Capítulo 13. EL

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Yo tenía su rostro frente a mi, acariciándolo con desesperación, como si con eso pudiera encapsular su vida... no debo dejarla ir.

—¡Te dio los fragmentos, regrésaselos!- me dirigí furioso a el, como podía pensar en eso.

—Eso es lo único que te importa, ¿cierto?—le reproché al maldito.

—¡Por supuesto que no idiota! ¡No lo vez! Ella tenía los fragmentos, y en cuanto te los dio comenzó a empeorar su condición...

Es verdad, entonces los fragmentos le habían estado protegiendo del veneno... los tomé de inmediato en mis palma reventando el frasco para incrustarlos directamente en su pecho, al instante los fragmentos despidieron un resplandor y Kagome dio un ligero suspiro...

Koga, Shippou y yo respiramos aliviados al mismo tiempo, el pequeñín estaba muy asustado, y parecía que quería llorar pero trataba de ser valiente.

La respiración de Kagome comenzó a ser mas regular, pero su piel era mucho mas pálida que hace unos momentos, sus ojos parecían cansados a pesar de estar inconsciente acaricie su rostro ligeramente. Habíamos ganado un poco más de tiempo...

Pero tenía que llevarla con Kaede sin perder más tiempo, ella sabrá que hacer. Pose mi brazo derecho bajo su piernas y la otra bajo su espalda para llevarla en mis brazos, estaba helada... no comprendía. Si los fragmentos la habían mantenido viva, ¿por qué ahora no volvía a la normalidad?

—¡¿A dónde vas?! ¡¿qué pretendes?!

Ignore a Koga. No tenía porque darle explicaciones.

—¡Shippou! Sube a mi espalda, iremos con Kaede ahora mismo—ahora mi voz daba ordenes, no me importaba lo que pensaran esto se hará a mi manera.

Haré lo que sea para mantenerla con vida, ella no me podía dejar, así la haya perdido, ella tenía que vivir.

..................................

Corrí a toda velocidad con Shippou en mi espalda y Koga pisándome los talones, Ginta y Hakkaku se habían unido en cuanto Koga aulló pidiendo refuerzos.

Cuidaba cada respiración de Kagome, y estaba al tanto de que su temperatura comenzaba a elevarse aunque fuera casi imperceptible.

¡Seguramente Sango como exterminadora sabe algo que podría ayudarnos! Porque no se me ocurrió antes...

—¡Shippou! Por favor ve al campamento, busca a Sango y cuéntale lo que está pasando, llévala con Kaede tal vez ella tenga algún remedio.

—Si Inuyasha cuenta conmigo—dijo saltando de mi espalda y alejándose de nosotros.

—¡Hakkaku! ¡Síguelo y haz que llegue bien!

Si Koga 

Bien. Hasta que por fin hace lago bueno ese lobo.

Entramos a la aldea y sin perder el tiempo nos dirigimos a casa de la anciana, ella se sorprendió al ver la condición de Kagome y en seguida comenzó a hacer algo extraño con sus manos.

Shippou llego poco después de nosotros diciendo que Sango y Miroku habían ido a conseguir ingredientes que necesitarían para ayudar.

—Anciana, dime que puedes hacer algo...

—Inuyasha, no lo sé, el veneno de esos osos es muy poderoso, y su cuerpo ha absorbido demasiado...—dijo Kaede con su cansada y temborina voz. 

—¡Que le pasa! ¡Que esta queriendo decir!—dijo Koga alterado.

—Seguramente cuando te dio los fragmentos de Shikon el veneno avanzó y por eso decayó.

—¡¡Kaede, por favor, tienes que hacer algo!!

Destinos DistintosWhere stories live. Discover now