Lucifer - Mi pequeña Estrella ✔️

5 - No puedo creer que esté haciendo esto.

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Lucifer

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Capítulo 5

"Siento como si mi propio ser estuviera constantemente partido en dos. Por un lado, nada deseo más que unirme a mi madre en su búsqueda de venganza y matar a Dios. Pero, por otra, sigo sintiendo la obligación de permanecer leal a mi Padre. Durante milenios, ha sido tan fácil tener fe, saber cuál debe ser mi tarea... Entonces, ¿por qué ahora todo es tan difícil de discernir? ¿Por qué de repente todo se ha vuelto tan gris? ¿Por qué es tan difícil tener fe? preguntó Amenadiel, buscando desesperadamente una respuesta, y derramando su corazón en el proceso.

"Uhh... ¿Y te gustaron las jirafas...?". preguntó inseguro el hombre sentado en un taburete junto a Amenadiel.

Dan suspiró desde debajo del escenario. Dan había empezado a llevar a Amenadiel a sus clases de improvisación, y al ángel le estaba costando coger el ritmo.

"Estupendo, colega", dijo Dan alentador desde su lugar bajo el escenario. "Pero el tema de hoy es 'Un día en el zoo', que se supone que debe ser ligero y alegre... No exactamente así de... filosófico".

Amenadiel frunció las cejas. "Creía que esto debía ayudarme a resolver mis problemas".

"Lo es... De un modo divertido y despreocupado". especificó Dan.

"Si fuera despreocupado, ¿para qué necesitaría la improvisación?". cuestionó Amenadiel.

"Inténtalo". le aconsejó Dan con una sonrisa ligeramente tensa. Amenadiel se encogió de hombros y se volvió hacia el hombre de su escena.

"¿Te has divertido viendo a las crías de la nutria?". preguntó el hombre.

"¡¿CÓMO PUEDEN ALEGRARME LAS NUTRIAS CUANDO MI MADRE INTENTA MATAR A MI PADRE?!" gritó Amenadiel, sobresaltando a todos.

"¡Vale! Creo que es un buen punto final". decidió Dan, con una sonrisa cada vez más tensa.

El hombre bajó rápidamente del escenario, aliviado de estar lejos de la intensidad de los ojos del ángel. Dan subió al escenario junto a su amigo.

"Eh, tío. Quizá te ayudaría ser un poco menos... intenso". sugirió Dan. "Aquí todo el mundo intenta pasárselo bien, y tú les estás asustando un poco". Dan soltó una leve carcajada al final de la frase.

Amenadiel suspiró y se frotó la nuca. "Te pido disculpas, Dan. Las cosas con mi familia han estado tensas últimamente, y eso se refleja en mis actividades".

"No te preocupes por eso. Sigues cayéndome mejor que tu hermano". dijo Dan con una sonrisa.

Amenadiel soltó una risita y se relajó un poco.

"Hablando de eso, supongo que debería felicitarte". dijo Dan, aunque se sentía un poco reacio. Amenadiel frunció el ceño, ligeramente confundido.

"¿Felicitarme? ¿Por qué?"

"Por convertirte en tío. Se felicita a la gente por eso, ¿verdad? Al menos eso hacemos en mi familia". explicó Dan.

La sonrisa de Amenadiel desapareció de inmediato para ser sustituida por una O confusa. "¿De qué estás hablando?". preguntó Amenadiel al cabo de un momento.

"Mierda, no lo sabes, ¿verdad?". preguntó Dan al darse cuenta de su error.

"Daniel, ¿de qué estás hablando?" preguntó Amenadiel, con voz grave y autoritaria. Puede que hubiera perdido sus cualidades angelicales, pero no la confianza y la arrogancia que las acompañaban.