Capitulo 25: El Bar

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Alexandre

La semana se había pasado volando desde que esclarecimos la situación con Amara, habíamos pasado mucho tiempo juntos descubriendo aquello que nos gustaba y lo que no en el sexo, poniendo nuestras propias reglas a lo que tenemos.

Pero a su vez y fuera de las relaciones sexuales, pudimos conocernos más a profundidad, las charlas de noche se hicieron frecuentes y poco a poco pasábamos más tiempo juntos del que podíamos notar.

Todo era tan extraño, porque nunca me vi en este plan con ninguna chica y ahora estaba aquí, en el balcón de mi habitación, sentado en el piso con copas de vino mirando las estrellas con aquella insoportable mocosa de la que tanto renegaba.

Que ironía...

- ¿En qué piensas?

Su voz me trajo a la realidad y noté que sus ojos estaban puestos en mí con curiosidad.

- En como han cambiado las cosas contigo.

Sonríe levemente.

- ¿Ya no soy una maldita mocosa, eh?

Suelto a reír contagiandola también.

- Claro que lo eres, mi maldita mocosa- susurro acercándome a sus labios- Pero también me gusta llamarte princesa, eso lo sabes.

Rueda los ojos divertida.

- Soy de todo menos una princesa, creo que más bien soy como una guerrera.

Sonrío y coloco su cabello rebelde tras su oreja.

- La mejor guerrera, no me cabe duda de eso.

Sus ojos brillan ante lo que he dicho y he notado lo mucho que le gusta que reconozcan su talento, lo único que pienso mientras la miro es que no me importa repetirle lo maravillosa que es, si me regala siempre una de esas sonrisas de niña pequeña que la hacen ver radiante.

- ¿Tienes nervios por mañana?

Hago una mueca por su pregunta.

- Siempre están presentes antes de una misión pero esta en particular es diferente, prácticamente estamos a ciegas y nos pueden pegar un tiro a cualquiera de nosotros, eso sin contar que no me gusta nada como te vas a exponer.

Suspira y termina la copa de vino de un solo trago.

- Es arriesgada, lo sé, pero prefiero hacerlo a que no encontremos más pistas de tu padre.

Aprieto los labios queriendo evitar ese tema, ya que no hace más que inquietarme todo el tiempo, no quiero caer en la resignación y quedarme quieto esperando milagrosamente su aparición, sé a la perfección que eso no va a suceder.

- Por eso acepto esta misión, de lo contrario la descartaría por lo arriesgado que es pero quiero creer que la protección de tu padre y la de mis hombres será suficiente.

- Todo saldrá bien- me frota un brazo- será mejor que me marche a dormir, mañana será un día largo...

Frunzo el ceño y la detengo antes de que se marche.

- ¿A dónde irás? Quédate conmigo.

Niega mordiendo su labio.

- Eres una tentación muy grande y de verdad debo dormir.

- No voy a tocarte, solo dormiremos, yo también debo descansar.

Termino convenciendola,se acurruca en mi pecho y cae dormida entre mis brazos, todavía no concibo que se vea preciosa hasta durmiendo con la boca entreabierta.

Amor prohibidoWhere stories live. Discover now