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(Juanjo)

Cuando leí el mensaje, me costó creer que me hubiera mandado algo así, de la nada, un mensaje lleno de tanto odio ¿Por qué? Si no había hecho nada.
Lo que más me dolió es que había cosas que eran más personales de lo que deberían. Y eso era lo que más me jodía, lo que más me dolía.
Muchas cosas no era la primera vez que las escuchaba, o que me decían.
Y pensar que él también pensara eso de mi, era duro.
Que nadie me aguantara por mí carácter era algo relativamente frecuente.
Soy consciente de que controlar mis emociones y mis palabras no es mi fuerte, pero creía que con él no había sido problema. Aunque ya dudaba de eso.
Que me deseara la muerte también había sido un golpe bajo. Sobretodo viniendo de él, me sorprendía ese tipo de comentarios. Me dolió más de lo que me gustaría admitir, pero era algo para lo que no estaba preparado.
Había vivido muchas cosas con él, para bien y para mal.
Pero que pensara que era mala persona cuando con él había sido mi mejor versión, me hacía reflexionar mucho sobre mí mismo.
¿Tan malo soy?
No quería darle muchas vueltas, así que decidí que era una señal de que no debía estar más en mi vida, así que cuando terminé de leerlo una última vez, lo bloqueé.
Por si quería seguir haciéndome odiarme un poco más.
Yo siempre le había intentado ayudar, y que me lo pagará así, me decepcionaba.

Encontrármelo en persona y que me hablara como si nada, en un primer momento me generó un nudo en la garganta.
Pero el dolor que había causado en mí pudo con la pena.
Y sé que contesté mal, y sé que volví a no cuidar mis palabras, pero él no había cuidado las suyas, así que se lo merecía.
Después no pasó mucho más, decidí tomarme la situación con madurez, y desbloquearlo, pues había llegado a la conclusión de que no era la solución.
En el fondo lo hacía esperando su disculpa.
Pero no lo admitiría.
Cuando me llegó un vídeo, pensé que sería un video de él hablando, explicándome las cosas y pidiendo perdón.
O algo por el estilo.
Pero cuando lo ví, fue un vídeo asqueroso de ver.
No por él en sí.
Pero si por la situación.
En el video se podía apreciar como un chico, que no conocía, lo toqueteaba y manoseaba a su gusto, mientras se liaban, o algo así.
De primeras miré el vídeo incrédulo, encima de haber tomado la decisión  de desbloquearlo, me mandaba ese vídeo chuleándose o lo que fuera. No entendía muy bien su intención, siendo sinceros.
Cuando pasaron unos segundos más empecé a analizar el vídeo.
No lo estaba grabando él.
Era alguien más.
Y tampoco parecía disfrutarlo.
Cada segundo me dejaba más claro que no era un lío normal.
Había algo raro.
Se podía apreciar como Martin intentaba separarlo varias veces, y como su cara reflejaba angustia, incluso asco.
El video duraba bastante.
Y se cortaba derrepente, sin que se viera el final de lo que estaba pasando.
Martin me iba a volver loco.
No entendía nada, no entendía dónde quería llegar y eso no me dejaba en paz.
Estuve pensando en todo lo que había pasado.
Más de la cuenta.
Pero había cosas raras.
Y también quería entender a Martin.
No queria aceptar que se merecía que lo odiara, o algo malo.
Él no era así, ¿que estaba pasando?
Escuché el timbre, y fui a abrir, pero cuando lo ví ahí, y me llamó, no pude reaccionar, no estaba preparado, así que le cerré la puerta en la cara.
E intenté tranquilizarme, intentar comportarme, aunque fuera solo por respeto.
Escuché el timbre un par de veces más, pero mi mano no era capaz de girar para abrir, solo apretaba el agarre del pomo de la puerta, dudando en cuál debía ser su próximo movimiento.
Me costó más de lo que esperaba, pero si venía a disculparse, quería una explicación.
Así que abrí.

(Martín)

Sin pensarlo salí en dirección de la casa de Juanjo, necesitaba hablar con él, aclarar las cosas, explicarle todo, pero sobretodo, le necesitaba a él, que me apoyara y me ayudara como siempre hacía.
En el camino me sentí raro, sentía tantas emociones a la vez, que parecía que no sentía nada, era incómodo, pero no sabía cómo gestionarlo.
Llamé a su puerta, pero nadie contestó. La inseguridad entró en mi, no sabía cómo iba a mirarle a la cara después de lo que había estado pasando. Solo esperaba estar preparado. Llamé de nuevo al timbre.
Y la puerta se abrió.
Era Juanjo.
Estaba de nuevo frente a él.
Sentía mis emociones luchando por no salir a flor de piel.
Luchando por no dejar las lágrimas seguir su camino.
-Juanjo-.
Dije, en cuando superé el shock de volverlo a ver.
Lo único que recibí de respuesta fue un portazo en mi cara.
Llamé de nuevo al timbre.
Y otra vez.
Y otra.
No iba a abrirme.
No querría ni verme.
Y lo entiendo.
Me senté al lado de la puerta sin saber que hacer, no quería irme sin hablar con él, pero sabía que no era mutuo.
Estuve sentado unos cinco minutos, cuando la puerta volvió a abrirse.
-que quieres.-
Fue lo único que me dijo Juanjo.
-Hablar.-
-Yo no tengo nada que hablar.-
-Por favor, quiero explicártelo, todo.
Intenté ser breve en mi explicación, tampoco quería dar muchos detalles. Me tomé su silencio como una invitación a qué continuara.
-No es lo que parece, el otro día mi ex me robó el móvil y te escribió y después en la fiesta, iba muy borracho y me metió en el baño con el y pasó lo que pasó, pero yo no quería y el te mandó el vídeo que no sé de dónde se ha sacado si estaba concentrado en hacerme todo eso y-. No me habia dado cuenta de lo rápido que había empezado a hablar hasta que noté como Juanjo me cogía las manos, que me habían empezado a temblar, intentando calmarme.
Tener que haber dicho todo en voz alta era liberador, pero también agobiante.
Recordar todo eso me hacía querer vomitar.
-Martin, pasa.-me dijo, entrando a su casa y esperando a que lo hiciera detrás de él.
Me tranquilizó escuchar su voz, calmada, sin odio.
-Lo siento mucho Juanjo, no te mereces esto.
-Ni tu tampoco.-
Le miré en silencio cuando paró su camino para girarse y abrazarme. Cómo podía leerme tan bien.
Sentía ese abrazo como si fuera lo único que necesitara, y sabía que él lo sabía, porque notaba como intentaba protegerme, cuidándome en sus brazos, sin importarle el daño que le hubiera causado todo esto.
-Tienes que denunciarle.- soltó derrepente, sin separarse del abrazo. Parecía que me había perdonado muy rápido, y lo agradecería eternamente.
-No puedo.-contesté, sin poder mirarle a los ojos.
-Martin, escúchame, tienes pruebas más que suficientes para alejarlo de tí para siempre.
-Eliminé el vídeo.
-Pero yo lo tengo.
-No quiero ni recordarlo.
-yo lo he visto, y yo tampoco quiero hacerlo, pero es por tu bien.
-Es meterse en un lío que no hace falta Juanjo.
-Cómo que no hace falta, ¿Se te olvida lo que te ha hecho el chaval ese?.- dijo elevando un poco el tono.
-No quiero volver a verlo.
-pero ¿y si él sí? ¿Y si no puedes pararlo la próxima vez y va a más? ¿Y si te acaba violando y subiéndolo a redes? Martin, por favor.- cogió mi cara entre sus manos, para que le mirara a los ojos.
Y si mirada reflejaba una angustia que no esperaba.
Pero, a decir verdad, imaginarme en esa situación de nuevo hizo que me entraran náuseas.
Y tardé poco en ir a su baño corriendo a vomitar.
Supongo que es el típico estrés post-traumático del que tanto hablan.
Cerré la puerta detrás de mí, no quería que me viera así.
-Martin, ¿Estás bien?
-Estoy vomitando, ahora- dije entre arcada y arcada, hasta que volvía a sentir como subía esa papilla que volvía a salir de mi cuerpo.
-Dejame entrar.- dijo mientras tocaba la puerta.
-No quiero que me veas así.-le contesté, cubriendo mi cara con mis manos, de frustración, sintiendo ganas de llorar.
-Martin, venga, confía en mí, por favor.
Claro que confiaba en él.
Ese nunca había sido el problema.
El problema era yo.
No la confianza que tenía en él.
No quería que pensara eso, así que abrí la puerta un poco, permitiéndole entrar.
Le miré y el se arrodilló para estar a mi altura.
Tenía que estar horroroso y probablemente manchado de vómito.
-¿Te encuentras bien? Me preguntó, acariciándome el pelo.
No pude contestar cuando tuve que volver al váter para seguir vomitando.
Con un siempre contacto como ese había hecho que volviera a pensar en lo que había pasado.
Era un poco incomoda la situación, pero su mano acariciando mi espalda conseguía hacer que sintiera su apoyo, sin mirarle.
Pequeñas lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas.
Hacia mucho que no vomitaba tanto.
Cuando terminé y me limpie la boca.
Me tiré a sus brazos, necesitaba sentirlo.
Y estuvimos varios minutos abrazados.
-Tenemos que hacer algo Martin.-me dijo, casi susurrando y acariciando mi mejilla.
-Tengo miedo Juanjo.



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Holaa
Ayayay
Por fin se ve como lo ha vivido Juanjo
Que bonito
Pronto más
Y mejor🤘🏻💗

La inseguridad de su mirada~juantinWhere stories live. Discover now