Capítulo 97: Nuevas oportunidades

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POV Jade/Hermione
Cuando entraron los gemelos junto con Ginny, vieron a todos los presentes, pero entonces los gemelos me miraron a mí, parecían analizarme con algo de sorpresa en sus ojos, entonces recaí en la pijama de Tom, tenía sentido, pero no me molestaba, Tom quería esto y era mi forma de pedirle perdón.

— ¿Qué pasa, Harry? — preguntó Ginny, que tenía aspecto de estar muerta de miedo — La profesora McGonagall dice que has visto cómo atacaban a papá...

— Su padre ha tenido un accidente mientras trabajaba para la Orden del Fénix —explicó Dumbledore antes de que Harry pudiera hablar — Lo han llevado al Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas. Los voy a enviar a casa de Sirius, que está mucho más cerca del hospital que La Madriguera. Allí se reunirán con su madre.

— ¿Cómo vamos a ir? — preguntó Fred, muy afectado — ¿Con polvos flu?

— No — respondió Dumbledore — Ahora los polvos flu no son seguros, la Red está vigilada. Utilizarán un traslador. — Señaló la vieja tetera de aspecto inocente que había dejado encima de la mesa. — Estamos esperando el informe de Phineas Nigellus. Antes de enviaros quiero asegurarme de que no hay ningún peligro.

— Dejémonos de tonterías, por ahora la casa de Sirius no se ha visto comprometida como para tener que preocuparnos, y lo principal es que estén ahí — dije interrumpiendo a Dumbledore — su padre va a estar bien, no hay de qué preocuparse, pero ahora lo importante es que estén — dije abriendo el portal. — pasen. — dije y los cuatro hermanos no dudaron en hacerlo. Miré a Harry. — ¿no vas a ir? — dije y me miró fijamente.

— Quiero hacerte muchas preguntas... Hermione... ven con nosotros, tú lo salvaste y...

— Está bien, pero tengo que regresar esta misma noche — dije mirando a Dumbledore, quien me analizó y nuevamente asintió.

Pasamos el portal justo cuando Fawkes dio la señal de que Umbridge ya se había dado cuenta de que estábamos fuera de la cama y que seguramente pasaba algo, cuando lo cerré nos encontramos de lleno con los gemelos, Ginny y Ron.

— Ya están aquí esos mocosos traidores a la sangre. ¿Es verdad que su padre está muriéndose? — dijo Kreacher apareciendo, alcé una ceja con incredulidad y retrocedió un paso.

— ¡FUERA! — gritó otra voz.

Sirius corría hacia nosotros con gesto de preocupación. Iba sin afeitar y todavía llevaba puesta la ropa de calle; despedía un olor a alcohol parecido al de Mundungus. Se estaba deteriorando y al parecer para él era lo de menos, eso me hacía sentir mal.

— ¿Qué ha pasado? —preguntó — Phineas Nigellus me ha dicho que Arthur está gravemente herido.

— Pregúntaselo a Harry — sugirió Fred.

— Sí, yo también quiero enterarme — dijo George. Los gemelos y Ginny miraban fijamente a Harry. Los pasos de Kreacher se habían parado en la escalera.

— Fue... — empezó Harry; aquello debía ser aún peor que contárselo a la profesora McGonagall y a Dumbledore, me miró buscando ayuda.

— Harry, no te van a juzgar... todo está bien... — aseguré, pero no pareció muy seguro, aun así se irguió y encaró a la familia Weasley.

— Tuve una... especie de... visión...

Y les contó todo lo que había visto, pero alteró el relato, de modo que pareciera que lo había contemplado desde fuera, mientras la serpiente atacaba, y no con los ojos del reptil. Ron, que todavía estaba muy pálido, le lanzó una mirada fugaz, aunque no hizo ningún comentario. Cuando Harry hubo terminado, Fred, George y Ginny se quedaron observándolo con atención un momento.

¡¿Soy Hermione Granger?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora