#019

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—¿Cómo te encuentras? —preguntó apenas el híbrido abrió los ojos. Su rostro había palidecido aún más y sus mejillas estaban ligeramente rojas; tenía la respiración jadeante.

El chico no respondió y Aether se acercó, extendiendo su palma por su frente dándose cuenta de que no estaba para nada bien.

—Xiao, estás ardiendo en fiebre —en lugar de mejorar, su estado se pone peor. Eso preocupó a Aether quien se levantó para buscar un paño y agua fresca para bajarle la temperatura lo máximo posible.

Presionó suavemente el paño húmedo en su frente y acomodó su manta para que no pase frío. Sus labios que habían tomado una textura seca y pálida, se abrían con la respiración jadeante.

Con sus ojos cerrados pero aún despierto, se quedó inmóvil dejándose consentir por quien anhelaba sentir cerca.

Aether se arrodilló en el suelo y se acercó para verlo mejor. Una sensación abundante de preocupación de no saber si esto podría empeorar, lo invadió.

La perdida de sus alas y los cortes en su piel; la deshidratación de su cuerpo y la falta de comida. La última vez que lo vio parecía bastante sano, pero eso ya fue hace más de una semana. ¿Cuánto tiempo estuvo en ese infierno, siendo mal tratado solamente por ser de la raza que es?

Aether siente un nudo en la garganta de pensar las horribles atrocidades por las que tuvo que pasar. Sube lentamente su mano hasta el cabello ceñido a su frente por el sudor y con suavidad, lo hace a un lado. Sus dedos jugaron y se enredaron en su cabello cerceta, sin dejar de mirarlo ni dejar de sentirse mal.

Está tan concentrado en ver cada detalle de su rostro que no se da cuenta del color ámbar de sus ojos mirándolo fijamente. Sale de su trance cuando siente su temblorosa mano tomando la suya, la misma con la que jugueteaba con su cabello.

Aether se sobresalta y siente un brinco alterado en su corazón, más aún cuando sus labios resecos le besaron el dorso de la mano.

—Perdóname —su tono es suave y tenue, casi costándole poder hablarle. Los ojos de Aether se aguaron al escuchar esa disculpa tan leve y que mostraba un tono quebradizo en su voz.

Su corazón se contrajo al sentir el tacto frío y débil de su mano que aún temblaba y aún así, había recaudado fuerzas para sentir la suya.

Aether estiró sus labios en una débil sonrisa y se volvió a acercar.

—No te preocupes —con su otra mano, acarició su mejilla enrojecida por la fiebre—. Necesitas descansar. Iré a prepararte algo para comer —se levantó pero la mano del azabache se negó a soltarlo.

—Quédate —rogó endeble. Su mano tembló al apretar con firmeza la suya, usando su poca fuerza para mantenerlo a su lado, fuera como fuera.

—Tienes que comer algo —su poca cooperación complicaba las cosas y tenía miedo de que eso vaya a pasarle factura.

—Por favor —sus ojos se aguaron y la desilución se veía en su rostro. Esa expresión acabó con el rubio y le fue imposible negarse.

Aether suspiró y se acercó, arodillándose en el suelo para estar a su altura.

—Solo un rato. Después tienes que comer —hizo un mohín. Xiao asintió y no se despegó de su mano, que ahora la estaba frotando con su mejilla para sentir su calor.

El híbrido cerró los ojos para concentrarse en su dulce aroma y en la suavidad de su tacto. Se sentía tan pequeña y cálida, tan agradable y delicada, nada comparado a él.

Presionó suavemente sus labios resecos en su dorso, dejándose llevar por la sensación de tenerlo junto a él, a su lado. Él era lo único bueno que daba algo de luz en su desagradable y trágica vida.

𝙴𝚇𝙿𝙴𝚁𝙸𝙼𝙴𝙽𝚃𝙾 #𝟺𝟶𝟶𝟷 || 𝒳𝒾𝒶𝑜𝒜𝑒𝓉𝒽𝑒𝓇Where stories live. Discover now