Hermanos Lahey

V.- Víctimas

A la mañana siguiente Stiles despertó y se alisto para ir a la biblioteca, como cada mañana desde que habían sido adoptados fue recibido por las sonrisas e su hermano y los dos mayores.

— Boyd y Erika no tardaran en venir, yo tengo que salir al trabajo pero Peter y tu hermano se van a quedar en la casa. — le dijo Noah mientras tomaba sus cosas y dejaba un beso en los labios del lobo y en las frentes de los adolescentes.

— ¿De acuerdo? — colocó sus manos dentro de su sudadera, con el tiempo que había pasado con los chicos y ahora sus nuevos padres había tomado un poco más de confianza pero aun se sentía bastante avergonzado por las cicatrices en su cuerpo así que usaba sudaderas anchas que lo cubrían por completo y casi siempre sus manos estaban en los bolsillos — Que tengas un buen día. — susurró Stiles lo suficiente alto para que el sheriff lo escuchara.

— Gracias, chico, tú también. — se despidió Noah con una sonrisa antes de salir de la casa.

Isaac estaba realmente feliz de ver a su hermano abriéndose con los demás, para él era más sencillo al ser lobo, era como si su instinto lo ayudara a eso.

— Desayuna tranquilo. — le dijo Peter mientras señalaba el lugar vacío a su lado en la barra.

— Gracias.

El desayuno paso de manera tranquila, los lobos se dedicaron a hablar y Stiles solo los escuchaba con tranquilidad, ellos de repente lo miraban para pedirle su opinión o simplemente ver que estaba escuchándolos.

Al terminar el castaño decidió tomar su mochila y meter sus cosas en ella, estaba tan absortó en sus pensamientos que ni cuenta se había dado que su hermano había entrado a su habitación.

— Estás más feliz. — comentó Isaac con cariño.

— ¿De verdad? — le preguntó Stiles mientras lazaba una ceja y cerraba su mochila.

— Si. — se acercó y sentó sobre la cama — Sé que no te das cuenta pero ahora sonríes y dejas que los demás se acerquen un poco más a ti. — colocó la mano sobre el brazo del otro — No debí dejarte solo pero ahora ya no estamos con ese maldito y ahora podemos relajarnos, ellos no nos harán daño. — comentó Isaac con cariño.

— Es verdad, solo es difícil confiar.

Antes de que el otro pudiera hablarle escucharon como los chicos llegaron a la casa como siempre haciendo un escándalo.

— ¡Pequeño Lahey! ¡Vamos! — le grito Erica desde abajo.

— Tus amigos son raros. — comentó Stiles con una ligera sonrisa adornando su rostro.

— También podrían ser tus amigos... — comentó Isaac susurrando lo último ya que su hermano había salido de la habitación.

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Stiles se encontraba sentado en una de las mesas de la biblioteca rodeado de libros mientras anotaba ciertas cosas mientras que Boyd leía un libro y Erika miraba su celular.

— ¿Por qué ves tanto libros sobre mitología y cosas sobrenaturales? — preguntó Erika tratando de ocultar lo nerviosa que estaba, sabía que el chico era listo y por un momento se le cruzó por la cabeza de que estaba investigando sobre eso porque sospechaba de ellos.

— El libro que tocó este mes es sobre criaturas sobrenaturales y mitología, quiero estar preparado para cualquier pregunta además de que solemos hacer concursos y ganamos una copia del libro firmada por el autor y no planeo perdérmelo. — comentó el castaño sin siquiera ver a la chica y controló sus latidos por lo que los lobos creyeron en sus palabras.

Después de horas Stiles sacó su portátil y sin que los otros dos ser dieron cuenta hackeo la red de la policía del pueblo y fue donde encontró la información de las víctimas que habían fallecido en esas semanas y de alguna forma encontró una conexión y es que todos estaban relacionadas al club de natación que su padre dirigía cuando él era pequeño. También había una sola persona con suficiente odio para ir detrás de cada una de esas personas y era un chico que conocía.

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El lunes había llegado de nuevo y el castaño se alejó de su hermano para acercarse a Matt, quien sacaba sus libros de su casillero y en su cuello colgaba una cámara.

— Hola Matt. — le saludó con una sonrisa tímida, aunque estaba haciendo eso para saber la verdad aun le costaba hablar con los demás.

— ¿Qué quieres, Lahey? — le pregunto con molestia.

Stiles suspiró mientras movía sus manos dentro del bolsillo de su sudadera.

— Ahora que tuve que limpiar la casa por la muerte de ese hombre encontré algunas cosas. — miró al chico — Sé lo que hizo mi padre y sus alumnos, no es justo.

— ¿Cómo sabes eso? No sabes lo que sentí, fue horrible, sentí que moriría y lo único que ese imbécil me dijo es que no dijera nada. — dijo Matt furioso mientras presionaba con fuerza sus libros.

— De cierta forma te entiendo. — el odio cruzó sus ojos — Él era un idiota, un asco de persona. — sacó sus manos de su sudadera y dejó ver las cicatrices en sus brazos impresionando al otro chico — Ese hombre me golpeaba a diario de una manera brutal, a mi hermano lo encerraba en un refrigerador vacío, hacía lo mismo conmigo pero era mi momento de paz aunque mi claustrofobia luchaba para salir. Prefería eso en vez de ser golpeado sin piedad, sin importar mis gritos o mi llanto, tengo demasiadas cicatrices que los demás pueden ver pero también tengo otras que son las que más me atormentan. — Matt sonrió levemente al ver los ojos del castaño — Odio a ese hombre, siempre ha sido una escoria y me alegro de que este muerto. — dijo Stiles sabiendo que esa era la realidad y le había ayudado a conseguir la amistad y confianza del castaño.

Durante los siguientes días ambos castaños se volvieron realmente cercanos y de cierta forma Stiles comenzó a tenerle cariño al fotógrafo, entendía muchas de las razones por las cuales se comportaba como lo hacía, sentía que se parecían y podían ser honestos sobre todo. Incluso comenzaba a sentirse mal porque sabía que le dolería si él en realidad fuera esa cosa, que descubrió que se llamaba kanima.

En cambio la manada estaba realmente preocupadapor el castaño, ya que ellos habían confirmado de que Matt era el kanimacontrolado por Gerard Argent y sabían que si ese hombre quería hacerles daño haríaque el ahora amigo de Stiles lo hiriera.