SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA IMMERSED IN DARKNESS
"Hombre malvado, malvado. Los tipos silenciosos son siempre los más peligrosos."
Personajes principales: Yoongi y Jimin.
¡¡ADVERTENCIA!!
Es una adaptación, todo crédito a su escritor original.
Cada libro...
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(Cuarto mes de embarazo)
—Yoongi —mis ojos se abren de golpe y una maldición atraviesa mi cerebro al ver que sigue oscuro.
Sé de qué se trata y sé que puede esperar a mañana, si cree que continúo dormido desistirá luego de otros tres intentos y se dormirá. Sin embargo, una parte de mi mente me dice que puede ser algo importante y eso me obliga a girar hasta quedar con mi nariz pegada a la suya.
—¿Qué es esta vez, solnyshko? —pregunto aún medio dormido.
—Pudín de vainilla —su voz suena tan linda, aunque odio el daño que le hace usarla. Cuando roza su nariz con la mía, estoy totalmente desarmado, así que le doy un beso rápido y me levanto de la cama.
Jimin tuvo la suerte de que, a diferencia de Seokjin, jamás ha sufrido de náuseas, pero los antojos han sido cosa seria. Un día tuve que llamar a Jungkook a las cuatro de la mañana, para preguntarle cómo preparar los sopes* que Taehyung le llevó al medio día. Taehyung dijo que solo porque Jimin le agradaba mucho me perdonaba que hubiera despertado a Jungkook... o algo así entendí, pues mezcló muchas maldiciones en español.
El otro detalle ha sido que su regulación de temperatura se ha alterado, ahora con solo salir de la cama se enfría demasiado. El mes pasado le dio una gripe solo por salir descalzo de la ducha. Así que acordamos que, sin importar la hora o la circunstancia, si tiene un antojo por la noche, debe despertarme para que yo vaya y él permanezca calientito en la cama.
Reviso la nevera aún tallando mi ojo y revuelvo los múltiples yogures y las leches chocolatadas de Lena, estoy seguro que compré un paquete de seis ayer. Finalmente lo encuentro detrás de un molde con morozhenoe que Seokjin hizo con Igor especialmente para Jimin.
Destapo dos de los budines y los coloco en un bowl de plástico con el que Jimin se encaprichó la última semana. Si lo que va a comer no está en este bowl, no lo come, sin importar cuánto se le antoje.
—Gracias, cariño —seña cuando vuelvo a la habitación, es fácil verlo, pues encendió las lámparas de noche mientras me esperaba.
Ver lo contento que lo pone el postre hace que todo, incluso las dos escasas horas de sueño, valgan la pena.
***
(Quinto mes de embarazo)
—¿Ya me dirás a dónde vamos?
La respuesta me llega por medio de pequeños trazos realizados con su dedo, sobre el dorso de mi mano.
N-O
Suspiro y continuó conduciendo. Cuando desperté esta mañana, Jimin ya estaba terminando de peinar a Lena con su, aún favorito, peinado de muchas trenzas. Y, luego de una buena ración de waffles y frutos rojos, mi lindo esposo nos hizo subir a ambos al auto, donde me ha tenido siguiendo las instrucciones de un GPS que no me deja ver, durante los últimos veinticinco minutos.
