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Los chicos vienen detrás de nosotros y platican sobre el plan de patinar sobre hielo. Nunca supe, pero siempre lograban convencerme para entrar a la pista para burlarse de mi.

Lan y yo entramos, y puedo escuchar como Lorenzo le advierte que si me deja caer lo golpea. Nos reímos porque Lando se lleva de bromas con Charles pero cuando Lorenzo le dice algo parece asustado.

—En serio, si me dejas caer la que va a golpearte seré yo —amenazado con miedo porque mis piernas tiemblan ante el miedo pero Lan me sostiene de las dos manos patinando hacia atrás.

No se como es bueno en todo.

La sensación que me da estar en la pista con Lando es inigualable, me siento tranquila después de un tiempo y por fin puedo patinar sin miedo.

Le imploro que no me suelte pero al final lo hace y como si de una niña en sus primeros pasos fuese, abre sus brazos para que patine hasta él.

Cuando lo hago me rio con fuerza y por fin me toma en brazos cuando llego a él.

—Ya puedes ser patinadora profesional —me felicita con un beso en la frente. En la posición en la que estamos, sus brazos me envuelven por la cintura y yo estoy mirándolo desde abajo.

—¿Tu crees? —me burlo, fingiendo que no estamos peligrosamente cerca. Es que nuestros están tan cerca que puedo sentir su nariz rozar con la mía—. Lan... quiero besarte.

Lo veo reprimir una sonrisa y me mira con esa picardía que siempre tiene en la mirada. El sabe lo que hace en mi y sabe que me mata que me vea como si fuera yo lo las hermoso que sus ojos han visto.

—Hazlo.

No lo pienso ni un minuto mas cuando uno mis labios con los suyos, estamos al ojo del público pero tenerlo conmigo en mi época favorita es imposible que no me haga sentir que estoy haciendo lo correcto.

Que estoy enamorada y no debo de tener miedo.

—Lan, una carrera —Charles llega a interrumpir sin querer y al vernos ruborizados se ríe pero le da una mirada de que vayas—. Te la dejo encargada.

Prácticamente me avienta a Alex que tampoco sabe patinar y agarradas de la mano intentamos ir hasta la orilla.

Sólo puedo escuchar un Avery de pánico antes de caer las dos al piso a unos cuantos centímetros de llegar. Nos reímos con fuerza mientras los chicos nos ayudan a levantarnos.

Regresamos a media noche a casa.

Mamá nos recibe con botas de dulces y empezamos a abrir los regalos. Al final voy yo porque soy la más pequeña, sólo porque Arthur nació 12 minutos antes.

—Este es de parte mía —Charles avienta una caja y al abrirla me doy cuenta que el uniforme completo de Slytherin, mi casa de Hogwarts—. Dejaste el otro en Maranello.

Lo abrazo agradeciendo. Lo siguiente es de Lorenzo quien me regala un libro de romance, Arthur me regala un suéter con mi nombre, pues el tiene el mismo pero con su nombre y mi mamá me regala un lindo collar.

Alex me regala un charms de la bandera de México porque dice que le recuerdo mucho a sentirse en casa.

—Este es el mío —Lando me entrega un sobre.

—¿Dinero? —bromeo mientras abro el sobre, pero tan pronto veo dos boletos de avión mi felicidad es enorme.

No sólo son los boletos, también viene incluida un all pass al Glamping de Nueva York más famoso. Hace días hable de lo mucho que me gustaría ver la un atardecer de una de las ciudades que he idealizado como perfectas.

WHY - Lando NorrisWhere stories live. Discover now