capítulo 32

79 13 1
                                    

Bakugo la tomó de la muñeca, Midoriya ya se había ido a dormir, María lo estaba por imitar, pero el rubio tenía otros planes.

—Baku-

Jaló de ella hasta dejarla caer el el sofá y se subió sobre ella mirándola amenazante.

— Hablarás — murmuró mirando sus ojos confundidos por su accionar— vas a responder a mis preguntas, bruja.

— Es- ¿es necesario que estemos así?— Bakugo la sostenía de las muñecas a cada lado de su cabeza por lo que la posición era cuánto menos algo poco inusual para una conversación aunque María pensaba que aquello había pasado a ser un interrogatorio.

— ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes todo eso? ¿Cómo es que pareces saber todo sobre nosotros? ¿Por qué siento que sabes todo sobre mi?

María contuvo la respiración. Bakugo la miraba con sus ojos filosos. Parecía querer encontrar respuestas mirándola detenidamente. Esperó cualquier reacción, pero jamás aquella sonrisa tan dulce.

Una sonrisa tranquila. Era inusual poder sonreír así, mucho menos si se trataba de una espía. Había algo que no cuadraba.

— No lo sé todo realmente — comenzó ella luego de un rato — podría decirse que simplemente sé lo esencial.

— Habla claro— Bakugo apretó un poco las muñecas de María y está hizo una mueca —¿Tiene que ver con tu don?

— No puedo responder a eso. Pero todos se equivocaron al decir que soy una vidente...yo no veo el futuro, pero si sé un par de cosas.

Bakugo miraba detenidamente sus ojos, sus expresiones, sus labios. No estaba nerviosa, no tartamudeaba, no evitaba su mirada, no parecía mentir. Se sintió realmente confundido pero no desistió. Le sacaría información a esa chica.

—¿Por qué? ¿Por qué estás aquí?

— ¿Me creerías si te digo que llegué de casualidad?— Bakugo apretó más sus muñecas cuando la vio sonreír y al sentir la presión ella suspiró — No soy peligrosa, pero por lo que veo soy sospechosa y eso no lo puedo evitar. Aunque debo decir que es refrescante ver está faceta tuya— María sonrió a Bakugo tensar su cuerpo sobre ella esperando a que siguiera hablando, ella sonrió y continuó—, diferente del Bakugo que es puro orgullo y se jacta de que los demas no le importan. Enviaste a Izuku a la cama para poder interrogarme. Si yo fuera alguien malo habría sido bueno para ti tener refuerzos. Eso solo me dice que eres mucho más amable de lo que aparentas.

— Estás diciendo idioteces— Bakugo la soltó y se acomodo en el sillón. María se sorprendió al principio pero luego se incorporó para mirarlo con una sonrisa.

— Eres amable. Por eso me soltaste.

— Te solté para que cierres la boca.

— Tu eras el que quería interrogarme— se encogió de hombros y Bakugo chasqueó la lengua.

—¿ Quién eres realmente?

María apretó los labios y meditó un instante si revelarlo o no, pero tomó su decisión.

De LATAM a My hero academiaWhere stories live. Discover now