Capítulo 56: alerta roja

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Advertencia: el siguiente capítulo contiene escenas sexuales.

—¿Voy a pasar mucho tiempo en este lugar?— es todo lo que mi mente logra procesar y no estoy muy segura si realmente lo estoy procesando.

Ambos dejamos de caminar al mismo tiempo, y nos miramos cara a cara.

—Sí, mi musa— responde y me rodea con sus brazos.

No puedo evitar tragar saliva, porque mi garganta se siente seca y necesita algo más que oxígeno, necesita bastante humedad, y tal vez algo que me calme, como un vaso de agua.

—¿Te inspiro?— son las palabras que salen de mis labios, aunque no sé por qué sigo hablando si no estoy pensando bien.

—Sí— me responde —Hay algo que quiero mostrarte— acerca su rostro al mío y sus brazos se envuelven aún más a mí alrededor, haciendo que mi pecho se presione al suyo.

Comienzo a respirar por la boca, mis pulmones no quieren responder como deberían en este momento. Pongo mis manos sobre su pecho, intentando poner un poco de distancia y aclarar mi mente, porque realmente estoy sintiendo mi cuerpo caliente.

—¿Qué cosa?— puedo sentir su corazón acelerado bajo las palmas de mis manos.

Bueno, al menos no soy la única afectada aquí.

—Ya lo verás— sus labios tocan mi cuello, ya que es el único lugar que alcanzan debido a mis manos intentando alejarlo y mi cabeza intentando alejarse de él lo más que puede.

Grave error.

Un escalofrío recorre mi espalda y baja por mis piernas, haciendo que pierda la fuerza que me mantiene de pie y deba tragar saliva de nuevo.

—¿Qué estás haciendo?— le pregunto tan nítido como puedo, lo cual no es con gran claridad.

—Solo mostrándote afecto ¿está mal?— parpadea rápidamente, ladea la cabeza y sonríe levemente, casi como si quisiera mostrarse indefenso e inocente, lo cual no es ninguna de las dos cosas.

—Sí, claro, como eres tan tierno— lo intento empujar, pero no son más de dos centímetros de distancia que alcanzo a poner entre nosotros —¿Qué es lo que me quieres mostrar?— busco distraer mi cabeza y traer de nuevo la parte lógica de ella.

—A mi, sin ropa, ya sabes, lo usual— guiña un ojo.

Lo miro por un par de segundos y río, no puedo evitarlo y termino apoyando mi cabeza en su hombro.

Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo.

No estoy muy segura de lo que estoy sintiendo, no sé si es deseo, emoción, no sé si realmente me gusta o solo estoy deslumbrada por su físico, que en el fondo está relacionado mutuamente.

Un escalofrío recorre mi espalda y de alguna forma siento que mi alma quiere separarse de mi cuerpo, y ello solo es porque me he imaginado a este hombre frente a mí sin ropa y haciendo mucho más que mirándome,

Mi mente hoy parece mi enemigo.

—He querido besarte durante toda la noche— alza su brazo y su mano acuna mi rostro.

—¿Me estás pidiendo permiso?— apoyo mi cabeza en su mano, permitiendo disfrutar de su toque.

—No— acerca su cara a la mía —Aun no— siento como el aire sale por sus labios y rosa los míos.

Trago saliva, mariposas en el estómago, escalofríos, debilidad en las piernas, calor en la nuca, menciónalo, mi cuerpo está sintiendo todo, es como si estuviera más consciente de su alrededor que nunca.

Los Labios de ChristopherWhere stories live. Discover now