Capítulo 13: Deseo

554 25 1
                                    

Alexandre

Cuando estamos de vuelta en la camioneta me siento lo más aislado posible de todos, la situación de mi padre me tiene intranquilo y peor aún con lo que nos ha dicho el imbécil del colombiano.

¿Mi padre debía dinero? ¿A quién? ¿Por qué?

Miles de preguntas rondan en mi mente sin encontrar respuesta alguna, siempre he estado consciente de que la relación con mi padre jamás ha sido la mejor, nunca hemos sido la familia feliz que se junta todos los domingos a comer. Él siempre fue un tipo duro, alguien con crianza de mano dura pero a pesar de eso....es mi padre y aunque no tengamos la mejor relación, siempre intentaré luchar por los míos.

Cargo el peso de la impotencia por no poder encontrarlo ni saber si algo le sucedió, la paciencia jamás ha sido lo mío y ahora me desespera no ser capaz de hacer algo para que él vuelva.

- ¿Estás bien?

La voz femenina me distrae y miro a mi lado encontrándome la mirada café de Marina quien posa su mano en mi pierna, me detengo a observarla un momento, tiene el cabello rubio y algo ondulado, la piel trigueña con algunas pecas esparcidas por su nariz.

- No, no lo estoy- es lo único que respondo.

Me mira preocupada y da leves caricias en mi pierna poniéndome inquieto.

- ¿Puedo ayudarte con eso?

Me encojo de hombros y lamo mi labio inferior.

- Cuando regresemos ve al cuarto y desnúdate.

Sus ojos brillan ante mi clara respuesta, su mirada me hace replantearme si debo o no hacer esto pero mantengo mi orden sin cambiarla a pesar de que no es el cuerpo con el que he fantaseado últimamente, me servirá para distraerme de mis problemas un rato.

Poso mi mirada un momento en Amara, tiene los ojos cerrados y la cabeza recostada en el hombro de su amiguito.

Me molestó que no se tomara con seriedad el asunto de mi padre.

¡Se puso a coquetear con un tipo!

Sentí tanta rabia en ese momento que no pude evitar reaccionar llevandomela del lugar.

Llegamos a la mansión y todos salen de la camioneta, una vez más mi mirada se posa en la chiquilla de ojos azules que habla con Dylan animadamente. Sacudo mi cabeza y me adentro a la casa, voy hasta mi habitación desprendiendo las incómodas y pesadas prendas para colocarme algo cómodo, antes que nada me ducho limpiando la suciedad de mi cuerpo.

Al terminar solo me coloco un pantalón chándal sin nada arriba, recuerdo la orden que le di a Marina y arrepintiendome salgo de la habitación, de camino al cuarto de mis juegos lo que menos esperaba era cruzarme con ella.

Amara Salvatore está envuelta en un camisón corto de satén y de color negro que resalta su piel blanquecina. Me quedo mirándola un momento y en ese instante noto que está frente a la puerta de su amigo quien abre solamente usando un bóxer.

Nathan me mira y guiña un ojo antes de tomar a la chiquilla por la cintura adentrándola al cuarto, ella no se percata de mi presencia y de algún modo me fastidia, me molesta que ese imbécil pueda comerse ese manjar con libertad.

Maldita mocosa, no sé porqué provocas cosas en mí...

Paso de largo con rapidez y voy al cuarto que utilizo para divertirme, al abrir la puerta observo a Marina desnuda y sentada sobre la cama.

Se pone de pie apenas me ve y camina hacia mí con sensualidad, la rabia contenida me hace tomarla del cabello y acercarla a mi boca. Devoro sus labios con salvajismo apretujandole la cintura.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora