WHY - Lando Norris

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La cena de los Leclerc es muy conocida como algo muy privado, no invitábamos a gente extraña a menos que fuera muy muy ¡Muy! cercano. Algunos tíos cercanos llegan, los primos siempre llegan después de las doce. Las novias o novios son las únicos "extraños".

La etiqueta de este año es vestir de rojo. A elección de Charles y Lorenzo; el último año que estuve aquí todos llegamos de beige, a petición de Arthur y yo.

El siguiente año le tocó a los chicos, y el 2021 le tocó elegir sólo a mi gemelo.

Es en un bonito jardín de Monaco, lleno de flores, un lago al fondo y varias estatuas, replicas de un famoso escultor. También hay una fuente y varios bancos para sentarse a los al rededores.

Pero lo que más me gusta del lugar, es que aquí se casaron mis padres. Dicen mis tíos que fue una hermosa boda, mi mamá lucía preciosa y la música clásica que bailaron a la mitad de la noche bajo las miradas expectantes fue como de película.

Nadie de aquí habla inglés, todos hablamos nuestro idioma natal: francés.

Pero esta vez Lando Norris, un británico infiltrado en la lista porque yo lo he pedido, resalta entre todas la caras porque se ve confundido todo el tiempo.

El rojo que utiliza es casi igual al de mi vestido, y cuando me dijo que odiaba el color en él no lo creí, hasta que lo miré y su cara de desagrado me hace reír.

—Te queda bien —miento, porque realmente no es su color—. Me encanta.

—Sé cuando mientes, linda —besa mi mejilla y se queda varios segundo ahí.

Me rio por lo bajo, tomando sus manos y jugar con sus dedos trato de pasar desapercibida.

Yo nunca he invitado a nadie, claramente Max pudo haber sido la excepción pero mi cerebro no lo relacionaba con tan comprometedor.

¿Un secreto? Cuando me engañó me culpe por no darle la importancia para invitarlo a esto y que por eso hizo lo que hizo. Fue difícil entender que yo no sentía que Max entrara a esta parte de mi vida, porque yo jamás me sentiría preparada para decirle a mi abuela: "mamá Anne, él es mi novio..."

Pero Lando, Dios, desde que acepte que me gustaba fantaseaba en esta noche, donde a la mitad de la fiesta, las luces se vuelven tenues y la música clásica va al ritmo de los tacones de las chicas.

Fue idea de mi madre incluirla como tradición, porque era una parte que la hacía revivir esa noche de su boda, pero ahora sus hijos como protagonistas.

Cuando lo hacemos parece como si... ¿Esa es Alex?

—Hola, amiga —me abraza por los hombros y confundida hago lo mismo—. Es demasiado lindo todo esto.

—Sí... lo sé, es mucho para poca gente. Espera ¿Qué haces aquí? —trato de no sonar ruda y se que lo logre porque Lando no parece incómodo.

—Charles me invitó, ¿hay algún problema con eso? —se ve igual de confundida y un poco apenada por eso pero yo niego con una sonrisa.

—No, claro que no. Me parece genial —miento, tomando sus manos de nuevo y apretarla para reconfortarla—. Espero te haya enseñado los pasos del baile de noche.

—Lo hizo, fue un gran maestro —se ríe y a mi parece como si mi sonrisa se volviera de cartón.

—Si me disculpas Alex, iré a donde mi madre. Disfruta de la fiesta, te veo antes de las doce para prepararnos.

Tiro de Lando y en seguida busco a mi hermano con la mirada, totalmente despreocupado mientras bebe champaña con algunos tíos y siento que mi nervio se va a reventar sino fuera porque Lando tira de mi.