Chapter 4

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Fue tal vez de las únicas veces o la única vez que se vio a Lapis tan adentrada en un abrazo. Duro un tiempo considerable aquella acción, pero a Steven no pareció importarle ya que era una persona cariñosa y hablamos de un insignificante abrazo. Pero por otro lado a Lapis le encantó.

-Qué haces aquí Lapis? -preguntó el pequeño curioso.

-Solo pasaba por aquí y quise saludarte. Ya no te había visto en 2 días, no interrumpi nada cierto?.

-Para nada Lapis. Ayudaba a mi papá a preparar la cena.

-Oh ya veo, solo quería saludar a si que supongo que ya me..

Una tercera voz interrumpió a Lapis.

-Hey Steven quién es?.

-Es una de mis mejores amigas -Steven habló entusiasmado al decir esto.

-Jaja claro que si. En ese caso no seas maleducado e invítala a pasar, estábamos haciendo la comida si quieres puedes quedarte a comer.

-Jaja no se preocupe solo quería saludar -dijo Lapis algo apenada.

-No hay nada de que preocuparse, ven pasa -el padre de Steven dijo con una sonrisa.

-Por favor Lapis, será grandioso -el pequeño añadió sonriente.

-Claro jaja -Lapis se mostró algo ruborizada, al ver la insistencia del pequeño.

Ella quería aceptar desde el principio, pero por su mente había pensado que sería algo extraño. Recalcando que ya la situación en la que una adolescente fuera hasta la casa de un niño deseando verlo. Ya era bastante extraña.

-Vamos adentro pues -dijo el padre de Steven

Primero entró el padre del pequeño y luego el pequeño agarrando la mano de Lapis. Guiándola. Lapis en su interior se sintió algo eufórica por esta pequeña e inocente acción, como la es agarrar la mano de alguien. Y en cierta forma Lapis se sentía como alguna especie de tonta. Que con tan simple acción le produciría sentimientos extraños y nervios. Al concluir con tan simple hazaña de entrar a la casa. Steven y su padre se dirigieron nuevamente a la cocina, para terminar de hacer la comida. Mientras que Lapis se estableció en la sala de la casa, acto seguido dio una mirada e inspecciono la casa de una manera inocente y curiosa.

Lapis pudo observar unos cuadernos con algunas notas musicales, fotografías del padre con el hijo y de la que solo teóricamente podría ser la madre. Era una sala digna de cualquier estereotipo de casa "familiar" o algo por el estilo. Era simple pero también había un ambiente de confort. Lapis imagino por unos segundos como sería vivir en aquella casa, de lo que sería poder ver a Steven todos los días. Y no tardó en preguntarse que era extraño pensar así de Steven. Como si solo quisiera estar con el.

-Jesus que tonta soy

Lapis dijo silenciosamente, manifestando su enojo con ella misma. No tardó en pensar que talvez existiera la posibilidad, de que ella sentía amor por el chico. Pero rápidamente borraba ese pensamiento de su cabeza y decía que era solo amistad. Una muy profunda amistad. Además podía ser mala casi todo el tiempo, pero sentirse capaz de sentir sentimientos por un niño. Era incluso un golpe en la conciencia de Lapis.

-Pero así es el amor, nunca sabes cómo llegara

Lapis se sorprendió al ver a el padre del pequeño, arrojando aquellas palabras.

-Disculpe? -dijo sorprendida y algo ruborizada.

-Habló de la película -aclaró el padre de Steven.

Rápidamente Lapis dirigió su mirada al televisor que tenía enfrente suyo. En el cual, pasaban una película con una temática romántica. Al darse cuenta de a lo que se refería realmente, Lapis pudo aliviarse. Ya que pensaba que tal vez sabía lo que Lapis pensaba. Aún que esto no tuviera ningún fundamento o sentido alguno. Así que para disimular el asombro que sintió. Decidió simplemente hablar.

-Oh claro jaja -esa clase de risas que soltaba ocasionalmente, ya comenzaban a dolerle a la rebelde.

-La comida estará en unos minutos -dijo el padre -Steven ven con tu amiga!.

-Voy para allá! -dijo el pequeño, mientras se acercaba a la habitación.

En segundos llego Steven con un pequeño mandil que tenía puesto. Lapis no pudo evitar sonreír y sonrojarse. Al ver el aspecto del pequeño.

-Bueno socio tu habla con tu amiga yo regreso a la cocina -habló en tono agradable.

-Ok papá - dijo Steven sonriente.

El padre salió de la habitación y quedaron solos Steven y Lapis.

-Es muy amigable tu padre Steven. Por cierto y tu madre en donde está? -preguntó Lapis dudosa.

-Lo qué pasa es que ella tuvo un accidente cuando estaba muy chico. Y ya no está con nosotros - la cara amigable característica de Steven desapareció por unos momentos.

-Steven lo siento mucho -Lapis habló entristecida y bajo la mirada que siempre llevaba en alto.

-No te preocupes, no pude conocerla por lo que no hay nada que sentir -Steven restauró su actitud de una manera rápida. Mostrando nuevamente el optimismo que siempre lo caracterizó.

-Steven, sabias que eres la persona más asombrosa que he conocido -dijo Lapis con una sonrisa, mirándolo a los ojos y acariciando su cabello.

Steven se ruborizó y sonrío ala vez.

-Muchas gracias, puede que sea tal vez genial pero tú lo eres aún más Lapis. Te quiero, gracias por ser mi amiga.

Steven corrió y abrazo a la rebelde. Lapis se había puesto roja como un tomate por la situación tan bonita en la que se encontraba y no tardó en corresponder a el abrazo.

-Ya está la comida vengan! -gritó el padre del pequeño. El cual se encontraba en la cocina.

-Ok ahí vamos! -respondió el pequeño con entusiasmo.

Steven se separó de aquel abrazo y se dirigió a la cocina.

La mente de Lapis estaba echo un caos. Era una explosión de sentimientos aquel abrazo que Steven le había dado hace unos segundos. Tanto así que había puesto algo a tontada a Lapis y en el buen sentido cabe aclarar. Y que si hubiera podido la rebelde. Haría que nunca acabará aquel abrazo tan especial que le proporcionó.

La comida pasó muy agradable mente. Steven y su padre hablaban de anécdotas divertidas y generaban un ambiente muy reconfortante. Tanto que se sintió parte de la familia y hacía tiempo que Lapis no se sentía parte de algo. En toda la cena no pudo apartarle los ojos de encima a el pequeño. La rebelde estaba gozando de felicidad y cualquiera externo a los que se encontraban en esa casa. No creyeran de momento que se trataba de Lapis la Rebelde.

Pero como todo tiene que acabar en algún momento, terminó por acabar aquella cena tan placentera que estaban teniendo.

-Gracias por su hospitalidad señor

-Llámame Greg ok. Y no te preocupes, tener amigos en la casa de Steven es un privilegio, casi nadie viene a visitarlo jaja

-Papá! -se quejó Steven

Lapis soltó una risita al ver esa escena. Era muy amigable ver una relación así de padre e hijo.

-En ese caso, creo que ahora sí me voy -dijo la rebelde.

-Ya es algo tarde quieres que te llevé? -preguntó amable Greg.

-Oh podrías quedarte a una pillamada. Verdad papá? -añadió Steven emocionado.

-Probablemente su padres estén preocupados Steven. No es así Lapis?

-Ese no es un problema, vivo sola -respondió automáticamente Lapis con una mentira. Realmente ella quería permanecer con Steven el tiempo suficiente.

-En ese caso si quieres te puedes quedar. Mañana es sábado de cualquier forma.

-Entonces si no es molestia. Me encantaría -dijo Lapis sonriendo

-Si! -gritó emocionado Steven

Lapis no podía creer lo que estaba pasando y en algún lugar de su mente pasaba la idea de que esa misma noche podía ser única. Talvez podría formar parte de sus recuerdos más preciados.

No Importa - (Lapiven)Where stories live. Discover now