Capítulo 28

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Pablo
Al final todo quedó en nada con Marizza, cuando intente hablar con ella llego Mía, me cree una porquería y hasta yo lo pienso, todo lo que sentí fue real, ella su aroma su sabor, la hice mía, de la peor manera posible pero mía, y ahora no la puedo sacar de mi sistema, estando lejos podía ser más fácil, pero la volví a ver y no lo resisto muero por volver a probarla por besar esa boca,  salí de su casa lo más rápido que pude y me fui a ver a Romina, la chica que hoy me esperaba, no tarde en pasar por ella y como era de imaginarse llevarla a su departamento, busco unas cervezas y me invito a sentarme en el living de su casa, era lo que quería hasta antes de verla ahora solo la quiero a ella. Maldita sea no la puedo olvidar ni dejar de desearla, Romi no tarda en comenzar su jueguito de exitarme, comienza a acariciarme y besarme pero no pasa nada.
-“que pasa bombón te noto disperso, en cualquiera menos aca”- me dice mientras juega con mi cabello E intenta una vez más provocar algo en mi
La separo –“no tendría que haber venido, lo mejor va a ser que me vaya, nos vemos en otro momento”- me levanto para irme
-“no me podes hacer esto Pablo, no te podes ir lindo”- me reprocha
-“si puedo y va a ser lo mejor”- Sali de su departamento y me fui a una plaza necesitaba aire, necesitaba pensar, era la primera vez que rechazaba a una mujer, pero aunque hubiese querido no podía, ella estaba metida en mi, quizás fue donde no terminamos de hablar o donde la vi así de golpe, sin que nadie me avise de su llegada, lo único que esperaba era el fin de semana para ver si conseguía que alguien me la saque de la cabeza.

Marizza
Dormí Un montón, ni siquiera me desperté para cenar, pasé de largo hasta el otro día cerca del mediodia, no podía creer lo cansada que estaba, baje en pijama al comedor.
-“como esta mi hermosa y dormilona hermanita”- me dice Manu llendo a saludarme
-“bien perdón por no levantarme, me dormí todo estaba muy cansada”- me justifique
-“si me dijo Mía de tus andanzas por allá con tu amiguito, y como viniste sin dormir, por lo único que no te digo nada es porque me imagino lo torturador que debe ser viajar con la querida Paulita”-
-“no te das una idea, yo me limite a venir durmiendo con auriculares puestos, es una tortura todo con ella no solo viajar”-
-“pobre mi manita, ahora quiero que comas y te tomes esto como unas buenas vacaciones para descansar de ellos”-
Estábamos comiendo con mi hermano cuando escuchamos la puerta, me alarme por un momento, no estaba lista para verlo de nuevo, pero no por suerte era mi cuñada, se acercó me dio un beso y otro a Manu.
-“todavía en pijama Mari”- me pregunta
-“si porque tu cuñadita recién se despertó amor, y le dije que comamos algo, vos queres que te sirva”- responde Manu
-“no amor ya comí con mi papá, vine por mi cuñadita para que salgamos de shopping, así que Mari dale que te espero”- me dice con emoción
Solo asentí y termine de comer moría de ganas de salir con ella.
-“peque tenes plata para que compres lo que te guste”- me pregunta mi hermano buscando su billetera
-“si Manu, el viejo me dio plata y una tarjeta de crédito para que no lo tenga que estar molestando y no le diga nada por todo lo que le dio a Paulita para sus gastos personales, así que pienso gastarle lo más que pueda”- le contesto
-“ok pero si necesitas me avisas, igual te voy a abrir una cuenta para que dispongas de plata de la nuestra manita, y no tengas que estar pidiéndole al tipo ese”-
-“esta bien hermanito pero no te enojes porque te arrugas todo así feo”- le digo para que se relaje
Él me abraza –“como te extrañe mi peque, no se como puedo estar sin vos, bueno vayan antes que se haga más tarde y ojito lo que hacen por ahí”-
Nosotras solo sonreímos le dimos un beso y salimos en el auto de mi cuñada, fuimos directo al centro y recorrimos mil negocios.
-“veni Mari vamos a pasar ahí, quiero que me ayudes a elegir un lindo vestido para mi casamiento y quiero que elijas uno también para nuestra madrina de bodas”- me dice feliz
-“me encanta la idea de ayudarte a buscar tu vestido Mi, pero el de la madrina no se, no me parece quizás tendrías que venir con ella a verlo, digo no conozco sus gustos, la conozco al menos”- le pregunto tratando de ver como ayudarla
-“obvio que conoces a la madrina Mari, por eso te digo que le elijamos un vestido es más estoy con ella”- dice divertida
-“pero si solo estamos vos y yo”- le respondo y ella me mira obvia, no creía lo que escuchaba, lleve mis manos a mi boca emocionada y la abrace
-“quien más te pensas que podía ser nuestra madrina, para mi sos como una hermanita menor y te quiero muchísimo y bueno Manu se puso re feliz a penas se lo propuse”- me dice abrazándome más fuerte aun.
No se que me alegraba más si ser su madrina o que me halla elegido para ayudarla con su vestido, poder estar con ellos en este momento me emocionaba mucho y era otra cosa que no le iba a perdonar a mi padre si no me lo permitía. Era impresionante como pudiendo elegir el vestido más caro del mejor diseñador le gustaban las cosas simples y le quedaban hermosas, ella era hermosa cualquier cosa que se ponía le quedaba bien. A mi también me eligió un vestido color rosa suave al cuerpo con unas sandalias haciendo juego, yo no estaba segura porque sentía que me iba a quedar horrible, pero me veía bien era corto algo provocativo, pasamos toda la tarde juntas hasta la noche que pasamos a cenar a un restaurante juntas las dos.
Sonó el teléfono de Mía en medio de la comida.

No Debo EnamorarmeWhere stories live. Discover now