19. "Nuestra"

1K 225 48
                                    

Sonrió sin siquiera abrir los ojos, sentía aún la calidez de su cuerpo, al cual abrazaba, bien pegado al suyo y debajo de la frazada suave. Había dormido como nunca, a pesar de que no fueron muchas horas, pero por alguna razón, el haber profundizado su relación y llegado a ese grado de intimidad, le había quitado mucho estrés.

Sasuke olía delicioso y se removió de manera muy tierna cuando Naruto olfateó su cuello, algo juguetón. Al contrario del rubio, parecía seguir muy cansado para despertar, así que después de besar su mejilla, el doctor se bajó de la cama con cuidado para no molestarlo. Recogió un par de condones, las prendas de ropa dispersas por el suelo y después se metió en el baño a darse una ducha rápida. Al salir y luego de haberse puesto un boxer, escuchó como tocaban a la puerta.

—¡Rayos!— murmuró avergonzado y casi a tropezones terminó de vestirse con shorts y pullover antes de dirigirse a abrirla. Con una última mirada al dormido Sasuke, abrió un poco la puerta y encontró a Sarada con una expresión preocupada.

—¿Papá salió?— preguntó inquieta. Naruto negó y dejó el cuarto antes de cerrar.

—Él... está durmiendo en mi habitación— respondió. Sería mejor que Sasuke le explicara, pero tampoco podía esquivar preguntas tan directas o mentirle —ella solo asintió y miró al suelo —¿Tienes hambre? Ven, te haré algo rico de desayunar.

Tomando su manita, Naruto la guió hasta la cocina y la sentó en un banquito mientras él le preparaba una ensalada de frutas y yogurt. La niña seguía muy seria y no decía palabra alguna, es más, parecía estar a punto de llorar en cualquier momento y eso lo inquietaba demasiado. Solo cuando le puso los alimentos delante y le sonrió un poco, Sarada se frotó sus ojos y habló.

—Sé porqué durmió allí.

—¿Ah, sí...?— murmuró Naruto, muy nervioso.

—Está enojado conmigo— balbuceó ella, removiendo su desayuno. Así que era eso...

—No lo creo— dijo con alivio, acariciando su cabello oscuro y aún despeinado.

—Sí, lo está. No quiere que vea a mamá— insistió entre sollozos.

—Tiene sus razones, pero te aseguro de que su molestia no tiene que ver contigo. Solo quiere protegerte— Sarada asintió otra vez, y llorando, comenzó a comer. Naruto la observó por unos minutos, pero no pudo retener más la pregunta que se había formulado en su cabeza —¿Por qué quieres verla?

—Es mi mamá.

—Supongo que es así de simple, ¿no, linda?— suspiró el doctor, otra vez acariciando su cabeza.

—Pero no la quiero como a papá o a tí, así que no tiene que estar celoso— ¿Por qué haber sido incluído en esa oración le hizo retener el aliento? Y ella seguía llorando, viéndose tan indefensa...

La intención de ir a abrazarla fué interrumpida con la llegada de Sasuke, quien siendo su padre, solo necesitó una mirada para saber qué ocurría. Él la tomó en brazos y frotó su pequeña espalda, dándole consuelo y haciéndole saber así que todo estaba bien entre ellos. Luego los ojos negros buscaron los del doctor y con su mano lo hizo acercarse y unirse al cariñoso gesto.

"""""

La cita fué acordada para era misma tarde, así que después de que Sarada llegara de la escuela, Sasuke la arregló mientras Naruto esperó en la sala junto a Sakura. No tenían nada que decirse, y el ambiente era bastante tenso, aunque ella sí parecía curiosa en cada aspecto de la casa.

—Supongo que fué incómodo al inicio, vivir con extraños, ¿no?— el doctor, de piernas cruzadas y reclinado en el apoyabrazos del sillón, levantó la mirada.

—No mucho— dijo simplemente.

—Es conveniente... digo, haz recibido bastante renombre con este caso— Naruto, con una sonrisa profesional, miró hacia el pasillo para cerciorarse de que no había nadie y luego se inclinó hacia adelante.

—Caerás de bruces si tu intención es sacar algo de provecho de la situación de Sasuke, y más aún si le llegas a hacer daño a esa niña. Es muy inteligente de tu parte acordarte que tienes hija cuando está recibiendo ayuda social.

—¡¿Pero de qué hablas?! ¡La extrañé todos estos años!

—Imagino cuanto— dijo sarcástico, recordando vividamente las palabras de Sasuke la noche anterior —Te aclararé el panorama para que no pierdas el tiempo; verás a Sarada porque ella lo quizo, si ese no fuera el caso, ni siquiera te permitiríamos acercarte. ¿Piensas ir con la policía y hacer un escándalo si eso llegara pasar? Cuando la ayuda de Sasuke sea cancelada, tengo más de un medio para continuar con su tratamiento, así que tus amenazas son absurdas. Sin embargo, a ellos les encantará saber que abandonaste el hogar dejando a un neonato y que intentaste en más de una ocasión abortar con más de cinco meses de embarazo y un feto ya viable.

Una mueca de disgusto se dibujó en el rostro de la mujer, pero Naruto no retiró su expresión estoica, esperando algún reclamo. Sarada llegó a la sala durante el incómodo silencio, algo tímida y arreglando de más su vestido.

—Mira que grande estás...— exclamó Sakura —¡Y que ropa tan bonita!

—Solo dos horas— las palabras de Sasuke se sintieron como advertencia, cosa que Sakura respondió con una sonrisa cínica, tomando su bolso y la mano de la niña.

—Entonces lo mejor será que nos apresuramos— dijo y tiró de Sarada hasta salir de la casa.

—No me gusta nada esto— protestó Sasuke al perderla de vista, su voz preocupada hizo que Naruto se levantara del sofá y lo abrazara por la espalda —Y Sarada se ve tan contenta...— lamentó antes de voltear cuando el doctor se separó, tomó rumbo a su habitación y regresó un minuto después vestido con ropa deportiva y poniéndose una gorra —¿Saldrás?

—Por supuesto.

—¿A dónde irás?— inquirió mientras lo seguía hasta la puerta y lo veía colocarse las zapatillas.

—A velar que no le hagan daño a nuestra niña— respondió apresurado, le dió un beso corto en los labios y lo dejó con la palabra en la boca.

Mi héroe de Blanco (Terminada)Where stories live. Discover now