondo, me empuja afuera, deja las llaves del lugar con otro amigo y me hace caminar por la calle tropezando con mis propios pies. No quiero decirle quién es Beomgyu porque me siento como un idiota por haber sido engañado por un autoproclamado rarito que trabaja en una funeraria.

Y tiene el mejor culo que he visto en mi vida.

El mejor sexo que he tenido. Sus lentes. Su cabello. Su... joder.

Pues sí, más que un follamigo gay. Definitivamente es un crush hombre.

—Estás más borracho que de costumbre —dice Soobin.

Lo estoy, pero ese era el objetivo. Aunque me etiquetan como el chico fiestero, no soy un gran bebedor. Los tragos sin alcohol son más lo mío, pero esta noche necesitaba coraje líquido. En realidad, necesitaba el líquido reductor de dignidad.

Soobin camina conmigo hasta que mis pasos se estabilizan un poco y luego me agarra del hombro.

—¿Estás bien?

Sí, estoy bien. Simplemente obsesionado con Beomgyu.

Asiento con la cabeza.

Inclina la cabeza y luego señala con la mandíbula al restaurante de mierda al otro lado de la calle.

—Te voy a llenar de café y tú me vas a decir quién es ese tal Beomgyu.

Walking red flag | YeongyuWhere stories live. Discover now