Capítulo 22

125 17 3
                                    

María llegó al tercer piso y  antes de llegar a su habitación para poder encerrarse se topó con aquel muchacho bicolor. Al ir a paso apresurado se chocó con él y perdió el equilibrio, pero Todoroki la tomó del brazo justo antes de que cayera. Pero María hubiera preferido estampar su trasero contra el piso antes de que Todoroki la sostuviera del brazo chamuscado que Bakugo le había dejado.

— ¡Ay! Pinche joto, mi bracito — María se quejó casi llorando pero Todoroki no entendió más que el tono que utilizó y supo que debía soltarla. En ese momento vio aquella marca ahora mucho más visible de una mano perfectamente marcada al rojo vivo.

— Yo...no sabía que tenía tanta fuerza — mirando su mano María lo vio consternado.

— Tranquilo carnal— lo hizo mirarla y le sonrió — No fuiste tú quien hizo eso, así no te preocupes.

— Ah, ¿y entonces?

— Y entonces que — María ladeó su cabeza y cuando entendió a qué se refería desvió sus ojos— No- no fue nada. Así que no le tomes importancia. A-ahora ve a cenar, ya deberían haber comenzado...

María lo empujó hasta el ascensor y subió con él solo para apretar el botón de la plata baja y salió antes de que la puerta se cerrará. Todoroki no alcanzó a reaccionar pus la puerta ya se había cerrado.

— Tratar con Todotraumas es bastante agotador...— suspiró y fue hasta su habitación y se lanzó a la cama. Alzando su brazo izquierdo notó aquella marca y en verdad parecía que no iba a dejar de cambiar de color— Dejó su mano marcada... cada vez está más rojo, si no se me cae la piel será porque se estaba conteniendo— María hizo un puchero y algo más tranquila intento dormir para evitar pensar en qué tuvo que saltarse la cena.

No sabía que se había logrado dormir hasta que se despertó por un ruido. Alguien estaba tocando a la puerta.
Se levantó media dormida y bostezando fue hasta la puerta, cuando la abrió tuvo un ligero vuelco al corazón al ver en vivo y en directo a Kirishima con el cabello hacia abajo con rostro de cachorro abandonado mientras llevaba en su mano un sándwich y un vaso de jugo de naranja.

—L-lamento haber llegado así, pero no comiste nada y entonces yo...

María lo vio apretando los labios cuando sus ojos se detuvieron en el brazo de ella. María soltó un suspiro y le agradeció.

— Estoy segura de que no cenar no es tan malo de ves en cuando, pero moría de hambre— lo tomó del brazo y lo hizo pasar a la habitación Kirishima no tuvo tiempo de negarse o siquiera decir algo— Gracias por preocuparte por mi.

María estaba de espaldas por lo que Kirishima no pudo ver su rostro.

—Esa marca, ¿fue Bakugo cierto?

De LATAM a My hero academiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora