CAPÍTULO 14

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Estoy apoyado en el mostrador de la cocina y buscando en mi teléfono actualizaciones sobre el trabajo cuando entra Jimin

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Estoy apoyado en el mostrador de la cocina y buscando en mi teléfono actualizaciones sobre el trabajo cuando entra Jimin. Miro hacia arriba y mi respiración se detiene por un momento. Con un top negro que envuelve la parte superior de su cuerpo y luego el pantalón tan entallado que pareciera más una segunda piel que una capa de tela sedosa, y con el cabello recogido en una pequeña media coleta, parece que salió de las páginas de una revista de moda.

Me ve mirando, sonríe y se da la vuelta dos veces, al final levanta coquetamente su pie presumiendo sus botas Wyatt negras y acentuando sus piernas esbeltas, pero tonificadas. No puedo quitarle los ojos de encima.

—¿Qué opinas? —seña.

No soy capaz de pensar racionalmente, y lo único que tengo en mente actualmente es él, desnudo, en mi cama.

—Ty zazhgla ogon' v moyey dushe, solnyshko —sonríe, se me acerca y comienza a trazar la forma de un signo de interrogación en mi pecho con su dedo—. Significa: has encendido un fuego en mi alma, rayo de sol. Y si no nos vamos de inmediato, no nos iremos en absoluto.

Sus labios se ensanchan en una sonrisa, toma mi mano y me conduce hacia la puerta. Sigue sonriendo en el auto mientras salimos del garaje, y me pregunto qué podría estar en su mente cuando se inclina y me susurra al oído.

—No... traigo ropa... interior.

El auto se desvía, pero logro enderezarlo, esquivando apenas el pilar de concreto en el costado. Cuando lo tengo bajo control, me vuelvo hacia Jimin y lo encuentro recostado en su asiento, con una sonrisa satisfecha en su rostro.

* * *

Hay cuatro carpas grandes instaladas en el extenso césped bien cuidado. Al menos doscientos invitados se arremolinan alrededor de largas mesas cubiertas con tela blanca, charlando entre ellos y se ríen de lo que probablemente sean bromas tontas. La mayoría de ellos son coreanos. Recuerdo haber visto a algunos de ellos en la recepción de nuestra boda. También hay algunos políticos. Sin duda, un grupo interesante.

En medio del grupo más grande se encuentra una mujer pequeña y frágil, que lleva un vestido verde como el veneno y una extraña cosa puntiaguda en la parte superior de su cabello gris. Un hombre sumamente atractivo y joven, probablemente de unos veinticinco años, tiene su brazo envuelto alrededor de su cintura y le está susurrando algo al oído a la mujer.

Jimin me aprieta la mano y bajo la mirada hacia él para encontrarlo sonriendo ampliamente, señalando con la cabeza a la mujer con el vestido verde. Supongo que es la famosa Noona Bom.

Nos acercamos al grupo y tomo nota de cada persona que entra en mi campo de visión, catalogando cualquier cosa remotamente sospechosa. No me gustan las multitudes, y tampoco soy fan de los espacios abiertos. Ambos son un riesgo de seguridad.

La abuela de Jimin se gira y, en el momento en que nos ve, se ríe de alegría como una niña pequeña y luego se apresura hacia nosotros. Su joven compañero la sigue.

TANGLED LOYALTIES | YOONMIN (TERMINADA)Where stories live. Discover now