Capítulo 15: A la mierda.

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Alexandre

Sus labios son un jodido manjar, tan dulces y suaves que pueden convertirse en el adictivo de cualquier persona.

No sé qué es lo que estamos haciendo y tampoco pienso en las repercusiones que traerá hacer lo que planeamos, no me importa en este momento, solo puedo pensar en lo delicioso que será probar el cuerpo de esta maldita mujer.

Acaricio sus muslos dejándola en la cama, quito el pequeño vestido que trae puesto descubriendo que solo lleva una pequeña tanga de hilo.

Miro sus pechos embelesado, grandes con pequeños picos rosaseos que se encuentran erectos, simplemente perfectos.

- ¿Te gustan? Te veo babear desde aquí, diavolo...- jadea magreandolas.

La miro con intensidad, excitado por sus palabras, antes de acercar mi boca y prenderme de uno de ellos dándole lo que quiere. Se retuerce jadeando y colocando la mano en mi cabello invitándome a que continúe y las siga saboreando como un poseso.

Me deleito con cada uno de sus pechos y los consiento con mi boca, los lamo, muerdo y chupo.

No se quedaría quieta por mucho tiempo, rodea mi cintura con sus piernas y nos da la vuelta. Se coloca sobre mí regazo y la imagen misma podría desencadenar un puto orgasmo, la tengo tan dura que comienza a doler.

Me quita la camiseta en tanto sigo pellizcando sus pezones, acaricia mi pecho y la miro con una sonrisa que me devuelve volviéndome a besar, muerdo su labio cuando se aleja y no dejo de acariciar su cuerpo por todas partes.

Reparte besos por mi cuello y pecho robandome algunos jadeos imposibles de evitar, desabrocha mis pantalones bajándolos junto con los bóxer. Mi erección se alza frente a su rostro y me mira relamiendose, sus labios carnosos dan un beso en la punta enviándome una punzada exitante pero no dejo que siga, necesito entrar en ella, ya tendremos otras oportunidades de probar nuestro sabor.

Coloco mi mano en su mejilla y la atraigo a mis labios tocando y magreando su culo.

- La necesito....- Jadea moviéndose sobre mí erección.

- ¿Qué necesitas, princesita?- pregunto sabiendo la respuesta.

Baja sus manos a mi miembro dejando un apretón que me hace cerrar los ojos.

- Necesito tu polla dentro de mí, diavolo...- declara mirándome a los ojos.

El calor aumenta en mi cuerpo al oír el apodo y sin delicadezas bajo la tanga de hilo descubriendo su coño rosado y húmedo por sus fluidos, la levanto de la cama subiendola en mi cintura haciendo que enrolle sus piernas en mí, la pego contra el ventanal de la habitación que da una vista hacia una especie de bosque. Beso su cuello dejando una que otra mordida en su exquisita piel, es tan blanca que las marcas quedan en su cuerpo fácilmente.

Sus brazos se enroscan en mi cuello y me atrae prendiendose una vez más de mis labios, mi polla tantea la entrada y la paso por su raja humedesiendola antes de adentrarme a ella por completo.

Su coño me recibe con calidez y facilidad a pesar de la mueca que percibo en su rostro.

- Mocosa....se siente como el puto paraíso.

Suelta una sexy risa echando la cabeza hacia atrás.

- Ya era hora de que probaras de lo bueno, Diavolo....

Comienzo a follarla con dureza y sin compasión alguna, mis labios succionan la piel de su cuello dejándole algunas marcas, aprieto su culo con fuerza robandole más y más gemidos que me vuelven loco.

Amor prohibidoWhere stories live. Discover now