Huyan

Chapted Ten

HOLA. Se que no publiqué la semana anterior, pero trataré de que esta semana haya doble capítulo. Con mucho mucho amor. B

Cuatro días antes.

CHARLIE.

Acababa de salir de la Mansión de Harry. La noche ya se alzaba frente a mí, pero aún se podían ver unos rayos del sol que no terminaban de esconderse. Las manos me temblaban, me sentía perdido. No podía dejar de pensar en las cuatro personas que dejaba unos pocos kilómetros atrás.
Tenía miedo, estaba totalmente aterrado. Pocas veces en mi vida había sentido miedo, y nunca fue miedo hacia alguien. Tal vez sentí miedo en algún punto en el que me hubiesen querido matar, o en una misión muy arriesgada. Pero jamás sentí miedo o preocupación hacia alguna persona, y ahora lo sentía hacia cuatro.

Gran parte de mi, se arrepentía de ese día haber pensado que parte de lo que había sido inyectado en mi, aún estaba, por eso creí ese día que podría correr antes de que el auto pasase, pero no lo hice, y ellos chocaron contra mi, o yo lo hice contra ellos. La cuestión es que no debería haber intentado cruzar, si ahora supiese lo que ocurriría, no lo haría.

Luego de tres horas llegué a una gasolinera, decidí que dormiría ahí un par de horas, ya en la mañana seguiria viaje hasta la estación número 1.
Prefería llegar allí durante el día, y no tomarme con algo raro durante la noche.

Antes de seguir viaje en la mañana, me decidí a llamar a la mansión. Tenía cinco números, cuatro de los chicos y Janne, y un fijo de la mansión. Opté por llamar al fijo, ya que podría tal vez agarrarlos a todos en la cocina, después de todo, los chicos pasan gran parte de su día allí, y era hora del desayuno.
Al marcar los números y oír el celular pitar, nació en ni un pensamiento de querer que Janne conteste, hablar con ella siempre era más fácil, y así. No tendría que dar muchas explicaciones.
Estuve a punto de creer que nadie contestaría, porque era la segunda vez que marcaba y nadie contestaba, si no lo hacían con esta vez, llamaría a Janne directamente.

En lo que parecieron ser los últimos pitidos alguien por fin contestó.

Apresuradamente hablé y dije
-Hola. Soy Charlie.

-¿Charlie?- La voz de Nolan inundó mis oídos. -¿Qué haces? ¿Desde donde estas llamando?

-Estoy en una vieja gasolinera. Descanse aquí, estoy a punto de seguir viaje. Posiblemente llegue en un par de horas.

-Bien. ¿Para qué llamaste?.- El tono de Nolan fue normal, pero supe que fue un tanto forzado, y su pregunta era algo odiosa.

-Sólo quería que supieran como estaba. ¿Cómo están todos por allí? ¿Janne?- pregunté

-Bien. Todos estamos bien. Janne igual.

Nos sumergimos en un silencio de unos segundos, pero no fue para nada cómodo.

Estaba a punto de volver a hablar para preguntarle donde se encontraban los demás. Cuando él habló:

-Mira Charlie. No creo que debas volver a llamar. Te fuiste, ya no eres nuestra responsabilidad, y tampoco ninguno de nosotros quiere estar ligado a ti. No llames a ninguno de los otros números tampoco. Y mucho menos a Janne, ella está mejor ahora que te fuiste.

Lo que Nolan acababa de decir, me había pegado como un completo balde de agua fría. Siempre supe que a él no le agradaba, y no era demasiado difícil darse cuenta que lo que acababa de decir, no lo decía en nombre de todos, sólo el de él. Pero tenia razón, ellos no eran responsables de mi, nunca lo fueron. Y Janne estaría mejor sin mi causando problemas.

-No creo que debas hablar en nombre de todos al decir eso.- Le respondí.

-Todos son lo suficientemente buenos para decirte una sola verdad Charlie. Ese es el problema.