I-13

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—Pero... si eso es verdad... —comenzó Kook.

Era verdad; en cierto modo, ni siquiera fue una sorpresa, sino una verdad que había crecido durante algún tiempo en el borde de su conciencia y que en ese instante se ponía de relieve. Pensó: dos tronos por el precio de unas pocas espadas contratadas y una dosis de droga del placer. Recordó a Jin Young, apareciendo en el pasillo con sus grandes ojos azules, vestido con ropa de cama.

—No puedes ir a Delfeur —advirtió Kook —. Es una trampa mortal.

En el momento en que lo dijo, comprendió que TaeHyung siempre lo había sabido. Lo recordó intentando eludir sus obligaciones en la frontera una y otra, y otra, y otra vez.

—Discúlpame si no escucho consejos tácticos de un esclavo que acaba de ser traído de regreso tras un fallido intento de fuga.

—No puedes ir. No es solo cuestión de seguir con vida. Renunciarías al trono tan pronto pongas un pie fuera de la ciudad. Tú tío conservará la capital. Él ya ha... —la mente de Kook desanduvo otra vez las acciones del Regente, entonces vio la serie de movimientos que habían conducido a la situación actual, cada uno jugado con precisión, y con mucha antelación—. Ya te ha cortado las líneas de suministro a través de Varenne y Marche. No tienes finanzas ni tropas.

Las palabras describían su comprensión desplegada. Estaba claro ahora por qué TaeHyung se había esforzado en exonerar a su esclavo y ocultar el ataque. Si se declaraba la guerra, la esperanza de vida de TaeHyung sería aún más corta de lo que podría ser en Delfeur. Tal como estaba la situación, cabalgar a la frontera en compañía de los hombres de su tío sería una locura.

—¿Por qué haces esto? ¿Es un movimiento forzado? ¿No se te ocurre una manera de evitarlo? —Kook buscó el rostro de TaeHyung—. ¿Está tu reputación tan tremendamente enlodada que crees que el Consejo elegirá a tu tío para el trono de todos modos, a menos que te pruebes a ti mismo?

—Estás justo en el límite de lo que voy a permitirte —dijo TaeHyung.

—Llévame contigo a Delfeur— demandó Kook.

—No.

—Akielos es mi país. ¿Crees que quiero que sea invadido por las tropas de tú tío? Haré todo lo que esté en mi poder para evitar la guerra. Llévame contigo. Necesitarás a alguien de confianza.

Al pronunciar esas últimas palabras casi flaquea, e inmediatamente se arrepintió de ellas. TaeHyung había pedido que le diera su confianza la pasada noche, y él le había arrojado las palabras a la cara. Podría recibir el mismo tratamiento.

TaeHyung simplemente lo observó fijamente con curiosidad.

—¿Por qué necesitaría eso?

Kook lo miró insistentemente, súbitamente consciente de que si preguntaba: "¿Crees que podrás con el mando militar, atentados contra tu vida, trucos y trampas de tú tío, tú solo?" la respuesta sería: Sí.

—Hubiera creído —continuó TaeHyung— que un soldado como tú estaría muy feliz de ver a Jung-hyun destronado, después de todo lo que te ha hecho. ¿Por qué no estar del lado de la Regencia, en su contra, y en la mía? Estoy seguro de que mi tío se ha acercado a ti para proponerte que espíes para él, en los términos más generosos.

—Lo ha hecho —recordó el banquete: —Me pidió que te llevara a la cama, y luego le informara —Kook fue franco—. No con esas palabras.

—¿Y tú respuesta?

Aquello, irrazonablemente, le molestó.

—Si te hubiera llevado a la cama, lo recordarías.

Hubo una peligrosa, y de ojos entornados, pausa.

Cautivo "KookV"Where stories live. Discover now