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El extraño momento de afecto paternal terminó la reunión; el Regente y el Consejo salieron de la cámara. TaeHyung permaneció, se alzó de donde estaba arrodillado, viendo a su tío y a los consejeros salir en fila. BoGum, haciendo una reverencia después de liberar a Kook de sus ataduras, se retiró también. Estaban solos.

Kook se levantó sin pensar. Recordó después de un segundo o dos que se suponía que debía esperar algún tipo de permiso por parte de TaeHyung, pero para entonces ya era demasiado tarde: se había puesto en pie y las palabras salieron de su boca.

—Has mentido a tú tío para protegerme —dijo.

Seis pies cubiertos de alfombra se extendían entre ellos. No quiso decirlo de la forma que sonó. O tal vez sí. Los ojos de TaeHyung se estrecharon.

—¿He ofendido una vez más tus elevados principios morales? Tal vez puedas proponer una solución más adecuada. Creo recordar que te dije que no te alejaras.

Kook oyó, distanciándose, la conmoción en su propia voz.

—No entiendo por qué has hecho eso para ayudarme, cuando decir la verdad te hubiera sido de mayor utilidad.

—Si no te importa, creo que ya he oído bastante sobre mi carácter por esta noche, o ¿tengo que ir a doce asaltos contigo también? Lo haría.

—No, yo... no quise decir... —¿Qué quiso decir? Sabía lo que tenía que decir: gratitud de esclavo rescatado. No era lo que sentía. Había estado tan cerca. La única razón por la que había sido descubierto era a causa de Govart, quien no habría sido su enemigo si no fuera por TaeHyung. Gracias, significaba agradecerle por ser arrastrado de nuevo para ser esposado y atado dentro de aquella jaula palaciega. Otra vez.

Sin embargo, de manera inequívoca, TaeHyung le había salvado la vida. TaeHyung y su tío estaban cerca de ser iguales a la hora de la brutalidad verbal sin derramamiento de sangre. Kook se sentía exhausto solo de escucharlos. Se preguntó cuánto tiempo exactamente el Príncipe se habría mantenido firme antes de que él mismo hubiera sido arrastrado allí.

No puedo protegerte como estoy ahora, le había dicho. Kook no había pensado en lo que pudiera implicar dicha protección, pero nunca hubiera imaginado que TaeHyung subiría a la palestra en su nombre. Y resistiría en ella. —Quise decir... que estoy agrad...

TaeHyung le cortó.

—No habrá nada más entre nosotros, ciertamente ningún agradecimiento. No esperes en el futuro sutilezas de mí. Nuestra deuda está saldada.

Pero el ceño ligeramente fruncido con el que TaeHyung evaluaba a Kook no era del todo hostil; lo acompañaba una larga mirada escrutadora. Después de un momento:

—Fue en serio cuando dije que no me gustaba sentirme en deuda contigo —y entonces:— Tenías muchas menos razones para ayudarme que yo para ayudarte a ti.

—Eso es cierto.

—No embelleces lo que piensas, ¿verdad? —dijo TaeHyung, todavía con el ceño fruncido—. Un hombre más astuto lo haría. Un hombre astuto se hubiera quedado donde estaba, y hubiera aprovechado para fomentar el sentido de la obligación y la culpa de su Señor.

—No me di cuenta que tenías sentimiento de culpa —dijo Kook, sin rodeos.

Un signo de acusación apareció en la esquina de los labios de TaeHyung. Se alejó unos pasos de Kook, tocando el reposabrazos labrado del trono con los dedos. Y entonces, en una despatarrada postura relajada, se sentó en él.

—Bueno, no te desanimes. Voy a cabalgar a Delfeur y nos libraremos el uno del otro.

—¿Por qué la idea de cumplir con tu deber en la frontera te incomoda tanto?

Cautivo "KookV"Where stories live. Discover now