Caden Greenwood y Michael Davenport, Duque de St. Moritz, se embarcan en una batalla sin precedentes por el amor de Angelina, mientras esto sucede lo peor y lo mejor de ambos saldrá a relucir. Angelina se vera amenazada constantemente por todas las...
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Caden Greenwood se había convertido en el hombre más buscado de todo Londres. Gilbert y hombres de confianza no se cansaban de sugerirle que debía partir a Escocia y esperar que las aguas bajaran. Ninguna petición era viable para él; en su mente solamente había dos premisas: Recuperar a Angelina sin importar a quien tuviera que llevarse por delante y segundo utilizar a Hunter de carnada, saber que tenía en su poder a un familiar de la mujer que amaba era una herramienta que emplearía a su favor.
—Han descubierto el cadáver del sacerdote —informó el fiel Gilbert.
—Que el diablo lo guarde en su infinito infierno —respondió Caden sin mostrar un ápice de arrepentimiento.
—Señor, la situación es delicada... Debemos mantenernos en bajo perfil.
—Esa ha sido la historia de mi vida Gilbert. Usar mascarás para encajar en esta putrefacta sociedad, siguiendo reglas y estándares corrompidas por una familia dañada desde sus raíces. Ese cura se metió en donde no debió, fue mi padre quien le puso la cruz negra en la frente... si eso es lo que te preocupa Gilbert, entonces quédate tranquilo, nadie me vio matar a ese infeliz, tampoco dejé pistas.
—Aún continúan investigando los otros asesinatos.
—Sin pruebas ni testigos no hay culpa, al menos que tú decidas ser como Hunter y clavarme el puñal por a espalda.
—No haría eso jefe.
—Entonces con más razón deberías respirar, el único cargo que se me imputa es el de secuestrar a la duquesa y esa culpa si deseo enfrentarla. Ahora Gilbert, dime ¿Investigaste los otras encomiendas?
—Si jefe.
—Soy todo oídos.
—La señora Miriam está viviendo con su padre, el doctor Stanley, y ella ya no se les ve juntos muy seguido. El duque continúa con la cacería en su contra, su hermana y su madre están bien... La señorita Marianne llegará a Londres en una semana, luego de lo sucedido en el matrimonio del duque, su tía la saco de la ciudad. —Caden suspiró.
—Henry ganó inmunidad por salvarle la vida a la mujer que amó... por ese hecho le perdono la vida. ¿Continua en la propiedad de los duques?
—Sí, señor, va diariamente.
—Eso indica que Angelina aún está convaleciente —el rostro de Caden dejó ver vestigios de su dolor —esto nunca debía haber sido de esta manera... Siempre me preguntó por qué al final mi historia con Angelina, no importa que tan real sea lo que sentimos, los juegos del destino hace sus tretas y nos mantiene separados —Caden caminó hacia su mesa de licor, se sirvió un trago de vodka y le sirvió otro a Gilbert.
—Tanto dinero de que me ha servido, si no soy feliz. Cuando volteo a cualquier dirección solo me tropiezo con un montón de paredes que cuentan mi tragedia, recordándome que la mano que ha amado cada parte de mí ya no está... Todo el mundo es mi enemigo Gilbert —Caden se tomó su bebida de un trago.
