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-Martin, no encuentro la parte dos, ¿seguro que está? Le dije gritando desde el salón, para no tener que levantarme.
Sin respuesta.
-Martiin
Nada.
-Oye, me has escuchado.
Dije levantándome.
Y cuando fui a tocar, vi que no había cerrado la puerta, cuando escuché un ruido bastante desagradable.
Así que lentamente abrí la puerta, y ahí lo ví.
Fue una escena que no puedo describir.
Pero fue asqueroso, no por él.
Pero si por la situación.
No dije ni hice nada.
No salía como reaccionar.
Lo veía vomitar una y otra vez, con los ojos cerrados.
Llorando mientras lo hacía.
Sufriendo, mientras lo hacía.
Vi como empezaba a costarle vomitar, pero lo seguía intentando.
Di un paso.
Pero cuando vi salir sangre de su boca, no vómito, sangre, no tarde ni dos segundos en parar el movimiento, impidiendo que diera otra arcada más.
Y me miró.
Y yo no sabía que hacer o decir.
¿Qué se supone que se le dice a alguien en esta situación? Nunca había estado en alguna parecida.
Alguna vez escuché alguna charla sobre estas cosas en el instituto, pero nunca les presté atención.
Ahora nos mirábamos en silencio.
Sin reaccionar.
No estaba de humor para soportar algo así.
Y me daba miedo.
Tenía miedo de hacerle daño.
-Para, por favor.- le dije.
Aunque sonó más como una súplica.
Y verlo, tan deplorable, hizo que un par de lágrimas bajarán por mí cara.
No había empezado la semana bien, y no estaba preparado para afrontar algo así.
Un problema tan serio.
Un problema tan grande.
No era nadie para arreglar algo así.
No era nadie para intentar arreglar a Martin.
-Date una ducha, te relajas y hablamos, ¿vale?
No esperé respuesta y salí del baño.
No aguantaba más.
Arreglar sus trozos rotos estaba causando que no cuidara de los míos.
Respiré profundo, cuando escuché el agua de la ducha caer.
Y me tumbe en el sofá.
Estaba tan cansado, que me dormí.

______

(Martin)

Cuando salió sin darme algún abrazo, o alguna palabra de aliento, me dolió.
Esperaba más.
Hice lo que me dijo.
No me encontraba muy bien, y no quería ser otra vez una carga para él.
Me metí me la ducha.
Con agua fría.
Era una especie de castigo, por haber hecho esa tontería.
Y ahí estuve, sintiendo el agua caer sobre mí.

_____

(Juanjo)

Estaba tardando mucho en la ducha, no tenía paciencia para estas cosas, y entré al baño a meterle prisa.
-Llevas una hora en la ducha Martin.-le dije, un poco más borde de lo que esperaba.
Me lo encontré hecho bola, la cara escondida entre sus rodillas, mientras sollozaba. Además de que temblaba todo el cuerpo. O eran escalofríos, no lo sabía muy bien.
No lo entendí hasta que toqué el agua, estaba helada.
-Martin, estás temblando.-
No me contestó.
Aunque escuché una especie de disculpa, que no entendí muy bien.
-Perdón, de verdad, no te mereces esto, lo siento.- me dijo, mirándome a los ojos.
Yo tenía mis manos en sus hombros.
Apagué la ducha, y lo envolví en una toalla.
Lo veía tan frágil.
Que no podía dejar que se siguiera rompiendo, al menos delante de mí.
No podría con la culpa.
Tenía que decidir si cuidarle a él, o cuidarme a mí.
Lo solté cuando noté que dejaba de temblar. Pero aún estaba sollozando por lo bajo.
-vístete, te espero en el salón.-
Y salí de nuevo.
Pensando que hacer.
Tenía que ver la forma de encontrar un equilibrio entre él y yo.
Lo ví salir.
Y se sentó a mí lado en el sofá.
Puse una mano sobre su pierna para darle apoyo. Y le miré, esperando que hablara.
-Yo...
Suspiró.
-Bueno...yo...
Le estaba costando hablar, pero conseguí la paciencia para esperar a que pudiera.
-Tengo problemas con la comida... soy consciente de que no soy un chico guapo, o atractivo.
Sé que estoy algo gordo, principalmente, pero siempre caigo y vuelvo a comer más de la cuenta.
Entonces me doy asco, y para arreglar el haber comido más de la cuenta, lo vomito. No lo hago siempre, pero algunas veces... Bueno, eso.- me dijo
Tenía un trastorno alimenticio.
¿Y nadie nunca lo había notado?
-No estás gordo.-le dije, mi fuerte no son las palabras.
-Si lo estoy Juanjo, no tienes que mentir.-
-No miento, de verdad, además que comas más un día, por una vez no pasa nada Martin.-
No sabía que más decirle.
Y se generó una atmósfera un poco rara.
-¿Me voy a ir vale? Gracias por lo de hoy.-y se levantó, cogió sus cosas, y se fue.
No me sentía agusto, se había ido porque no había podido ayudarle, pero tampoco sabía que decir.
Así que busqué en internet que hacer en esos casos, y estuve informándome hasta que me dormí.

La inseguridad de su mirada~juantinWhere stories live. Discover now