III.- Nueva Familia

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Stiles despertó asustado, se levantó de manera abrupta, ahí fue donde se dio cuenta de que se encontraba en el hospital. No había estado en uno desde que su madre murió y no le gustaba.

Miró sus brazos cubiertos por vendas y suponía que así se encontraba todo su cuerpo además de que sentía la venda más ajustada en su abdomen. Sabía que las heridas habían incrementado con el paso de los días, él se llevaba más golpes que antes por la ausencia de Isaac en casa. No culpaba a su hermano, en realidad le alegraba que tuviera amigos y que viviera fuera de su burbuja, él también había sufrido, ambos habían pasado por un infierno por años. El distanciamiento de su hermano lo entristecía pero era algo bueno, él merecía feliz y tal vez Stiles tendría su momento aunque por el momento se sienta solo, extrañaba a Camden, él siempre sabía que decir para cada situación.

La puerta se abrió distrayendo al chico de sus pensamientos, ahí se encontraba Isaac, se veía cansado y unas ligeras ojeras se podían ver debajo de sus ojos.

— ¡Mitch! Al fin despertaste, no sabes lo preocupado estaba, no podía creer lo que decía Melissa. — le dijo Isaac mientras abrazaba con demasiado cuidado a su mellizo.

— ¿Issi? — acarició la espalda del ruloso para calmarlo — Estoy bien, fue lo de siempre, ya hemos aguantado los golpes de papá, solo estaba agotado por trabajar en el cementerio. — le dijo Stiles de una manera dulce.

Isaac se separó de manera abrupta de su hermano para después mirarlo a los ojos.

— No puede decir que es como lo de siempre, dejando de lado los golpes estabas débil por no haber comido bien. ¿Por qué no estabas alimentándote de la manera correcta? — guardó silencio un momento, sus manos comenzaron a temblar — ¿Quieres morir? — le preguntó Isaac en un susurro.

— No quiero hacerlo Issi, solo no tenía apetito después de las paliza y trataba de concentrarme en el trabajo y la escuela, se me olvidó comer. — le dijo Stiles con cariño mientras enterraba sus uñas en su palma sin que el otro se diera cuenta.

— Esta bien, ahora solo tenemos que solucionar lo que nos ha pasado. Aunque ese bastardo haya muerto sigue causándonos problemas, él era nuestro tutor legal y somos menores, así que tendremos que hacer algo. — dijo Isaac sentándose en la cama.

— No podemos irnos a casa hogares, no quiero separarme de ti. — frunció el ceño — Ya tuvimos suficiente con Camden en el ejército. — dijo Stiles susurrando lo último.

Isaac miró con tristeza a su hermano, para los dos fue fuerte y horrible saber que su hermano se perdió en batalla, Stiles y él eran mucho más unidos que el ruloso.

La puerta se abrió dejando ver a Peter, Noah y Derek. Stiles alzó la ceja al ver al joven Hale, había escuchado de él pero no imagino que conociera a su hermano.

— Es bueno ver que estás despierto. ¿Cómo te sientes, chico? — le preguntó Noah con una sonrisa adornando su rostro.

— Bien. — las miradas de los presentes lo hicieron encogerse — Un poco adolorido.

Isaac sonrió mientras acariciaba el cabello de su hermano.

— Escuchamos de lo que estaban hablando, no deben de preocuparse acerca de ser menores. Nosotros ya nos hicimos cargo. — les dijo Peter con orgullo.

— ¿A qué se refieren? — preguntó Isaac sin entender que estaba sucediendo, apenas había entrado a la manada, ni siquiera lo conocían bien, no podía creer que estuvieran haciendo algo por ellos.

— Ser el sheriff y uno de los mejores abogados tiene sus ventajas así que ahora nosotros somos sus tutores legales. Vivirán en la mansión Hale con los demás y nosotros nos encargaremos de ustedes. — dijo Peter mientras le regalaba sonrisas tiernas a los menores.

— ¿Qué quieren a cambio? — todos lo miraron confundidos — Nadie hace algo tan desinteresado y menos mantener y cuidar de dos chicos sin obtener nada a cambio. Algo quieren. — dijo Stiles de manera seria.

Noah se acercó, entendía la desconfianza del chico, era normal después de todo lo que había vivido. Él no sabía que esto se hacía por las manada, que era un acto desinteresado, no conocía la lealtad de un lobo. Él y Peter también querían hijos y esta era la mejor oportunidad, les darían una buena vida a estos chicos que habían perdido todo y sufrido con tan poca edad.

— Sé que no puedes creer esto, pero nosotros somos sinceros y lo único que queremos de ustedes es que sean felices y disfruten de la vida. — colocó su mano sobre el hombre del menor — Como dijo Peter hace unas horas, Isaac es familia y ahora tú también lo eres. — le dijo Noah con una sonrisa en su rostro.

Stiles miró al oficial para luego mirar al Hale, quien asintió con una ligera sonrisa en su rostro.

— Gracias.

Los adultos sonrieron ante la respuesta del chico.

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Stiles se había adaptado a vivir con Noah y Peter, a lo que no se acostumbraba todavía era tener dos personas pendientes de él, como aun no se había recuperado los hombres estaban siempre al pendiente de sus medicinas y que no le doliera nada. También se había acercado un poco a Isaac y los demás chicos pero se seguía sintiendo raro y como si no perteneciera así que solía quedarse en su habitación estudiando o haciendo otras cosas. Isaac parecía estar completamente en su ambiente como si ese fuera el lugar al que pertenecía y eso había ayudado también a que volviera a estar unido con Stiles, aunque ahora era el castaño el que se distanciaba.

El humano ahora se encontraba en el taller, Noah y Peter le había regalado un jeep que necesitaba algunas reparaciones así que le dieron un poco de dinero y le dijeron que lo llevara a arreglar como el quisiera. Ellos sentía que era una experiencia para el chico, así tendría algo suyo y de lo cual encargarse.

Stiles se encontraba en la zona de espera comiendo unos chocolates cuando escuchó el grito del chico que lo había atendido. Corrió para encontrárselo en el suelo sin moverse pero aun consciente.

— Busca ayuda. — susurró el chico.

Para cuando Stiles se dio al vuelta sintió un dolor en la nuca y todo su cuerpo se adormeció aunque alcanzó a llamar al 911. Frente a él pudo ver una figura escamosa, como un reptil con forma humana que terminó dejando caer un auto sobre el chico matándolo de inmediato y luego se fue, no sin antes mirar al castaño.

— ¿Qué carajos? — susurró Stiles, sin poder creer lo que había visto.  

Hermanos LaheyTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon