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- Vamos, que no te dé vergüenza-. Reclamó.

- Solo date vuelta y ya-. Exclamé.

- Bien, prefiero darme la vuelta antes que irme-. Soltó mientras se daba la vuelta y se cruzaba de brazos.

Coloqué mi pijama en la mesita de noche para comenzar a vestirme.

- Así que... Morningstar, ¿A caso tu padre es..?-. Erick preguntó y no terminó de hablar para que yo le respondiera.

- No es eso, es solo que..-. No estaba segura de la confianza que teníamos pero decidí darle una oportunidad y confiar en él.

- Mi madre y mi padre se divorciaron meses después de que yo naciera, ciertamente a mi padre no le agradó la idea de que yo naciera en el avión, mucho menos di él tenía una amante en España-. Me quité la playera para ponerme la de mi pijama.- Después de eso, mi madre no quiso saber nada de él, así que decidió cambiar mi apellido a claramente el de su personaje favorito-. Me bajo el pantalón para ponerme mi short de pijama.- Lo peor es que cuando crecí, mi padre volvió con su actual esposa y ahora viven en un penthouse en Alemania-. Cuando volteo hacia arriba, noto su mirada.

-¡Mierda!, te dije que no miraras-. Exclamo.

- No pude evitarlo, claro que te puse atención pero necesitaba mirarte para.. para que no pensaras que le estabas hablando a una pared-. Suelta un suspiro mientras me mira desde abajo hacia arriba.

- En fin, vamos antes de que cierren la cafetería-. Me acerco a él pero lo rodeo para abrir la puerta y salir.

Erick me tomó del brazo, apretándolo con suavidad y hacerme mirarlo.

- ¿Qué pasa?-. Pregunto a pesar de que estoy cien por ciento segura de lo que pasará a continuación.

Erick me toma del mentón y se agacha para alcanzarme, para luego acercarme a él y besarme. Realmente esto estaba pasando, era casi imposible a pesar de que ya lo veía venir; sus besos eran húmedos y su aliento cálido. Lentamente sus labios iban bajando hacia mi cuello, succionando y dejando pequeñas marcas, provocando ligeros jadeos ahogados entre ambos.

Parecía que realmente me deseaba, que realmente me necesitaba al igual que yo a él.

- Hazlo-. Solté entre jadeos.

Sus manos rozaron el borde de mi camisa y me tomó de la cintura para acercarme más a él.

- Así no se piden las cosas-. Me miró por un momento.

- Vete al infierno-. Solté y noté como una sonrisa aparecía desde las comisuras de sus labios.

Sus manos se posaron en mi espalda, moviéndose lentamente y acariciándola, mientras que sus besos se mostraban cada vez más apasionados y llenos de placer; mientras que nos besábamos, él me levantó y me empujó en la esquina, atrapada con las paredes... de cierto modo esto me daba un pequeño e "insignificante" deja vu. Estaba en la esquina de la habitación donde en un lado había una ventana y al otro una simple pared vacía, mientras nos besábamos, miraba la luna, lucía hermosa.

-¿ Sigues viendo la luna?-. Erick preguntó. Era extraño que lo hubiera notado, pero aún así lo hizo.

- A veces hay cierta belleza en la incertidumbre-. Dije para luego mirarlo de nuevo.

- Entonces.. ¿si te dejas dar?, así como el cajón de tu mesa de noche, como cajón atorado-. Dios, apuesto a que enrojecí.

Me sentí realmente querida y sobre todo, deseada, pero no pude evitar pensar en Ana y su hermano, no sabía porqué pero Andrew no salía de mi mente. Mientras nos besamos, mi teléfono sonó, era Jack, seguro se había impacientado. Pero cuando sonó mi teléfono, Erick lo tomó y respondió por mí.. espera.. esto ya había pasado.. espera... ¿a caso?... ¡¿ANDREW?!.

A La Luz De La LunaWhere stories live. Discover now