Caden Greenwood y Michael Davenport, Duque de St. Moritz, se embarcan en una batalla sin precedentes por el amor de Angelina, mientras esto sucede lo peor y lo mejor de ambos saldrá a relucir. Angelina se vera amenazada constantemente por todas las...
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Más imágenes recientes llegan, tales como hojas de un árbol que se encuentran cayendo. He vuelto a observarla a través de un informe de prensa, mi corazón vuelve a llenarse de energía lentamente... Temo que mi concentración, de nuevo, perderá su rumbo.
Mi amor perdido ya es una mujer. Soy tan vulnerable ante ella. Olvido que era hielo antes de fundirme en su presencia. Era un árbol fuerte, arraigado a sus raíces antes de caer perdido en su gracia. No obstante, ella no puede imaginar la alquimia que está sucediendo en mí.
Su sonrisa al verme de nuevo, borra todos los defectos del pasado. Siento hambre y sed que solo puede ser saciado por ella. Si Angelina pudiera volar y ver a través de mi bosque, podría ver cómo arde.
Continuó frecuentándola con la firme convicción de que la conquistaré y la haré mi esposa, no me importa los obstáculos que surgen en el trayecto. ¿Quién tiene cordura cuando escucha los cantos de las sirenas? Mi corazón late enérgicamente, y danza de alegría porque siento que esta vez no le soy indiferente. Ambos estamos de pie dentro de la locura de la tormenta, nuestra relación escandaliza a muchos, podemos sentir la contaminación en el aire; pero no me importa, su mano está en la mía.
Será mi esposa me ha aceptado, ella es mi hogar... Esto lo confirmó cuando beso sus labios por primera vez, son suaves como un ángel. Angelina se despega de mí, yo no permito, quiero continuar besándola hasta morir.
—Puedo advertir que algo dentro de ti es un detonante de violencia y peligro, eres una cosa peligrosa... Cuando está a mi lado, puedo percibir que estoy viviendo, y vivir a tu lado puede ser algo implacable —susurra contra mi boca.
—No temas, tú tienes la capacidad de domarme.
—Eres una llama muy peligrosa... —Su voz se vuelve lejana, su imagen se vuelve evaporada y mi alma grita.
—¡No te vayas, no me dejes solos! —nuevamente vuelve la conciencia ¡No quiero volver a la realidad! ¡No quiero volver a la realidad! Solo cuatro paredes, y un aroma a cloroformo, inundó mis fosas nasales. ¿Dónde me encontraba? ¿Qué ocurre ahora? ¡No me abandones! ¡Angelina no me abandones!
—¿Qué le ocurre a mi jefe? —escucho la voz exaltada de Gilbert de algún lugar de la habitación.
—Está delirando —responde Peter —. Las horas a venir serán de suma importancia, ya que he llevado a cabo todo lo que he tenido la capacidad de hacer, y aún nos resta esperar. —. La voz se desvanece, o mejor dicho, me obligo a que desaparezca, deseo regresar con Angelina, perderme en mis recuerdos en los que ella está presente y lo consigo.
Angelina yace a unos cuantos pasos de la iglesia, veo lágrimas en sus ojos, su dolor me estremece y me mata, debido al monstruo que habita en mí me han obligado a casarme con otra mujer que no quiero ni amaré en ningún momento. Creo que no me conozco, sin este infierno. Me refugio en esa mirada rota por mi culpa y me pregunto: ¿Acaso poseo un cielo enorme en mi interior? Mantengo la luz encendida porque sé que este matrimonio despreciable terminara muy poco, las caídas no tendrán fin a partir de este día.
