Capítulo 44

113 19 4
                                    


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


━━━ ꧁ད ✶ ཌ꧂ ━━━

CAPÍTULO 44

━━━ ꧁ད ✶ ཌ꧂ ━━━


Una corriente de aire soplaba alrededor, batiendo las cortinas y abriendo las pastas viejas de los libros con brusquedad.

Me encontraba de regreso en la habitación de Ashton, dentro de un espacio creado por magia.

Las emociones chasqueaban en mi interior. Mi vida entera estaba construida por cimientos tan mal colocados que empezaban a desmoronarse sobre mí.

Sentía la garganta en llamas. Ansiaba tener un poco de espacio, sin embargo, sus brazos aún me apretaban y eso solo dificultaba mi respiración.

Sacudiendo la cabeza, intenté apartarme, pero Ashton se negaba a soltarme.

Luché durante un momento, hasta que me di por vencida, exhausta por la batalla infructuosa. Como una cascada desbordada, todo mi aliento salió expulsado en forma de un sollozo extenuante que resonó en la habitación. Daba la bienvenida al torrente de lágrimas que brotaban de mis ojos sin control alguno. Era como si todas las emociones reprimidas, todas las tensiones acumuladas, hubieran encontrado finalmente una salida en ese llanto desgarrador.

Me sentí pequeña e impotente, como si cualquier cosa pudiera ser capaz de aplastarme.

Mientras su agarre perdía fuerza, él persistía en su contacto, y ya que no podía verlo, su presencia se hizo presente solo a través del tacto. Siguió su trayecto alrededor de mí, sus dedos trazando líneas imaginarias por mis brazos hasta encontrar mis manos. Supe lo que quería expresarme antes de que algo suave detuviera el flujo de mis lágrimas.

—Necesito verte. Por favor.

Porque así, con la seguridad que abría los grifos del llanto tan solo cuando estaba con él, esa misma confianza anhelaba la calma que me brindaba el escuchar su voz.

Sentía que lo necesitaba junto a mí como tenía que ser naturalmente. Pero no era posible, porque la vida desde un principio me lo entregó a medias. Y de a poco, con esa misma sonrisa enfermiza dibujada en la cara, me lo arrebató de las manos.

Ashton casi golpeó a su padre y a los ancianos. La preocupación por él era sedativa. ¿Qué debía esperar al final? Mi familia también seguía atrapada.

El viento sopló con fuerza y las cortinas ondearon. Mis mechones dorados volaron con la brisa.

Mesas, libros, paredes y techos colgantes... La habitación de Ashton de repente comenzó a desintegrarse y, más bien, partículas luminosas flotaron por todas partes.

La sombra de los caídos ✓Where stories live. Discover now