Capítulo 10: Tu ayuda

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Amara

Nate caminaba de un lado a otro con la mano en el mentón.

- A ver, déjame ver si entendí....- suspira y se para a mirarme con las manos en las caderas- Hiciste un trato con nuestro enemigo ¡Y no sólo eso! ¡Lo besaste!

Abro la boca intentando acotar algo en mi defensa pero la cierro inmediatamente.

- Más bien....él me beso- le digo huyendo de su mirada juzgadora.

- Tu mamá va a matarme, tu mamá me cortará las bolas- habla pasando las manos por su rostro preocupado.

Me acerco y lo detengo por el brazo, me desespera que se mueva tanto.

- Mamá no te hará nada, además mi padre sabe mi plan e increíblemente me respalda, así que no te preocupes que no dejaré que nada pase.

Suspira.

- ¿Estás segura de esto?

No.

- Claro que sí ¿Que podría salir mal? Solo es un intercambio de beneficios.

- Eso no incluye besarte con el líder de la mafia Alemana- me señala con reproche.

- Fue un desliz que no volverá a ocurrir, no te preocupes.

Me mira enarcando una ceja.

- Bien, como digas pero....¿Qué haré ahora? ¿Se supone que deba seguir fingiendo?

Hago una mueca.

- Bueno, no, no serás un súbdito de él pero seguirás cuidándome, aunque más bien yo cuidaré tu trasero esta vez, no dejaré que te haga daño.

Me mira con burla.

- ¿De verdad crees que dejaré que me haga algo?- pregunta mirándome con una ceja alzada.

- Alexandre está loco, yo que tú no me fío.

- ¿Me quedaré en esa mansión también?

Me encojo de hombros.

- Puedes dormir conmigo, no tengo problema.

Muerde su labio y me mira con perversidad.

- Encantado de dormir contigo, preciosa.

Ruedo los ojos y comienzo a sacar mi maleta que aún no estaba desecha.

Aún no podía creer que solo habían pasado días y ese imbécil ya me había descubierto, pero en parte era mi culpa, tampoco me había esforzado en lo más mínimo en pasar desapercibida.

Nate se fue a su cuarto para preparar sus cosas y en cuanto estuvimos listos ambos nos dirigimos a la gran mansión Dubois, que más bien parecía un jodido castillo.

Aún no me fiaba del todo de Alexandre, pero de todos modos no tenia más opción para averiguar lo que sucedía aquí. Mi padre por su parte estaba encargándose de nuestra mansión en Rusia, alguien debía asegurarse que la mercancía, el dinero y los papeles importantes sobre las empresas del lavado, resguardados en ese lugar estuvieran a salvo.

Llevo un vestido apretado de color vino que se ajusta a mi figura, es corto y mut cómodo, en mis pies unos tacones que aumentaban mi altura y unos lentes de sol que descansan sobre mi cabeza.

Baje del coche con Nate a mi lado, quien llevaba un estilo bastante elegante que daba vibes de italiano y que me recordó a mi hermano.

Dios...como lo extrañaba.

Lleva una camisa negra arremangada a los codos con unos botones desabrochados, dejando relucir una cadenita con una cruz de oro, debajo unos pantalones blancos de vestir que llegaban solo a los tobillos y unos mocasines en negro también.

Amor prohibidoWhere stories live. Discover now