Capítulo 32: Medidas de contingencia

79 11 0
                                    

—¿Qué?— espero que mi rostro refleje todas las preguntas que tengo y el horror que siento.

No creo tener la capacidad para preguntar en voz alta, para modular las palabras.

—Sabemos que tu relación con Christopher McGee es estrictamente profesional, sin embargo los medios de comunicación no piensan lo mismo— Paul comienza dando contexto a la situación.

Trato de mantener la expresión de mi cara neutra cuando dice "estrictamente profesional", esa era mi idea, sin embargo no estoy segura que es mi realidad.

>>Han habido rumores de constantes encuentros entre Christopher McGee con una mujer no identificada, pero ya tienen una foto de tu cara— lo último lo dice en un tono más calmado.

Trago saliva, lo que está diciendo solo me pone nerviosa. Inhalo, exhalo, mis manos están temblando, las observo y se mueven bajo su propia voluntad, no puedo detener el movimiento.

—¿Por qué tienen una foto mía?— mi tono de voz es bajo.

—Por la salida al circo acompañado de sus hermanos, ese rostro suyo llama mucho la atención y más cuando son tres— responde Paul.

Había olvidado el pequeño detalle de la fama del hombre que me gusta.

—Oh— asiento, fingir que comprendo toda la situación es lo único que hago, porque no estoy segura de estar dimensionando el alcance de mis actos.

¿Nos hemos besado en público? No recuerdo haber entrelazado las manos con él. También me preocupa la caminata nocturna en el parque ¿Alguien nos escuchó o vio?

Tengo muchas preguntas, y estoy aterrorizada de saber la respuesta.

—Hay fotos de los cuatro circulando en Internet, aunque están asociados a buenas anécdotas, dicen que fueron muy amables y gentiles compartiendo su comida con las personas a su alrededor— Paul sigue hablando.

No pensé que una venganza me iba a dar buena fama a mí, a Christopher McGee y a sus hermanos, ellos deberían agradecerme, sufrieron por una buena causa.

—Entiendo— bueno, no mucho, la verdad, estoy procesando las posibles consecuencias de mis actos y estoy aterrorizada, el solo pensar tener a mucha gente detrás de mí me hace entrar en pánico, por ello mismo no había decidido ser cantante sino solo compositora, tengo pánico de ser expuesta como payaso de exhibición, de los rumores, de los malos entendidos, tengo miedo.

—¿Estás bien?— Paul pregunta, mientras pone su mano sobre la mía.

Justo allí noto como tiembla mi mano, que mi puño está cerrado y que siento un poco de calor.

—No— es lo único que logro responder mientras comienzo a inhalar y exhalar de la forma más pausada que puedo, comienzo a nombrar mentalmente un animal por cada letra del alfabeto.

—Solo dicen cosas buenas de ti— me asegura Paul.

Sacudo la cabeza, mi mente es un nudo al que le estoy buscando la punta para encontrar la forma de desatarlo, siento que estoy quedando atrapada en una red, como un pez que no puede salir, la presión en mi pecho no está ayudando a disminuir el miedo, y los nombres de animales que recita mi cabeza solo están logrando que mi confunda más.

Enfoque, solo piensa en los animales, por la A, araña; B, burro; C, Christopher, digo, camello; D... ¿Hay animales por la D?

—Christopher se ha estado encargando hasta el momento, sin embargo esta vez se ha salido de las manos y ya no hay como cubrirlo, por el momento son buenas referencias, saben que eres compositora y que eso significa nueva música de Christopher en proceso de creación— Paul llama mi atención.

Los Labios de ChristopherOù les histoires vivent. Découvrez maintenant