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Aless tocó la puerta y enseguida fue recibido por su amigo quien los apuró para que entraran.

—Así que está es la famosa Elizabeth Beckett. —dijo Jay con la admiración resaltando en sus ojos.

—Es un gusto, Jason. Me alegro que hayas podido salir del centro. —ambos estrecharon sus manos y Aless no pudo obviar el hecho de que Jay no disimulaba su interés por Lizzie. —Lamento sumarme a sus planes a última hora.

—No te preocupes, linda. Prefiero la compañía de una mujer hermosa a solo tener a Aless. —dijo con gracia.

—Eso no lo decías cuando iba todas las semanas a visitarte —respondió él con un fingido sentimiento de desilusión. Jay río alto y se acercó para saludarlo con un abrazo.

El piso de soltero era grandioso. Ahora entendía que todo el dinero de su familia estaba muy bien invertido y el chico ya le había contado que tenían varias propiedades por todo el país. Ese departamento debía ser el más humilde de todos.

—Pensé que llegarían más tarde y me estaba relajando en el jacuzzi un rato. ¿Quieren unirse?

—No tenemos trajes de baño. —dijo Lizzie.

—Seguro tienes ropa interior puesta. —el tono seductor casi hace a Aless bufar.

Aquel comentario no le pasó desapercibido. Jason acababa de coquetear con la rubia y lejos de molestarle le hizo gracia. No creía que ella fuera a corresponderle en ningún sentido. Dudaba que fuera su tipo. Además de que era menor. Debía verlo como si fuera un adolescente.

—Relájate, Lizzie. Es solo agua. —le susurró Aless al oído. Al verla asentir la empujó con suavidad hacia adelante —¿Dónde podemos cambiarnos?

Jason los guió a la habitación principal y les dio un par de batas y toallas. El castaño les avisó que los esperaría en el jacuzzi que estaba ubicado en la terraza cubierta. Por lo menos no tendrían frío.

—Nunca he estado en esa clase de bañeras —le confesó Elizabeth mientras se quitaba la falda y la blusa. Tenía un conjunto de encaje negro muy sencillo pero lucía espectacular.

—Es divertido —Aless se acercó y besó su cuello con galantería. Necesitaba que se calmara y aprendiera a divertirse. —Le gustas a mi amigo.

—Lo noté.

—Si te molesta cómo te mira o lo que dice puedo hacer que se detenga. La idea de que vinieras aquí es para pasar un buen rato.

—No te preocupes. Puedo lidiar con el chico. —Lizzie salió con una toalla enrollada en su cuerpo y lo dejó solo con sus pensamientos.

Ella tenía razón. Podía defenderse solita. De hecho, no había necesidad de estar a la defensiva. Jason no era un idiota y podía aceptar un no. Además, no sería capaz de flirtear con ella estando él allí. Jason sabía la clase de relación que tenía con la mujer y se consideraría de mal gusto.

Cuando llegó a la terraza los vio conversando muy cómodamente. Estaban a unos cuantos centímetros de distancia y parecían llevarse muy bien.

Estuvo a punto de entrar a la bañera cuando notó una botella de champagne detrás de la mujer.

—¿Qué diablos es eso Jason? —ellos no podían arriesgarse a estar tan cerca de la bebida. Aless ya había superado la ansiedad por estar en un cuarto con alcohol pero aquel chico no llevaba tanto tiempo fuera del centro de rehabilitación. Se suponía que no debía tener licor en casa.

Cuidado Con Alessحيث تعيش القصص. اكتشف الآن