ROSE ;; Keria x Gumayusi

❧ VI. 10

Cuando finalmente recuperó la conciencia, se encontró aturdido y desorientado, luchando por abrir los ojos mientras una sensación de náusea y debilidad lo invadía. Todo a su alrededor parecía borroso y distorsionado, como si estuviera viendo el mundo a través de un velo. Se esforzó por enfocar la mirada, tratando de comprender dónde se encontraba y qué le había sucedido.

Poco a poco, los contornos difusos de la realidad comenzaron a tomar forma a su alrededor, revelando un entorno oscuro y claustrofóbico que lo rodeaba. Estaba acostado en el suelo frío y húmedo de un sótano mal iluminado, las paredes desnudas y descascaradas parecían cerrarse sobre él como garras invisibles. La luz parpadeante de una lámpara colgante arrojaba sombras grotescas y retorcidas en las paredes, creando una atmósfera de terror y opresión que hacía que su piel se erizara.

Con un esfuerzo, logró incorporarse, luchando contra la debilidad que amenazaba con arrastrarlo de nuevo hacia la oscuridad. Se tomó un momento para orientarse, tratando de recordar cómo había llegado allí y qué había sucedido con Minhyung. La última cosa que recordaba era estar en el almacén abandonado con Sanghyeok y Sunhee, enfrentándose a ellos en un intento desesperado por encontrar a la persona que le había enseñado lo que era estar enamorado.

Con un esfuerzo sobrehumano, Minseok se puso de pie, sus piernas temblorosas apenas capaces de sostener su peso. Se dio cuenta de que aún estaba atado, pero esta vez las cuerdas estaban más flojas, como si alguien hubiera estado revisándolo. Con manos temblorosas, comenzó a liberarse lentamente de las ataduras, sintiendo el dolor agudo de los nudos en sus muñecas mientras trabajaba para deshacerlos. Se apoyó contra la pared fría y húmeda del sótano en tanto trataba de recuperar el aliento.

Una vez que se sintió lo suficientemente estable, comenzó a explorar el lugar, sus ojos escudriñando cada rincón en busca de alguna pista que pudiera llevarlo hasta Minhyung. El sótano estaba lleno de documentos y fotografías, cada uno más inquietante que el anterior. Había fotos de jóvenes estudiantes y víctimas de ROSE, algunas de las cuales reconocía de sus clases o de sus encuentros en el campus. Había informes detallados sobre sus vidas y hábitos, así como anotaciones sobre posibles puntos débiles o vulnerabilidades.

Minseok sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras revisaba los documentos, la horrible verdad comenzando a hundirse en su mente. Sanghyeok y Sunhee habían estado acechando a los estudiantes de ROSE, estudiándolos y manipulándolos a su antojo en su siniestro juego de poder y control. Cada pieza del rompecabezas parecía encajar en su lugar, revelando una imagen más clara y aterradora de lo que realmente estaba sucediendo en la universidad.

Mientras continuaba explorando el sótano, una sensación de desesperación lo envolvía, apretando su pecho con fuerza mientras luchaba por mantener la calma. Sabía que el tiempo se agotaba, que cada segundo que pasaba sin encontrar a Minhyung era un segundo más cerca del desastre. Se obligó a concentrarse, a bloquear el miedo y la incertidumbre que amenazaban con abrumarlo, y se dispuso a buscar cualquier pista que pudiera llevarlo hasta el mayor.

Fue entonces cuando lo vio: una figura desplomada en el suelo, apenas visible en la penumbra del sótano. Minseok sintió un destello de esperanza arder en su pecho mientras se apresuraba hacia la figura, sus pasos resonando en el silencio opresivo del lugar. Con manos temblorosas, se arrodilló junto a él, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras esperaba encontrar a Minhyung ileso y a salvo.

Y lo que encontró lo dejó sin aliento: Minhyung yacía en el suelo, pálido y débil, sus ojos cerrados, su respiración apenas perceptible y con signos evidentes de haber sido privado de comida y agua durante mucho tiempo. El corazón del menor se contrajo de angustia al ver a su amado en ese estado, la preocupación y el miedo retorciéndose en su interior mientras luchaba por comprender lo que estaba viendo. Con manos temblorosas, tocó el rostro de Minhyung, buscando algún signo de vida en sus rasgos familiares.