Capítulo 17: Caprichosa

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Alexandre

Observo a Amara con atención.

Su mirada estaba concentrada en la computadora frente a ella, sus ojos celestes se movían a la par de lo que iba leyendo, sus labios estaban fruncidos al igual que su entrecejo, como si lo que estaba leyendo le resultara extraño o sospechoso.

Bajo la mirada por su cuello, aún había rastro de mis chupones en él, a pesar de utilizar maquillaje no lograban cubrirse por completo.

- Vas a desgastarme de tanto mirarme, Alex.

Sonrío.

- ¿Qué tanto haces?

Clava sus ojos en mí antes de contestar.

- Averiguo el lugar de reunión de los Red Eagle, al parecer su próxima reunión será en un club de bailarinas exóticas y es bastante exclusivo por lo que he visto, quizá la única forma que podamos entrar esa noche pueda ser gracias a mí, a Sonia y....a la idiota de Marina si es que quiere.

Frunzo el ceño.

- ¿Qué planeas?

Algo en su mirada peligrosa me dice que no me gustará un pelo lo quiere hacer.

- Podemos infiltrarnos como bailarinas.

Niego con la cabeza apenas la escucho.

- De ninguna manera, estás loca si piensas que te dejaré hacerlo, las cosas tienen un límite Amara y no lo cruzarás.

Deja la computadora de lado y se voltea hacia a mí mirándome con enojo.

- Tú a mi no me impones nada, espero que quede claro.

Bufo.

- Esto no se trata de imponer, Amara, es peligroso- le digo con seriedad- Es un grupo quizás más pequeño que el mío y aun así escandalizó al clan más grande del mundo, a tú familia.

Me mira con impotencia, sabe que tengo razón pero no lo admitirá jamas.

- Pero puedo hacerlo, sé que si, te prometo que no me sucederá nada.

Me levanto y niego.

- No, esa es mi última palabra, no irás.

Se levanta enojada, me refriego los ojos con cansancio y me pongo de pie para ir detrás de ella, en lo que lleva aquí he notado que mientras más le prohíbes algo, más ganas le dan de llevarte la contra.

La tomo del brazo devolviendola al escritorio, se cruza de brazos y no me mira.

Parece una niña.

- Lo haré quieras o no- Habla retadora.

Mi mano sube colocándose alrededor de su cuello e inclino su cabeza.

- Lo sé, eres una maldita mocosa caprichosa que hace lo que quiere.

Sonríe perversa mientras mis labios rozan los suyos.

- Podrías infiltrarte como un socio, sabes como se manejan las organizaciones, de seguro hay alguien a quien no le conocen la cara.

Suspiro.

- Son personas peligrosas, no sabemos nada y no podemos ir a ciegas.

Rueda los ojos y me empuja por el pecho enfadada.

- ¿Y prefieres no averiguar nada? Ni lo creas, iré y no me interesa lo que digas.

La tomo de los muslos y la siento en el escritorio, abre sus piernas haciéndome espacio.

Amor prohibidoWhere stories live. Discover now