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Había sido demasiado ambicioso por parte de TaeHyung el pensar que podría librarse, sencilla y discretamente, de un encuentro con la Corte cuando su propia censura era el meollo de la cuestión.

Kook, sujeto al extremo de la correa, observaba cómo el avance de TaeHyung era detenido una y otra vez por aquellos que deseaban compadecerse. Había una multitud de seda, batista, y adulación. Para el esclavo, aquello no era un alivio, solo una demora. Percibía en todo momento la tracción de TaeHyung en la correa, como una promesa. Sentía una tensión que no era miedo. En otras circunstancias, sin guardias o testigos, él podría haber gozado de la oportunidad de estar a solas en una habitación con TaeHyung.

El Príncipe Heredero era verdaderamente bueno con la palabra. Aceptó las condolencias con gracia. Sostuvo su postura racionalmente. Detuvo el flujo de la conversación cuando se hizo peligrosamente acusador hacia su tío. No dijo nada que pudiera ser tomado como un abierto desaire al Regente. Sin embargo, a nadie que hablara con él le quedaría ninguna duda de que su tío se había comportado, en el mejor de los casos, de manera errónea, y en el peor, de forma desleal.

Pero incluso para Kook, que no poseía un gran conocimiento sobre los manejos políticos de aquella Corte, había sido significativo que los cinco consejeros hubieran acompañado al Regente. Era una señal de poder comparativo: tenía el apoyo total del Consejo. A la facción de TaeHyung, abandonada allí, mientras se quejaba, en la sala de audiencias, no le agradó. No tenía que gustarles. No podían hacer nada al respecto.

Aquel era, en consecuencia, el momento de que TaeHyung apuntalara el apoyo recibido de la mejor manera posible, y no de desaparecer en algún lugar para un interrogatorio privado con su esclavo. Y, sin embargo, a pesar de todo, salió de la sala de audiencias atravesando una serie de patios interiores lo suficientemente amplios como para contener árboles, parterres geométricos, fuentes y senderos serpenteantes. Al otro lado del jardín, podían verse los destellos del agasajo que continuaba; los árboles se movían y las luces de la gala parpadeaban, brillantes.

No estaban solos. Por detrás, a una discreta distancia, los seguían los dos guardias que protegían al Príncipe. Como siempre. Ni siquiera el propio jardín estaba vacío. Ocasionalmente, pasaban parejas vagando por los senderos; en una ocasión, Kook vio a un cortesano con una mascota, enroscándose el uno contra el otro sobre un banco, en un sensual beso.

TaeHyung lo llevó hasta una glorieta enrejada con enredaderas. A un lado había una fuente y un largo estanque con lirios enmarañados. Ató la correa al metal de la glorieta, como si enlazara la correa de un caballo a un poste. Tuvo que estar muy cerca de Kook para hacerlo, pero no dio ninguna señal de estar inquieto por la proximidad. La atadura no era más que una humillación. Al no ser un animal estúpido, el esclavo era perfectamente capaz de desatarla. Lo que lo mantenía en su lugar no era la fina cadena de oro hábilmente colocada alrededor de la correa, era el guardia uniformado, y la presencia de la mitad de la Corte, además de un gran número de hombres, entre él y la libertad.

TaeHyung se alejó unos pasos. Kook lo vio llevar la mano a la parte posterior de su cuello, como para liberar la tensión. Durante un momento, no hizo nada más que quedarse de pie, quieto y respirando el aire fresco perfumado con las flores nocturnas. Por primera vez, Kook tuvo el pensamiento de que TaeHyung podría tener sus propias razones para desear escapar del ojo de la Corte.

La tensión se elevó, emergiendo, cuando TaeHyung se volvió hacia él.

—No tienes un muy buen sentido de la autopreservación, ¿verdad, pequeña mascota? Lamentarte con mi tío fue un error —dijo TaeHyung.

— ¿Debido a que has conseguido una bofetada? —replicó Kook.

—Debido a que vas a enfurecer a todos esos guardias con los que te has molestado en cultivar amistad —respondió TaeHyung—. Tienden a rechazar a los sirvientes que ponen el interés propio por encima de la lealtad.

Cautivo "KookV"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora