TANGLED LOYALTIES | YOONMIN (TERMINADA)

CAPÍTULO 4

Estoy abotonando el suéter de Lena cuando escucho pasos ligeros acercarse y levanto la cabeza para encontrar a Jimin de pie en la puerta. Mira a su alrededor, camina hacia la cómoda para tomar la caja con las ligas para el cabello de Lena y se vuelve hacia mí con una pregunta en los ojos. Miro la caja que sostiene, luego de vuelta a su rostro. Jimin suspira, señala la caja, a sí mismo y luego a Lena. Quiere arreglar el cabello de mi hija, y la realización hace que algo en mi pecho se apriete.

—Lenochka, ¿quieres que Jimin te peine hoy?

La cabeza de Lena se levanta y sonríe.

—¡Sí! Quiero muchas trenzas, como Noemi de la guardería. ¡Jimin, Jimin! ¿sabes cómo hacer muchas trenzas? Papi solo sabe hacer las coletas.

Jimin está tratando de no reírse del parloteo de mi hija y falla terriblemente. Se sienta en la cama a mi lado y le indica a Lena que se suba a su regazo. Lo observo mientras toma un pequeño mechón y comienza a tejerlo en una fina trenza, luego pasa al siguiente mechón. Repite el proceso hasta que hay por lo menos quince trenzas. Lleva bastante tiempo porque Lena se mueve nerviosamente durante todo el proceso, dándose la vuelta y eligiendo diferentes ligas. Ni una sola vez Jimin la reprende. Solo sonríe y niega con la cabeza.

Tan pronto como su cabello queda listo, Lena salta del regazo de Jimin y sale corriendo de la habitación, dejándonos a los dos sentados en la cama uno al lado del otro. Escucho a Sisi desde algún lugar de la sala de estar, halagando el cabello de Lena mientras mi hija continúa parloteando, pero no me muevo de mi lugar en la cama. La mano de Jimin está justo al lado de la mía, y no puedo resistir la loca compulsión de tocarla de nuevo.

Extiendo la mano y la pongo sobre la de él.

—Gracias por peinar a Lena —cuando giro la cabeza para mirarlo, él me está observando.

Nuestros rostros están a solo unas pulgadas de distancia, y me pregunto cómo una criatura tan dolorosamente hermosa puede soportar mirarme y no estremecerse.

—Tengo que ir a revisar algo en uno de los almacenes, pero volveré en un par de horas —aviso—. Si quieres, puedes invitar a tu hermano a que venga, pero avísales a los chicos de seguridad de abajo. Solo envíales un mensaje. Dejaré los códigos de alarma y la tarjeta llave de repuesto para el ascensor y la puerta en el mostrador.

Jimin asiente y su mano comienza a moverse debajo de la mía, sin embargo, en lugar de apartarse como esperaba, gira su palma hacia arriba y entrelaza sus dedos con los míos.

—¡Papi!

Miro hacia abajo a nuestras manos unidas y luego de nuevo a la cara de Jimin.

—¡Papi! ¡Papi!

Sí, Lena siempre llega en el mejor momento.

—Tengo que irme —me pongo de pie y dejo que la mano de Jimin se deslice de la mía—. Si necesitas algo, envíame un mensaje.