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Mucho antes de que cabalgaran a la mañana siguiente, era obvio que el Regente había escogido a la peor calidad de hombres que pudo encontrar para ir con su sobrino. De igual manera era evidente el hecho de que habían sido apostados en Chastillon para ocultar su pobre calidad de la corte. No eran siquiera soldados entrenados, eran mercenarios, luchadores de segunda o tercera categoría, en su mayoría.

Con tropas como esta, la linda cara de TaeHyung no le estaba concediendo ningún favor. Kook escuchó una docena de insultos e insinuaciones maliciosas antes de siquiera ensillar a su caballo. No era de extrañar que KyungSoo estuviera furioso: inclusive Kook, quien francamente no tenía objeción hacia los hombres difamando a TaeHyung, se encontraba irritado.

Era una falta de respeto hablar de esa forma a cualquier comandante. Se ha doblegado para el pene correcto, había escuchado.

Jaló demasiado brusco la cincha de su caballo.

Estaba fuera de sí, posiblemente de mal humor. La noche anterior había sido extraña, estando sentado frente a un mapa con TaeHyung, contestando preguntas.

El fuego había quemado bajo en la chimenea, caliente y con brasas. "Dijiste que conocías el territorio", había dicho TaeHyung y Kook se había encontrado a sí mismo en una tarde invertida dando información táctica a un enemigo que el esperaba enfrentar un día, tierra contra tierra, Rey contra Rey.

Y ese era el mejor resultado: había asumido que TaeHyung vencería a su tío, y que Kook regresaría a Akielos, reclamando su trono.

—¿Tienes alguna objeción? —TaeHyung había dicho.

Kook contuvo el aliento en una respiración profunda. Un TaeHyung fuerte significaba un Regente débil, y si Vere era distraído por una disputa familiar sobre la sucesión, sólo beneficiaría a Akielos. Dejaría que TaeHyung y su tío lo arreglarán a golpes.

Lenta y cuidadosamente, empezó a hablar.

Habían hablado del terreno en la frontera y sobre la ruta por la que viajarían para llegar ahí. No iban a cabalgar en línea recta al sur. En su lugar, iba a ser un viaje de dos semanas al suroeste a través de las provincias Veretianas de Varenne y Alier, su ruta abrazando la frontera Vaska de montañas.

Era un cambio de la ruta directa que había sido planeada por el Regente, y TaeHyung ya había enviado jinetes a que informaran a las fortalezas. TaeHyung, pensó Kook, estaba comprando tiempo para sí, alargando el viaje tanto como convincentemente se pudiera.

Habían hablado acerca de los méritos de las defensas de Ravenel comparadas a las de Fortaine. TaeHyung no había mostrado inclinación alguna a dormir. No había siquiera mirado hacia la cama.

Mientras avanzaba la noche, TaeHyung había abandonado su comportamiento intencional por una actitud más jovial y relajada, poniendo una rodilla en su pecho, y un brazo alrededor de ella. Kook se había encontrado mirando el fácil acomodo de las extremidades de TaeHyung, el balance de su muñeca en la rodilla, huesos finamente articulados. Más había estado al tanto de una vaga, pero creciente tensión, una sensación en él casi como si estuviera esperando... esperando algo, inseguro de qué fuera. Era como estar solo en un pozo con una serpiente: ella se podía relajar, tú no.

Alrededor de una hora antes del alba, TaeHyung se levantó.

—Es todo por esta noche—dijo brevemente. Y después, para sorpresa de Kook, se fue para comenzar los preparativos de la mañana. Kook había sido informado bruscamente que sería llamado cuando fuera requerido.

El castellán le habló unas horas después. Kook había tomado la oportunidad de tomar una siesta, retirándose determinado a su camastro y cerrando sus ojos. La siguiente vez que había visto a TaeHyung había sido en el patio, cambiado y armado, y fríamente listo para montar. Si TaeHyung había dormido en absoluto, no lo había hecho en la cama del Regente.

Cautivo "KookV"Where stories live. Discover now