Capítulo 35

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-Lo que pase ahí, ahí se queda.

-¿Sientes celos?

-¿Celos? Entonces esas ganas de matar al lobo y al mequetrefe, tienen nombre...-no pude evitar sonreír, el estaba aceptando que sentía celos por mi, algo se movió dentro de mi y me impulso a besarlo tiernamente.

-Si, al parecer es lo que tienes.

-Pues entonces no puedo negarlo, quiero matarlos, y por lo que veo... es justificable-dijo viendo a la nada. Comenzaba a levantarse el sol en un esplendido amanecer sobre nosotros.

Lo decía tan fríamente, pero lo cierto era que entre mas lo conocía podía ver que su verdadero ser se ocultaba bajo esa mascara de frivolidad, y solo era eso... una máscara.

-Estoy contigo, eso es lo que importa.

-Eres una mujer no marcada. No puedes esperar que te deje merodeando por el mundo sin pensar que cualquiera intente algo.

-¿Mujer no marcada?

-La manera en que nosotros reclamamos a nuestra hembra.

-Pero...

-Solo es la manera en que cualquiera con un olfato considerable sabrá que no eres un hembra disponible. –me sentía como animal ante esta platica.

-No estoy en desacuerdo con ello, pero...- el me vió desconcertado y con los ojos entre cerrados de sospecha, de alguna manera también me conocía.

Pero ¿cómo le decía que mi estancia con él estaba rodeada de pavor a perderlo? Él era un youkai, yo una simple humana, simplemente con el hecho de no poder satisfacer nuestros deseos esta noche, ya sea por que me sentía mal por no tomar una ducha o por sentir toda esa sangre en mi cuerpo... eran cosas estúpidas, si lo veía de un punto de vista de demonios, pero para un humano era algo fatal en ocasiones. Tal vez un día solo despierte y se de cuenta de que yo no soy lo que el buscaba, yo no era un demoneza.

Paso sus dedos por mi barbilla para llamar mi atención.

-...pero que sea después de completar la perla.

-Te iras entonces- volvió a verme con os ojos llenos de sospecha

-Tengo que cumplir con mi deber.

-Entonces ¿volverás con el lobo?-había olvidado que no le gustaría nada la decisión que había tomado al decidir que lo amaba la noche anterior.

-No, me quedaré con los chicos. –un gruñido volvió a salir de su garganta pero esta ves enseñó los dientes. Tomé su rostro y lo atraje a mi para plantar un dulce beso en el.-Estoy contigo, y así será. Eres todo lo que quiero.

Eso lo tranquilizó un poco.

-También buscaré a Naraku por mi cuenta, le matare antes de que vuelva a querer acercarse a ti, aun así no estaré lejos.

Eso me reconfortó, no estaba dispuesto a dejarme del todo libre. Me sentí feliz y sonreí.

-¿Sonríes?

-Es que... me gusta la idea de que no te alejes de mi.

Se levantó y me beso, por un instante vi como si una de las comisuras de sus labios se elevara. Mi Dios demoniaco acababa de sonreír por un segundo, eso me excitó, me besó y me levanto sobre el dejándome sobre su aun pronunciada erección haciéndome soltar un gemido. Me sentía mal... que tal si yo no olía tan bien como él. Puse una mano sobre su garganta, pidiéndole que parase.

-Creo que necesito un ducha, antes...-dije sintiéndome como un tomate por la manera en que me sonrojé.

-¿Es eso?

Destinos DistintosWhere stories live. Discover now