Capítulo 94

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-“mira yo tengo algo que te va a ayudar te va a desconectar por un buen tiempo, pero es caro, esta primera vez te puedo invitar pero no siempre va a ser así si necesitas más la vas a tener que comprar”-
-“que cosa, no me importa lo que salga solo necesito olvidar todo hasta de quien soy si es posible”- le pido desesperada
-“bueno veni vamos a mi auto, Katy vamos a ayudar a Mari”- los dos van conmigo hacia el auto de éste
Los tres nos subimos y ahí Mauro saca de la guantera un paquetito que adentro tenia un polvito blanco, sabía lo que era, lo había hablado con Simón
-“eso, eso es lo que yo pienso”- le pregunto
-“si como te dije esta vez te la puedo invitar pero si queres más vas a tener que comprar”- me dice armando unas líneas
Sabia lo que era, sabia lo que hacia, y que este probablemente era un camino sin retorno pero también sentía que lo necesitaba y a la vez me daba miedo.
-“dale Mari te va a hacer bien, solo no tenes que dejar que se te salga de control”- me dice Katy
No lo pensé más y caí en eso, ellos me dijeron como hacerlo, no debe haber tardado mucho tiempo en hacerme efecto porque ahí mismo en la parte trasera del auto comencé a sentir como que todo se alejaba y ver borroso, al parecer había llegado Simón porque lo  escuché hablar a Mauro, pero estaba muy confundida, intenté levantarme del asiento del auto pero todo se movía, así que decidí esperar que se pase aunque sea un poco.

Narrador omnisciente
El efecto de esa droga en Marizza Había sido muy intenso, Simón, con quien había quedado encontrarse mas tarde llego y no la vio, en su lugar encontró a su amigo Mauro y su novia
-“Mauro Katy que cuentan, no vieron a Marizza me dijo que iba a venir para acá pero no la veo”- pregunta a sus amigos
-“tranquilo Simón esta en el asiento trasero del auto de Mauri”- le responde Katy
Simón los mira confundido-“que hace ahí”- pregunta
-“nada esta en su primer viaje, vos viste como es esto”- responde Mauro con total normalidad
-“vos me estas diciendo que le diste droga”-
-“ella la necesitaba se la veía mal, vos sabes que esto ayuda un montón es muy buena para bajar nuestros mambos y relajarnos sacarnos a otra realidad”- le dice
Simón lo agarra de la remera y le mete una trompada –“sos imbécil como la vas a meter en esto”-
-“que haces gil, no ves que la quise ayudar, te estoy diciendo quería olvidar todo lo que la estaba torturando solo le dije que esta vez le iba a invitar peor que no se acostumbre que después iba a tener que conseguir sola”-
-“no puedo creer que después de todas las veces que te cago la vida el estar drogado digas que es bueno, si sabes que se te sale de control”- le remarca Simón
-“un torneo más un torneo menos, ser piloto profesional o un corredor aficionado es lo mismo que más da, son los demás que joven terrible circo, vamos Simón no seas hipócrita hasta vos has hecho el amague para cambiar la marihuana por esto”-
-“pero no lo hice, no lo cambie porque se que de eso no se vuelve”-
-“es todo la misma mierda Simón solo que uno pega más el otro menos, pero da igual todo se controla, además ella queda más dócil puede ser que así te de aunque sea un beso porque parecen más amigos que novios”-
-“basta chicos dejen de pelear”- Interfiere Katy
Simón deja la discusión hasta ahí y se enfoca en Marizza, abre la puerta trasera del auto y la encuentra Aun aturdida
-“peque tranquila soy Simón te voy a llevar a mi auto, podes pararte”- le pregunta pero Marizza no articulaba palabra alguna y pararse le era imposible por lo que él la agarró en sus brazos y la llevó así a su auto, no podía llevarla a la casa porque la verían en ese estado y se darían cuenta así que no le quedó más que esperar que el efecto se le pase o por lo menos lo asimile su cuerpo. Ahí estuvieron un par de horitas hasta que Marizza reacciono y habló con Simón volviéndole el alma al cuerpo a este.

Marizza
-“Simón que paso”- pregunto al darme cuenta que ya no estoy en el auto de Mauro
-“nada peque te traje a mi auto, estas bien”- me pregunta
-“si de maravilla, llena de energía feliz vamos a bailar supongo”- le respondo
Esa era la verdad después de sentirme pésimo estaba eufórica quería hacer mil y una cosas, mi cabeza era un enredo, mi lengua pesaba y se trababa.
-“estas segura mi amor que salimos, no preferis ir a tu casa”- Me pregunta
-“no no vamos a mi casa no quiero ir, quiero salir bailar”- le digo
Vio que no me iba a convencer d eso contrario así que accedió, después me entere por Katy que Mauro y Simón se habían peleado por lo que yo había echo, y me moleste mucho no eran quien para meterse en mi vida y se los deje bien claro, era mi decisión, yo elegía este camino y ellos no tenían por qué meterse, Mauro no me había obligado a consumir yo lo elegí.
Desde ese momento y por los siguientes meses mi preocupación fue contar con el suficiente dinero para comprar cocaina cada vez que lo necesitaba, me hacía bien ya no recordaba nada de mi pasado vivía el día y nada más, de a poco fuimos metiéndonos más y más en ese ambiente, íbamos a fiestas privadas donde había un alto consumo de alcohol y drogas a tal punto que solíamos quedarnos dormidos y al despertar no sabia ni a donde estaba. La prensa se hizo eco de todo esto y de a poco llegó a Argentina los escándalos en los que estaba envuelta la hija del gran político Martin Andrade, amenazó en varias oportunidades con internarme en una clínica de rehabilitación pero poco me importaba y él está metido en acallar la prensa, hacia el ruido suficiente como para acallarme internamente y no escuchar ese grito desesperado de mi interior que pedía volver a ser yo, a mi casa, a mi hermano.

No Debo EnamorarmeWhere stories live. Discover now