Capítulo 12

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En eso vemos a Marizza salir de la biblioteca llorando hacia su habitación tuve unas ganas de ir con ella pero me contuve por alguna extraña razón este último tiempo la siento metida en mi sistema a tal punto de llegar a fantasear haber estado juntos y haber Sido su primer hombre, y eso no me lo puedo permitir Manu me mataria.
-“quedate acá vos nene, sabes que estás en tu casa voy a ver qué le pasa a Mari”- me dice Mía y sale corriendo tras ella eso me daba algo de alivio sabía que su cuñada la iba a ayudar en lo que sea que le pase, me puse a mirar mi celular y en eso escucho que me hablan
-“pero miren quien está acá el don Juan que ahora también resulta robacunas”- me dicen en tono sobrador
-“siempre es un gusto hablar con vos Paulita, que raro que estás acá y no allá adentro, ah ya se seguro sos la que provocó esa discusión y ahora te lavaste las manos”- le digo señalando la biblioteca
-“no te equivoques chiquito eso que pasa ahí no es mi culpa, es exclusivamente tuya y de tus dotes de don Juan pensaste que nadie te iba a ver en ese telo barato”- me dice pero no entendía con quién había ido ahí, de que hablaba, no pregunte más porqué ví a Mia bajar hasta donde estábamos
-“no quiere hablar con nadie, solo quiere estar sola”- me dice
-“no te preocupes Mía y no va a ser problema de ustedes Tinchi la vino a buscar para llevarla a vivir con nosotros”-
-“ahora le decís Tinchi a tu pareja”- le respondo burlón
-“porque la van a llevar si ella vive acá con nosotros”- pregunta Mía y me hace caer en lo que esa imbécil acababa de decir
-“si pero Martin es el padre así que hizo efectiva la tenencia y se la lleva o porque te pensas que discuten asi”-
-“no puedo creer si nunca se ocupó de ella ahora entiendo porque está así, voy a frenarlos o se van a matar y eso le hace mal a Marizza quizás hablando pueden llegar a un acuerdo”- me dice ignorando por completo a Paula y se va a la biblioteca a sumarse a la discusión
-“no entiendo cómo podés disfrutar de esto no tenés vergüenza nena”- le reprocho
-“ah bueno yo no tengo vergüenza y vos qué te curtiste a la hermana de tu amigo en un telo barato, por favor”- se va riendose a la cocina a esperar
Que era eso que me acababa de decir yo curtir con esa nena que ridicules nunca le haría eso a mi amigo y menos a ella que es tan dulce y linda, me decidí a subir a verla se debe sentir muy mal con todo esto, golpeó la puerta pero no me abren así que me decido a pasar y la veo en la cama llorando –“Marizza chiquitita estás bien no llores así no me gusta verte mal”- le digo sentandome a su lado
Ella levanta la cabeza y me mira –“es que ahora te importa como estoy, no necesito tu lastima Pablo”- me dice
-“no digas eso, yo no te tengo lastima te tengo cariño Marizza y no me gusta verte mal, verte sufrir te quiero cuidar”- intento tocarla pero ella se levanta
-“ya está ya me cuidaste cuando estuvimos juntos, tuviste lo que querías tuve lo que buscaba de ahí hiciste como si no hubiese pasado nada ya está sigamos así ahora déjame que quiero estar sola no ves que estoy mal y tenerte cerca lo empeora”- me pide y se levanta a juntar un par de cosas
Salgo de ahí y me voy directamente abajo a ella le hacía mal hablar conmigo pero estoy seguro que a Paula no así que fui a buscarla.
-“vos tuviste que ver con todo esto no, lo hiciste a propósito porque no te bancas a Mari”- la encaro
-“a Mari, me vas a decir ahora que te enganchaste con esa nena, pensé que después de curtir te olvidabas de todo”-
-“de que hablas imbécil”- le pregunto
-“no te hagas conmigo, curtis y despues te olvidas de ellas las descartas y buscas ltra víctima, como haces con todas las minitas que te enganchas, pensé que tenías códigos veo que no, me vas a decir que no te diste cuenta que es menor y vos tenés 23 años”- No creía lo que escuchaba, ella estaba convencida que yo había estado con Marizza y al parecer nada la sacaba de esa absurda idea, como iba a creer que iba a cruzar ese limite con ella, con la hermana de mi amigo, con esa nena tan dulce e inocente que últimamente no se porque ocupaba mis fantasías nocturnas.

Marizza
No podía creer lo que mi viejo hacia, todo culpa de Paula ella le fue a decir que yo andaba con mi hermano en los boliches y por el enojo que tenía algo más le había dicho, después de llorar de impotencia un rato y alejar de mi a Mía y Pablo recapacité, mi viejo estaba decidido a llevarme con él y como soy menor no me quedaba otra, yo no quería que mi hermano se coma una pelea judicial con él no se merecía eso, además me había prometido a mi misma dejar de ser una nena llorona, así que me levanté y junte un par de cosas haria lo que él quería, me mudaria con él, baje con una mochila lentamente, aún seguian discutiendo por mi, solo que ahora se había sumado Mía, le eche una mirada a Pablo que me observaba negando con la cabeza ya se imaginaba lo que iba a hacer, ví también la sonrisita triunfante de Paula detrás de él, agarre más fuerte mi mochila y entre a la biblioteca.
-“podemos irnos ya”- le solté molesta a mi papá
-“que haces manita no te podés ir con él, yo sé que no querés hacerlo”- me dice Manu desesperado por mi decisión
-“ves tu hermana es más razonable que vos a pesar que la llevas por mal camino y no te ocupas de ella”- le reprocha
-“no le digas eso a Manu, y anda a esperarme al auto con esa otra ahí voy”- le exijo y le abro la puerta para que salga
-“chiquitita no podés irte somos el dúo dinámico te acordás”- haciendo referencia a lo que decíamos desde chicos
-“Manu sabemos cómo es cuando se le mete algo en la cabeza, y lamentablemente es nuestro padre, yo te adoro hermanito pero no quiero esto para vos, no quiero que pases por las mil un batallas legales como paso mamá”- le digo conteniendo las ganas de llorar

No Debo EnamorarmeWhere stories live. Discover now