XXVIII.- La Chispa Alfa y el Alfa

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Derek salió de la mansión vestido con unos tejanos negros, una camisa gris de manga larga y unos zapatos negros, su cabello estaba un poco peinado, pero nada exagerado. El alfa quedó embobado ante la vista del castaño que estaba recargado sobre el cofre de su auto. Enzo le había prohibido llevar su jeep así que le prestó su auto negro deportivo. Al castaño le dio igual así que lo acepto, lo mismo pasaba con la ropa que tenía puesta, las chicas junto con Dariel y Roy se encargaron de buscarle el mejor conjunto.

— Oh. No tardaste nada. — le dijo Stiles con una leve sonrisa, fue hasta la puerta del copiloto y la abrió.

Derek vio eso con sorpresa. Nadie lo había tratado tan... bien. Sus citas siempre eran un excusa para terminar en la cama así que no había cariño de por medio. Pero con Stiles todo parecía diferente... correcto.

El alfa asintió y subió al auto. Le recordaba a su camaro.

— ¿Por qué la repentina invitación? No me quejo ni nada. — preguntó Derek una vez que Stiles arranco el auto.

— Porque decidí dejar de cerrar mi corazón. Muchas cosas han pasado y estuve a punto de morir, creo que no quiero tener más arrepentimientos en mi vida. Tampoco quiero que las personas que me importan sufran. — lo miró por un momento — Creo que tu y yo hemos notado cierta atracción desde hace tiempo, tal vez desde antes de que me fuera de aquí. La verdad me gustaría hablarlo con más tranquilidad en la cena. ¿Te parece?

— Si. Gracias por ser sincero conmigo.

— ¿Cuándo no lo he sido?

Derek rio levemente al igual que el castaño.

Lo que siguió del viaje el castaño puso música y el Alfa estaba bastante sorprendido porque la mayoría de las canciones eran sus favoritas y por la sonrisa de Stiles sabía que las había elegido a propósito. Cuando pensó que no podía enamorarse más del castaño este lo sorprende.

Al llegar al restaurante había una gran fila de espera, el castaño sonrió y sin esperar tomó la mano de Derek, al no sentir ningún rechazo sonrió y apretó un poco la mano del lobo mientras se abría paso a la entrada donde se encontraba una mujer pelirroja de ojos avellana que Derek ya había visto antes. La mujer estaba seria y vestía un traje negro que la hacía resaltar. Al ver al castaño sus ojos se iluminaron y una sonrisa adornó su rostro.

— ¡Mica! Es bueno ver que pudiste llegar a tiempo.

— Ya sabes que nunca fallo. — vio a su acompañante — Ella es Allén, la has visto varias veces en las reuniones. Ella nos reservó un lugar, este es su restaurante.

— Muchas gracias.

— Para nada, haría lo que fuera por mi castañito y mi futuro cuñado.

Derek rio levemente. Le agradaba la chica, se veía agradable como todos en la manada de su compañero.

Allén los guio a través de las mesas hasta llegar a lo que parecían ser unas salas privadas. Llegaron a la última puerta donde la abrió dejando ver un hermoso ventanal con vista al jardín del lugar. Había una sola mesa arreglada de manera perfecta.

— Gracias, pelirroja. — le dijo Stiles mientras aceptaba que ahora Derek se apresuró a abrir la silla para él. Era tierno.

Allén sonrió encantada. Su castañito se estaba permitiendo ser feliz y se estaba abriendo con alguien que no era de la manada. Le gustaba.

— Todo se ve delicioso. — comentó Derek al ver la gran variedad de comida. Ya había comido en otros restaurantes de lujo por los viajes de negocio que hacía con Peter, pero este lugar simplemente parecía diferente.

— Allén es alguien bastante sencilla, no le importa mucho la elegancia o lo mejor. Ella ama la simpleza, los platillos no son extravagantes, pero son muy buenos.

— Jamás hubiera imaginado que la dueña fuera simple, todo este lugar grita ricos.

Stiles rio levemente.

— ¿Verdad? Eso es lo que quiere. En la manada nos manejamos como un gran matrimonio, todos queremos contribuir con los gastos y nos gusta. Roy y los cachorros son los únicos que no apoyan de manera económica.

— Me imagino que a Roy no le gusta mucho eso.

— Oh si. Él quiere ser de ayuda, pero nosotros solo queremos que disfrute de las cosas, creo que todos lo seguimos viendo como el cachorro de la manada, nos cuesta trabajo no consentirlo.

— Es bueno. Me pasa con Liam, es el más pequeño de la manada al igual que Mason y la verdad no quiero que se preocupen de nada.

— Siempre hay una debilidad en la manada, los cachorros son adorables.

— En eso estoy de acuerdo.

— En fin, Allén tiene o pinta todo esto lujoso para que así tenga más ganancias, las verdad la idea fue de Bera y Elaine, ellas volvieron loca a Allén cuando estaba construyendo el restaurante.

— Creo que no conozco muy bien a tu manada.

— La verdad ellos tampoco los conocen muy bien, los pumas son reservados por naturaleza y los humanos de la manada se han acostumbrado a esa naturaleza. Es extraño como los humanos se pueden transformar con este tipo de convivencia.

— Por esa y más razones los humanos son muy importantes en las manadas, ellos son sorprendentes. Se adaptan de una manera demasiado rápida.

— ¿Por eso te acercaste a mí? Aunque recuerdo que Jackson también fue muy amable cuando "no" sabía nada.

— No. Tu eras intrigante. Había una atracción hacia ti que mis betas sintieron, desprendes calidez. Sabíamos que te estábamos haciendo daño, yo quería contarte todo desde el momento en que mordí a tu hermano pero él tenía miedo de que te sucediera algo. La verdad nos acercamos a ti con intenciones honestas, jamás quisimos algo de ti u obligarte a algo.

— Eso me alegra. La verdad al principio pensé que solo querían mantenerme vigilado.

— Para nada. Aunque la mayoría de las manadas si harían eso. Los humanos son un arma de doble filo. Pueden ser los más poderoso de la manada o también pueden asesinarnos sin que nos demos cuenta.

— Es verdad. Es riesgoso confiar en los humanos.

— Realmente has cambiado.

Stiles rio levemente.

En ese momento les trajeron su comida. Derek alzó una ceja al ver la comida del castaño era una hamburguesa bastante grasosa y papas curveadas. Sus favoritas. Él pidió un corte de carne con pure de papa y una guarnición de verduras. Ambos estaban tomando té helado negro de limón.

— Han pasado muchas cosas, ya no me considero mucho un humano. La verdad aprendí lo capaces que son los seres humanos para crear caos y destrucción. Los cazadores de Gerard me enseñaron eso. Luego me volví parte de la manada de Amets y todo mejoró, pero ahí me di cuenta de que no podemos confiar en los humanos de manera tan fácil.

— Es verdad. Yo era así, mi familia pagó por mi confianza a Kate.

— Ey, no tienes que contarme más. Esa perra se aprovechó de ti cuando eras un niño, no fue tu culpa.

— Gracias.

Disfrutaron de la comida encantados.

— Me dijiste que me dirías al razón de esta cita. — dijo Derek mientras disfrutaba de su pastel de chocolate.

— Oh, es verdad. Derek Hale, creo que tal vez es momento de iniciar una vida juntos. Ha pasado mucho tiempo desde que confié en alguien plenamente y la verdad estoy feliz de tener aquí y que a pesar de todo lo que ha ocurrido te has mantenido a mi lado. Quiero ser tu pareja y espero que me des la oportunidad de estar a tu lado.

Derek sonrió con ternura y tomó la mano del chico sobre la mesa.

— Lo acepto. La verdad he esperado por esto desde antes de que te fueras con Gerard, he querido estar a tu lado desde ese momento.

Stiles sonrió con ternura.

Ese era el comienzo que merecían.  

Hermanos LaheyWhere stories live. Discover now