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(Martin)

Acabé durmiendo en sus brazos, y fue lo mejor que me podía haber pasado, me transmitía esa paz que siempre llegaba cuando estaba con él, pero que era incapaz de encontrar solo.
Notaba como hasta durmiendo intentaba protegerme, y me parecía un gesto precioso.
Cuando nos tumbamos a dormir y noté como me abrazaba, no pude evitar tensarme, pensando en lo que había pasado en el baño.
Y eso es algo que he notado desde entonces, todo contacto físico, por pequeño que sea, me recuerda a ese momento.
Y consigue hacerme sentir incomodo, como si fuera a pasar de nuevo.
Pero era imposible.
Juanjo era un sol.
Por eso intentaba reprimir ese sentimiento de desconfianza.
Aunque me era imposible eliminarlo del todo.
Era como si siempre estuviera alerta.
Notaba sus brazos abrazarme, por la cintura.
Se le veía tan relajado, que seguramente ya se habría dormido.
Y yo, no podía dejar de pensar.
En el momento en el que movió, probablemente sin querer la mano, un escalofrío recorrió mi cuerpo entero.
Me llevé una mano a la boca.
Inconscientemente había metido su mano por dentro de mi camiseta.
Podía notar sus dedos chocar contra mi piel.
Y los recuerdos se hicieron más fuertes.
Como deseaba poder disfrutar de su tacto como siempre había hecho.
Pero en ese momento, solo podía notar cómo un par de lágrimas salían de mis ojos.
Y ese nudo en mi garganta, empezaba a hacer que me costara respirar.
Apreté mi mano sobre mí boca para evitar de se escuchara algún hipido y despertar a Juanjo.
Así que ahí estaba, llorando en silencio, por esa tontería.
No podía ser más débil.
Si fuera fuerte, habría podido darle un empujón y separarlo de mi desde el primer momento, pero era tan débil, que no conseguí nada.
En el fondo, sabía que era mi culpa.
Entrar al baño con un desconocido.
Ese había sido mi error.
No haberle separado del todo, también.
Cuando volví a notar su mano en mi barriga, no pude aguantar más.
Me fui a tomar un poco el aire.
No podía entrar al baño porque entonces lo recordaría más aún.
Miré la calle de noche, la poca gente que andaba de un lado a otro.
Como una persona sacaba fotos, con un flash que veía hasta yo.
Y notaba el aire fresco sacudir mi cuerpo.
Vi el amanecer, así que supuse que ya no iba a poder dormir esa noche.
Y era la primera vez que me pasaba, la primera vez que me pasaba teniendo a Juanjo a mi lado.
Y eso era lo que más miedo me daba.


(Juanjo)

Claro que noté cuando se tensó cuando abracé su cuerpo, el escalofrío que lo recorrió, como empezó a llorar en silencio por el contacto de mi mano, todo.
Me hacía el dormido para intentar que el durmiera también.
Pero estaba pendiente de él.
Cuando salió del cuarto, mi primer instinto fue ir tras él, pero entendía que estaba agobiado y necesitaba tiempo solo.
Esta situación, de estar despierto a estas horas, era perfecta para escribir, siempre me sentía más inspirado en la madrugada.

Así que me senté el la silla del escritorio y me puse a escribir, esperando que volviera.

Miró tus ojos, reflejo del alma
Hablan de miedo, hablan de rabia
Hay algo nuevo, que noto cambiar
Veo como lloran y no pueden parar
...

El tiempo pasó y seguí escribiendo, hasta que el sueño pudo conmigo.
Y mis ojos se cerraron.

(Martin)

Volví al cuarto, y vi la cama vacía.
Me habría preocupado si no hubiera notado la pequeña luz de su escritorio encendida.
Y cuando me asomé lo vi dormido sobre el escritorio.
Seguramente poco cómodo.
Con un cuaderno, que ya conocía,  abierto y el lápiz aún en la mano.
Había estado escribiendo.
Y al ver que el título era mi nombre en mayúsculas y subrayado, no pude evitar leer.

Y abracé a Juanjo por pensar cosas tan bonitas de mí, por querer cuidarme y por todo.
El abrazo le despertó, pero cuando me vió, me dió una sonrisa sincera, bastante adormilada, y correspondió a mi abrazo.
-Te quiero mucho Juanjo.- le dije, sin  poder evitarlo.
-y yo a tí.-
Y fuimos a la cama a dormir un poco.

Cuando iba camino a la universidad me sentí incómodo todo el camino, era como si la gente me mirara más de lo normal.
Y en la universidad más de lo mismo, no quería darle vueltas, solo esperaba que fueran cosas mías y no algo real.
Como que habían visto ese vídeo.
Cosa que seguramente era mentira, o eso esperaba.
Estuve con Ruslana todo el día.
Y al volver a casa, el sentimiento de sentirse observado no cesó.
Estaba volviéndome paranoico.
Caminé lo más rápido que pude para llegar a mi casa.

Y cuando crucé la puerta pude soltar todo el aire que había contenido por el camino.

Solo me sentía seguro en mi casa, y eso no era nada bueno.
Fue una noche de intentar dormir, pero como no, mis pensamientos se encargaron de no dejarme hacerlo, y con el miedo de sentirme observado, eran cada vez más.
Así que llegó la hora de despertarse, y no me hizo falta despertador.
Si seguía así acabaría con ojeras seguro, si no las tenía aún.

Salí de nuevo de mi casa, y otra vez mi cuerpo estaba alerta.
Pillando a más de uno mirándome, provocando que el miedo aumentara.
Vi a la persona que hacía fotos la noche que estaba con Juanjo.
A mí también me gustaba la fotografía, así que si íbamos hablando de algo, la gente no me miraría tanto, ¿no?
-Hola, ¿te gusta la fotografía?.- le dije, a el chico, probablemente de mi edad.
-Sí, ¿a tí también?.- me contestó, sonriéndome.
-Me encanta, sobretodo fotos de paisajes.-
-Pues yo soy un experto en eso, tengo una colección de fotos que te encantaría.-
-Pues ya me la enseñarás.-
En ese momento me di cuenta de que entrábamos a la misma universidad.
Estudiábamos juntos y me acaba de dar cuenta.
-Bueno, yo me voy a mi clase, suerte hoy.- me dijo, apoyando su mano en mi hombro, y se fue.
No pude evitar contarles a ruslana y a Chiara que había conocido a ese chico.
Terminó un día más.
Pero el sentimiento seguía a flor de piel.
Aunque era menor al no ir solo, me había hecho amigo del chico de las fotos, Pablo.
Y me acompañó a casa.
El viernes volviendo a casa, iba hablando con Pablo, como no, de fotografía.
Y me invitó a ir a su casa a ver sus colecciones de fotos.
Así que quedamos en que iría el sábado.
Juanjo vendría en un par de horas a dormir conmigo y tenía muchas ganas.
Preparé todo, me duché y sonó el timbre.
Salí corriendo a abrirle.
Pero me sentí bastante decepcionado cuando solo vi una carta en el suelo al abrir.
Cuando entré abrí el sobre y había unas fotos además del folio escrito.
Fotos mías, pero no hechas por mí. Mías en la universidad, por la calle, de fiesta...
No pude evitar que me diera mal rollo.
Pero cuando empecé a leer la carta, no pude evitar que mis manos empezaran a temblar.
La carta empezaba con la frase: " ten cuidado Martin" en rojo, como si la tinta se hubiese corrido.
Y continuaba diciendo que no confiará en nadie, que iban a por mí, y que no podría escapar.
No seguí le leyendo la carta porque volvió a sonar el timbre.
La guardé rápidamente en un cajón y salí a abrir, esta vez con un poco menos de ilusión, encontrándome a Juanjo de frente.
Con una caja de bombones en la mano.
Le abracé fuertemente, aprovechando para mirar a los lados del pasillo para asegurarme que no había nadie y le dejé entrar.
Di gracias internamente a qué se iba a quedar a dormir conmigo, porque no habría podido dormir solo después de la carta, que no había terminado ni de leer.
Estuvimos viendo una película y después de cenar nos fuimos a dormir.
No le comenté nada a Juanjo, probablemente sería una tontería, una broma de mal gusto y yo estaba haciendo como si fuera algo grave.
No le iba a molestar con eso.
Además de estropear el momento que estábamos pasando juntos.
Cuando nos tumbamos en mi cama, fui yo quién se abrazó a él.
Necesitaba sentirme protegido.
Porque sabía que en el fondo tenía mucho miedo.


________
Holaaa
Uuuuy
Que pasará con la carta
Quién se la ha enviado
Todo eso se verá en un próximo capítulo, por ahora, a quedarse con la intriga
Y eso
Pronto más
Y mejor🤘🏻💗

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⏰ Last updated: Apr 13 ⏰

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La inseguridad de su mirada~juantinWhere stories live. Discover now