Lucifer - Mi pequeña Estrella ✔️

31 - Una imagen del resto de nuestras vidas

Habían conseguido convencer a Eve y Rae de que se marcharan mientras Lucifer cambiaba el pañal, pero un equipo SWAT no podía obligar a Maze a perderse el primer pañal sucio del demonio.

Lucifer se colocó junto a Aurora, que estaba tumbada en un cambiador de su habitación privada, e intentó limpiarle las partes íntimas sin vomitar él mismo.

"Creo que lo estás haciendo mal". comentó Maze mientras se colocaba sobre su hombro.

"Cállate". dijo Lucifer mientras intentaba concentrarse. La detective se tumbó en su cama y los observó desde la distancia.

"Creo que deberías estar limpiando en otra dirección...", empezó a decir Maze.

"¿Quieres hacer esto?" espetó Lucifer.

Maze dio un paso atrás y se encogió ante la mera perspectiva.

"... Pero tiene razón". dijo Chloe desde su lugar en la cama, haciendo que el demonio sonriera satisfecho.

Lucifer gimió y se volvió hacia el trabajo que tenía entre manos. Que las vísceras de las almas humanas del Infierno se derramaran sobre sus manos era menos nauseabundo que esto.

Tras varios minutos, casi vomitar dos veces, vomitar una vez y tener que soportar interminables comentarios de las dos mujeres, Lucifer consiguió por fin cambiar su primero de muchos pañales con menos incidentes de los que imaginaba.

Después de que todo y todos estuvieran limpios y Aurora volviera a estar en brazos de Cloe, Maze se marchó para permitir que el siguiente grupo conociera al bebé.

Linda y Amenadiel entraron en la habitación y se acercaron a ambos. Amenadiel sonreía y tenía un brillo en los ojos. "Maze acaba de contarme que has cambiado un pañal".

Chloe resopló mientras Lucifer la fulminaba con la mirada. Sin duda, la mejor parte de Los Ángeles lo sabrá si Maze tiene algo que decir.

"Vaya", dijo Linda al ver a la recién nacida. "¡Es preciosa! Sin duda, el Anticristo más guapo que he visto nunca". Linda guiñó un ojo al decir esto último.

Los nuevos padres soltaron una carcajada. Amenadiel se acercó y estudió a su sobrina con una cálida sonrisa.

"Puede que sea mona, pero desde luego le gusta quejarse". comentó Lucifer, sin poder ocultar su afecto.

"Sí, sin duda es tuya". replicó Amenadiel con una sonrisa. Lucifer puso los ojos en blanco, pero no pudo apartar la sonrisa.

"¿Puedo cogerla?" preguntó Amenadiel a Cloe. Ella asintió, y luego sentó con cuidado al bebé en brazos de su tío. Aurora abrió los ojos una vez estuvo en brazos de otra persona, y pareció fruncir el ceño.

Amenadiel se rió y la estudió. Mientras la tenía en sus brazos, el ángel apenas podía creer la vida en la que se había encontrado. Casi parecía ayer cuando intentaba infructuosamente arrastrar al demonio de vuelta al Infierno. Y ahora sostenía a su sobrina y felicitaba a su hermano.

Cómo han cambiado los tiempos.

"Todo parece... normal en ella, ¿verdad?". preguntó Linda. Inconscientemente, se llevó una mano al estómago mientras se preocupaba por la pregunta.

"En cuanto a las alas y las caras de demonio, hasta ahora todo normal". respondió Lucifer. Por ahora, sin duda era un alivio que no tuvieran que dar explicaciones a los médicos sobre la biología de los ángeles.

Chloe, por su parte, había tenido unos cuantos ataques de pánico durante el embarazo al pensar demasiado en la posibilidad de que los médicos le entregaran un bebé alado, pero ahora era un alivio ver a su hija sin alas. Nada de laboratorios científicos ni gobiernos involucrados en lo sobrenatural por el momento.