18; Deja Vu

2.8K 175 2
                                    

Recuerdo la vez que conocí a Max Verstappen.

Papá falleció un 20 de julio del 2017 y las personas allegadas al Charles y relacionado con el deporte del motosport estaba ahí.

Max fue el único que se acercó a mi, porque todos tenían miedo de verme quebrarme. No llore durante el velorio, ni cuando lo enterraron. No llore cuando me daban el pésame.

No lloraba y parecía que era cuestión de tiempo para que explotara.

Max en su lugar me consoló. Dijo que no estaba bien que no llorara y bromeo con que, el tampoco lo hacía así que no importaba tanto.

Jugamos cartas en lo que la gente se despedía y tomamos café frío, escuchamos canciones que le gustaban a mi papá y nos mirábamos cómplices cuando alguien a quien no conocía se acercaba a mi fingiendo que realmente le dolía verme en esa situación.

Lo siguiente fue historia, Max se convirtió en mi todo en aquel momento en una búsqueda desesperada por sentirme mejor y me aferre a la idea de que Max me amaba sólo porque tampoco sabía como decirme adiós.

Justo como hoy.

—Max, ya tengo suficiente con Charles por tenerte cerca —murmuro, ignorándolo lo más que puedo porque estoy demasiado absorta en la tablet, el trabajo en este GP era mucho mayor porque se celebraba en Francia—, aléjate de verdad o pondré una orden de restricción.

—Sabes que no puedes hacerlo —su murmuro parece con coquetería. Su dedo indice se acerca a mi para acariciarme con el dorso la mejilla y por inercia cierro los ojos.

Pero dentro de mi corazón un palpitar ansioso se siente y me alejo, para mirarlo con enojo.

—No quiero que te acerques Max. Es algo real o de lo contrario voy a irme de nuevo y esta vez no vas a poder buscarme en Maranello —amenazo, aferrando la tablet a mi pecho—. Sigue con Kelly y déjame seguir con mi vida.

—No cuando se que Lando esta en tu órbita —brama, esta vez mirándome con enojo que me hace rodar los ojos—. Me estás matando Avery.

—Aléjate ya.

Paso de su presencia dispuesta a ir al hospitality de Ferrari, para ver a Charles y hablar sobre algunas cosas. Durante la media hora que pasamos juntos no me mira como con cariño y estoy tan enojada con él mundo entero que también paso de eso.

—Bien, eso es todo —me pongo de pie y por primera vez veo una mirada de angustia en Charles.

—¿Don-donde vas?

—Quiero estar sola.

No dejo que me conteste porque sinceramente hoy en especial un hueco se hace mi corazón. Quiero estar sola y quiero que nadie me deje.

Es tan contradictorio porque tengo la necesidad de buscar consuelo y a la vez, siento que nadie va a poder llenar el hueco de esperanza que me hace falta.

Pero es que también me rehuso a pedir ayudar, porque sé que puedo sola. El orgullo me mata.

Tan pronto cierro las ventanas de la habitación pequeña quedando a completa oscuridad, apago mi celular y me acuesto bajo las sábanas. Ignorando todo el ruido que hay afuera.

—Maldita sea —murmuro cuando escucho entre mis sueños el golpear de la puerta, apenas puedo tocar mi celular para ver la hora pero veo que esta apagado.

Con los ojos entreabiertos prendo el aparato mientras abro la puerta de la habitación. Cinco pares de ojos me miran asustados.

Charles, Carlos, George, Lando y Max...

WHY - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora